Hola, soy Fly McClure y seguramente me recuerdes de otras aventuras como "Encerrado en la fábrica del yeso", "La llave se ha partido qué divertido", "Atrapado en el barro" y "Os veo follar, golfa".
Próximamente os contaré el estreno de esta noche:
"Walking Dead Texas Ranger", una inquietante y conmovedora historia donde me vi inmerso en un apocalipsis zombi. Y mis jefes me siguen pagando... Xddddddd
Ya lo contaré, que me tengo que ir y tengo sueño.
Pues me he perdido dos aventuras y ahora tendré que buscarlas en google.
Debería haber un post con enlacen a todos las historias con miga, desde angus hasta patapalo pasando por fly (orion2) y orion3 (fly2).
XDD Yo tampoco todas esas historias de Fly. Creo que son teasers de algo que nos contará después.
Sábado, 30 de noviembre de 2013. En algún punto determinado de La Sagra toledana...
Hace varias horas que ha anochecido, el termómetro se pone bajo cero y yo realizo con éxito mi primera ronda expulsando las amenazas exteriores con mi sola presencia. Soy un Walker Texas Ranger, nada me puede parar. Ahora toca perímetro exterior e internarse en el pueblo.
Asciendo por la cuesta y algo marcha mal. Veo muchas sirenas al fondo, mi sentido común me dice que acelere pero como hechizado por algo voy reduciendo. Hay una gran muchedumbre y varios vehículos con las sirenas encendidas: Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil y del Ejército. También hay un Hummer H2 lleno de luces al cual rodean muchos tipos vestidos de blanco con mascarillas. Y por todas partes, muchos militares, con el fusil en mano. Están desviando el tráfico.
Me acerco. Un militar me da el alto.
—Buenas noches, deberías aparcar aquí —me dice mientras mira las sirenas de mi todoterreno.
—No soy de los vuestros, sargento.
—Eh... ah, vale —el militar se muestra confuso mientras su pelotón empieza a sonreír por detrás—. Entonces tienes que desviarte por allí —y señala una dirección que no me convence.
—Mire, sargento, tengo una misión que cumplir y no es por allí.
Las risas del pelotón son ya un choteo general a espaldas del militar, que buenamente intenta aguantar el tipo ante mi gallarda presencia. Le llega el turno de crecerse y demostrar toda la marcialidad obtenida en la Academia. Se toma un momento y oigo cómo giran las ruedecillas que se mueven dentro de su cabeza.
—No-soy-sargento, ¿sabe? Soy teniente. ¿No ve las estrellas?
—Perdone, mi teniente pero el cielo está cubierto —los de detrás se despollan y hasta el sargento-teniente se ríe—. Si me disculpa tengo una misión ineludible que cumplir por allí.
Se acerca un policía local y le dice algo al milico que yo no entiendo porque llevo la radio a to'strozo escuchando el fútbol. El policía se marcha y el militar se apoya en mi ventanilla. Se sincera:
—Escúcheme, el pueblo ha sufrido un accidente biológico. Esto es zona cero, tenga cuidado.
—Gracias, mi sargento. No se preocupe, soy un valiente.
Y me dejan pasar, al cabo unos pocos metros veo el accidente biológico. Unos tipos de Ultratumba, Toledo o incluso más lejos con pinta de haber salido de una tomatina se mueven despacio, arrastrando piernas y moviendo mucho los brazos. A su alrededor los tipos de los trajes bacteriológicos intentan hacer algo.
Me pongo a acelerar como una bestia y paso por encima de esos infelices. Por detrás resuenan los gritos de júbilo mientras debajo del coche la música va de huesos partidos. Realmente avancé despacito con cuidado de no llevarme a nadie por delante aunque esos cabrones se acercaban al coche y le daban torpes manotazos. Todos queríamos más realismo.
La ronda externa transcurre sin mayores novedades excepto grupos dispersos de milicianos errantes (más tarde sabría que eran llamados supervivientes) y algún punto fijo de militares o gentes aun más extrañas.
Pasada solo una hora los grupos de supervivientes se dejan ver desde mi garita y también por las cámaras. Algunos parecen paramilitares, otros salidos de algún cómic y otros normalitos de calle. Van equipados contra el frío (menos uno que iba en pantalones piratas), con linternas, alguna mochila y una distinción verde en forma de pañuelo que la mayoría lleva en la cabeza, a modo de gorro o bufanda. Algún tipo duro la lleva atada al bíceps o a la muñeca y descubro con enorme satisfacción como una muchacha la lleva atada al muslo de una manera muy sugerente. Los grupos son muy variados, la mayoría suelen ser de 6 ú 8 miembros, aunque hay algunos más numerosos y otros con 2 ó 3 individuos. Hay casi tantas chicas como chicos.
Vencida la duda y la timidez un grupo se aproxima a mi puesto de vigilancia. Preguntan por Paco el borracho. Negativo. Entonces les intento explicar en su mapa dónde está el norte y el este. Nuevos grupos les sucederán y todos me confunden con Paco el borracho. Tras una nueva ronda exterior sorteando supervivientes y zombis empiezo a tomar conciencia de que quizá yo sea Paco el Borracho. Un par de cervezas que me he traído no es que me dejen borracho, pero bueno. Ya entonces me implico con su drama. Empiezo a enviarles a puntos seguros, a zonas donde hay tipos con hogueras y por el camino les advierto de zombis a la vuelta de la esquina o no y empiezo a jugar a ser dios. Decido sobre la vida y la muerte de aquellas gentes mandando a algunos a una muerte segura mientras a otros les prevengo de peligros (generalmente a chicas), incluso llego a subir a 2 chicas en el coche y a un chico que las acompañaba (porque no quisieron subir si a él no le dejaba) para salvarlos de una horda de zombis que se interponía en su camino.
Otra novedad en el pueblo es que varios bares estuvieron abiertos tooooda la noche. El polideportivo también fue un no parar durante toda la noche. Al final de tanto hablar con los grupos, interactuar y pararme en las zonas de pistas llegué a descubrir a Paco el Borracho que casualmente había bebido menos alcochol que yo esa noche.
Hacia las 4-5 de la mañana había ya menos grupos y más dispersos y a eso de las 7 ya acabó todo con los bares hasta arriba de zombis y supervivientes muertos de frío mezclados tranquilamente mientras desayunaban.
No suelo vivir muchas noches apocalípticas con zombis, lo cual es una pena, porque fue la hostia de divertido.
¿Habéis participado alguna vez en una movida así?
Hoy me han dicho que a eso de las 4 de la mañana aterrizó un helicóptero en el campo de fútbol y se llevó a un grupo de supervivientes. Puta mierda, eso me lo perdí. También pensaba que lo de la huída en helicóptero era algo metafórico.
Más de 500 participantes, es que fue una locura.
Este ganó el premio a mejor zombie
No, si ya pasó, a no ser qué estés hablando de un quinta edición.
50 euros son muchos euros pero por lo qué vi mereció la pena. Esta gente tiene una organización bestial.
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Lo que me emociona de esta historia es que ya me voy a dormir, me despertaré a la 1 de la tarde y esto ya tendrá alrededor de 13 respuestas después de que cuentes la trama.
Thoughts arrive like butterflies.