De raíz
Decidí plantar a mi novio. Lo hice cuando llegó la primavera en la parte de atrás del jardín, para que le diese el sol por la tarde. Enseguida echó raíces. Cada mañana lo riego y de vez en cuando le podo los pelillos que asoman por la nariz.
Muy divertido, Sabrina, supongo que al no tener rival pasarás con tres votos. Aunque siempre da coraje que no haya combate, el micro los merece.
No debería quejarme de mi musa —razonaba el microrrelatista— es concisa, chispeante, certera, pero ¡tan menudita!