Pirómanos
Las campanas tocan a fuego. Una columna de humo se eleva en la finca comunal y todo el pueblo, como un solo hombre, corre al auxilio. Hasta nuestras familias, modernos Capuletos y Montescos acuden juntos a sofocar el incendio que, en aquel pajar, arde avivado por nuestra secreta pasión.
Enseñanza
Sólo quedaron nuestras cenizas. Jamás volverás a intentar encender una vela para celebrar el amor eterno.