Compasión
Invadido por los efluvios de la sobremesa, no es la traicionera batida orquestada por una camarilla de leones escuálidos lo que me sobresalta, sino esa apuesta del ñú que, con el aliento criminal resoplando ya sus cuartos traseros, sale de la pantalla y me lo pide por mis hijos.
Minisueños
Mata a tu marido, mata a tu suegra, mata al del banco...
Y entonces abro los ojos, y estoy yo sola. Soltera, libre, dueña de mi vida, de mi futuro y... ¡¡¡17:00!!! Una horrible alarma me vomita a la realidad:
Mata a tu marido, mata a tu suegra...
Es probable emitió su esperma de una forma muy descuidada.