Atlas de la Grecia Antigua
Reseña de la obra de divulgación de Robert Morkot publicada por Autrement
Este Atlas de la Grecia Antigua es una buena obra intermedia entre el libro de curiosidades típico que da una panorámica de la civilización griega clásica y el ensayo que profundiza en el tema. Sus dos grandes virtudes son su carácter sistemático y cronológico, que facilita mucho la consulta, y el material gráfico que incluye, sobre todo mapas de los distintos periodos.
Arranca con presentaciones de la cultura minoica, la cultura micénica y las llamadas “eras heróicas” para luego seguir, trámite la Grecia Clásica, hasta el desarrollo de las colonias, las conquistas de Alejandro Magno y, finalmente, el declive de los reinos heredados por sus generales frente al poder de Roma. Cada capítulo aborda, groso modo, un periodo, aunque algunos, por su complejidad, tienen capítulos adicionales donde se profundiza en algún elemento concreto, como el caso Cnossos dentro de la civilización minoica.
Robert Morkot, el autor, se centra sobre todo en aspectos políticos y geográficos. Se contemplan algunos aspectos culturales y artísticos, con frecuencia complementados con citas y fotografías de restos arqueológicos, que permiten hacer más palpables los simples nombres y entender qué se esconde tras las distintas denominaciones, pero no se ahonda en ellos para mantener una línea concisa. Por ello, el libro funciona bien sobre todo como guía, gracias en buena medida a los mapas: el complejo entramado de intereses de las polis y sus colonias resulta más evidente cuando puedes situarlas con cierta precisión en el mundo.
El estilo utilizado es ameno aunque poco propenso a la anécdota o al dato preciso. Al mismo tiempo, no escatima en puntualizaciones, sobre todo cuando puede haber interferencias causadas por las imágenes preconcebidas que tenemos de determinados aspectos. Por ejemplo, en el caso de la rivalidad persa y helena, inmortalizada y algo desvirtuada por los mitos en torno a las Guerras Médicas, se toma su tiempo para precisar la compleja relación que tenían las polis con sus vecinos del Oriente Próximo y cómo este conflicto se vio propiciado por factores políticos varios más allá de una confrontación Oriente / Occidente o Democracia / Imperio.
Con estos elementos, este Atlas de la Grecia Antigua es un buen hilo conductor para asentar conocimientos previos, refrescarlos o tener una referencia sobre la cual ir investigando más. Un buen libro de consulta, en definitiva, que resulta una lectura muy agradable.
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