A BABOR
Durante la travesía habían sufrido un asalto y ahora encallaban en esa isla. El capitán sabía que no podía pedir más a aquellos marineros que lo aguantaban todo, así que abrió la escotilla de proa, los desembarcó y preguntó a su madre si ya estaba la cena.
Ironía
El capitán comprendió que la situación era insalvable y ordenó a la tripulación abandonar el barco. Los oficiales intentaron disuadirlo y alguno se ofreció a acompañarlo, pero su decisión era inapelable. Solo él se hundiría con el barco. Curiosamente su cadáver fue el único que consiguió alcanzar la costa.
Troll enfadado. Romper, romper, romper...