Niño para siempre
Peter Pan se coló en mi balcón.
—¿Vienes por mí? —pregunté— Creía que...
Él me chistó, sin dejar de sonreír.
—No vas a necesitarlo —dijo entonces, esparciendo polvo de hada sobre mis canas.
Obedecí; dejé caer el bastón y me dispuse a no regresar Nunca Jamás.
Intrépida exploradora
Se introdujo en la oquedad entre la raíz y la tierra. El roble sacudió una rama, siseando una brisa desaprobadora. Estaba muy oscuro. Y era tan profundo como prometía el libro que dejaba descuidado sobre la hierba.
Oyó una respiración agitada.
—¿Alicia? —murmuró antes de la primera dentellada.
La vida es un juego de estrategia