Es el peor momento de mi vida para poner esto en práctica después de analizar mi comportamiento estos últimos seis días, estoy todavía más disperso, me paso la mitad del día apuntando al norte y me resulta imposible concentrarme. El colmo ya ha sido hoy cuando me vi a mí mismo lanzando indirectas a mis ex-rollos. Y oye, tengo mis límites. Voy a intentar, no obstante, reducir el número de pajas a la semana (precisamente, para evitar ese efecto rebote de desmotivación), pero a mí sacadme ya de la bitácora. Quién sabe, quizá lo vuelva a intentar en otro momento o quizá no, pero definitivamente ahora no.
De todas formas, animo a los que todavía siguen a continuar, al menos hasta que la cosa sea absurda y carezca de sentido. A Fly sé que le estaba funcionando, a ver hasta dónde llega.
Venga.
Te lo dije.
Has acabado con el deseo sexual por las nubes y tirándole los trastos hasta las ratas, unos días más y hubieras intentado tirarte un enchufe.
Y a Fly le va bien porque se la chupan cada dos por tres. A mí también me sería fácil pasar de los bollos si me regalasen pasteles.