El otro día, al leer la reseña de Sergio Mars de "Cementerio de animales", la novela de Stephen King, flipé con un detalle: cómo había titulado King originalmente la novela: http://rescepto.wordpress.com/2012/10/31/cementerio-de-animales/
Personalmente, me decía que a un autor español, a menos que sea muy conocido, no se le presupondría que escribir "sementerio" en vez de "cementerio" fuera deliberado y, la verdad, me pareció muy deprimente la perspectiva. Y ahí me surgía la pregunta: Cuando empezáis a leer un libro, ¿vais con las alarmas ya preparadas? Tengo la funesta sensación de que yo, últimamente, sí.
Y lo malo es que saltan en demasiadas ocasiones.
Las alarmas están ahí siempre, desde que leo el periódico cada mañana. Es un buen ejercicio para cualquiera que tenga gusto por la escritura.
Tampoco soy muy crítico, pues llego hasta donde llego, y hay que plantearse las cosas con una crítica constructiva. ¿Yo lo podría hacer mejor? es una pregunta que debemos hacernos, o ¿da resultado la obra en su conjunto?
Respecto a si asimilaría un libro, de autor español y desconocido, con faltas ortográficas en el título pues, como mínimo, te comento que me llamaría la atención. Al principio presupondría que se trata de un error, pero mi curiosidad me obligaría antes de colocarle unas orejas de burro.
Sí he notado que disfruto más la buena literatura desde que escribo (mejor dicho, desde que intento escribir), antes de tener instaladas las alarmas disfrutaba de la literatura a secas, aunque me dejaba arrastrar más rápidamente y sin matices. Ahora disfruto de esos matices de ritmo y de trama que puedo controlar, o de no ver la pata del cabritillo por debajo de la puerta; que esa es otra. Si la trama de una obra no me coge por sorpresa y me la veo venir, está claro que no la incluyo en mis obras favoritas .
Como alguien dijo: Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.