La sonrisa del cocodrilo
Cuando todo se fue al carajo, algo se desconectó en nuestros cerebros. Sin pretenderlo, casi sin querer, nos reunimos en las sombras y sopesamos.
Ellos lloraban, como perdidos, aferrándose a su moribunda humanidad. Entonces vimos lo que representaban.
El rebaño era grande y el futuro..., oscuro.
La condena del vampiro
La contemplo a través del cristal. Convertido en niebla, la abrazo sin tocarla. Bebo su sangre y sus gemidos no me sacian. Su corazón se detiene, nos aboca a un matrimonio de tristeza. Parto en busca de otra ventana, de un palpitar que perdure. En vano.
Strigoi, strigoi, strigoi...