Harry Flashman
Reseña de la novela de George MacDonald Fraser publicada por Edhasa
Harry Flashman es tanto el título de esta novela como el personaje central de la misma, que protagonizará toda una saga, como ya se deja entrever en este primer volumen. Es también el motor de la novela no solo desde un punto de vista narrativo, sino también anímico, y no simplemente porque esté planteada como una suerte de memorias romanescas, sino, sobre todo, porque la perspectiva del propio personaje es clave a la hora de plantear los acontecimientos.
En esta saga, George MacDonald Fraser se propone dar una panorámica de la época victoriana desde la privilegiada posición de un noble que hace carrera militar y termina convirtiéndose en un héroe nacional. Es un tipo que lo tiene todo para triunfar en la vida y que, además, va a hacerlo. Sin embargo, lejos de encarnar el ideal romántico decimonónico, es la expresión más vulgar y palpable de las miserias y la hipocresía de la época. En sus propias palabras, es un cobarde, un vividor y un tipo mezquino que solo busca vivir bien y escurrir el bulto en cuanto tiene la menor oportunidad.
Atención: no se trata solo de crear un antihéroe que en el fondo cae simpático, sino de demoler desde dentro todo el castillo de naipes que supone la gloria militar, la idealización de las hazañas bélicas, el concepto del héroe, etc. Aunque hay algo cómico en sus peripecias y el ingenio del personaje hace que sea muy entretenida la lectura, George MacDonald Fraser no se anda con paños calientes, por lo que el humor es negro en buena medida. Harry Flashman es racista, misógino, canalla, embustero y, por supuesto, cobarde. De verdad y sin límites. Y la gracia es que el autor consigue, aun así, situarlo en el epicentro de la acción e interesarnos por sus andanzas que ni siquiera tienen el lado ingenioso de la picaresca tradicional: en muchas ocasiones Flashman solo se deja llevar por la inexorable marea de los acontecimientos y es la propia estulticia del sistema quien le saca brillo y esplendor.
Este es un elemento muy interesante de la novela: la crítica que subyace bajo el humor. Hay algo fascinante en la época victoriana y la grandeza de algunos hechos históricos movidos por el Imperio Británico, pero bajo ellos subyace un estrato de miseria que, friamente, no se puede obviar, y no hablamos solo del sufrimiento causado a los oprimidos, sino de la alucinación colectiva que a veces asola a la visión general de las cosas.
Para arrancar con una apuesta fuerte, Harry Flashman (esta primera novela) nos pasea por uno de los mayores desastres bélicos británicos del siglo: la Guerra de Afganistán. En la pugna por el control del continente asiático frente al Imperio Ruso y asegurar su principal enclave colonial, la India, el Imperio Británico se metió en un avispero que estaba lejos de comprender, lo que llevó a algunas masacres que calaron hondo en la opinión pública de la época. Construida como una novela de aventuras protagonizada por el menos indicado de los héroes, Harry Flashman nos cuenta los entresijos de esa debacle desde la primera fila.
El resultado es una novela irreverente, muy bien ambientada, con un personaje que es su razón de ser y su epicentro y que no está pensado para todos los gustos. Una apuesta valiente y original dentro del panorama de la novela histórica que destaca por su humor británico y la acidez que condensa bajo una apariencia tan ligera como la moral del propio Flashman.
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