Os la escribo ya traducida:
El pasado verano después de que acabase de administrarle una buena ración de polla a mi novia (inb4 no creo que tengas una, etc) me voy al baño a lavarme como hago siempre. Y en este momento decido ir a cagar, así que estoy a punto de tirar el condón al váter para deshacerme de él cuando una idea me viene a la cabeza. Pongo cuatro dedos en el extremo abierto del condón, lo estiro, me lo pongo en el culo y empiezo a cagar en él. Una pefecta, suave y delicadamente estrecha cagada. Se desliza por completo hasta el fondo del condón. Llegando al resto del charquito de lefa, y desplazando un poco si eso tal que esta fluye por los lados del truño. Perfecto. Encaja como un plátano en su piel. Entonces miro a mi creación, preguntándome si podría algo ser más alucinante. Entonces me corto las uñas de los pies y, como una buena medida, las tiro dentro. Cojo el chisme entero, pongo la apertura en el grifo y lo empiezo a llenar con agua caliente. Estoy pensando en todas las cosas alucinantes que puedo hacer con mi recién adquirido globo del desastre. Recorriendo todos los diferentes escenarios a través de mi cabeza. Intentando selecionar el simplemente más alucinante de ellos. "Esto va a ser épico" me digo a mí mismo. Lo saco del grifo, tiene el tamaño de más o menos una pelota de voleybol. Al final voy a atarlo, tengo un cacho estirado alrededor de mis dedos, listo para pasar el extremo por el bucle y completar el nudo, cuando el cabronazo se me resbala porque la parte del final que todavía estaba desenrollada aun estaba lubricada. Empieza entonces a eruptar toda la carga incluso antes de que alcance el suelo.
Aterriza en mi pie, salta un poco y se vacía por todos mis calcetines. Mi novia, que todavía está en la cama se sobresalta al escuchar un notable "JODEEEEEEEEEEEEEEEEERRRRR" emanando del baño. Entonces ella abre la puerta para ver qué me pasaba cuando es agraciada por la visión de su novio estando en un charco de un guiso de mierda con un condón deformado a sus pies. Ella tan sólo me mira a los ojos por un momento. Anonadada. Como si ella no pudiese entender lo que estaba pasando. O que no lo quisiese creer. La caca, el semen y las uñas del pie en el suelo. En las paredes, el espejo, en mí. Mientras su cerebro intentaba darle puto sentido en la escena que había frente a ella, le pego un portazo en toda la cara, que parece que le he dado en todas las narices. "¿Pero qué coño...? ¿Pero qué coño hiciste?" grita ella, como si estuviese apunto de llorar. Me siento arrepentido. No por lo que hice, si no por lo que pude haber hecho. Ahora huele. Me seco con su toalla y la tiro al suelo, cubriendo la mayor parte del estropicio que puedo. Pongo mi cara de guay y salgo del baño, cerrando delicadamente la puerta tras de mí. Mi novia me clava la mirada. Sé que espera una explicación. Pero no creo que ella pueda soportarla. Así que paso de ella sin decirle nada. Me pongo el abrigo y le digo "se está haciendo tarde, me voy a casa". Ella se me queda mirando con una expresión de estupefacción en su cara. Tiro mis calcetines cagados en su buzón y me voy caminando a casa. Esa fue la última vez que oiría hablar de ella. Pero tengo algo mucho mejor ahora. Un sueño. Yo me haría otro.
He dejado de leer cuando dice que empezóa cagar en el condon... -.-
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Algunos dicen que soy malvado pero eso no es cierto, tengo el corazón de un niño.
En formol.
Sobre mi mesa.