La bruja
El mismo día en que se rompió el hechizo entre los dos, él se convirtió en un sofá francés en el que nadie se ha querido acomodar.
La bruja
El mismo día en que se rompió el hechizo entre los dos, él se convirtió en un sofá francés en el que nadie se ha querido acomodar.
¿Una foto? Sonría pues.
Magia, pero negra, en estos micros. Veo que no os van los conejos blancos y los hombres de frac y chistera...
Los dos se bastan con poco más de una línea para contar una historia.
La bruja actúa de mala fe y ese sofá francés sin culo que le dé calor me ha hecho sonreír, pese a la triste imagen.
Maleficios me ha encantado. Un hombre de porcelana llorando su incredulidad pasada es brutal. En pocas palabras, mucho.
Mi voto, para Mascara (¿o sería Máscara?) y su Maleficios.
Somos mentira.
La bruja de Paparazzo me pareció demasiado sencillo en la primera lectura, pero en la segunda me di cuenta que podía tener dos interpretaciones: como metáfora (el protagonista desengañado se siente como un viejo sofá en el que nadie quiere volver a acomodarse) y como realidad (realmente es una bruja y le convierte en sofá al dejarle; quizás él ya era un sofà y vuelve a serlo cuando se rompe el hechizo...).
En Maleficios de Mascara, la imagen de las lágrimas surcando unas mejillas de porcelana está muy bien encontrada. Tiene la misma sencillez que el anterior y es igual de correcto, pero no me ha dado tanto juego.
Mi voto para La bruja de Paparazzo.
Las lisonjas gratuitas no ayudan a aprender.
La bruja me deja pensando sobre sí el protagonista era o no un sofa desde el comienzo, pero bueno, esas son cosas mías, jajaja.
Maleficios, por su parte, tiene una imagen muy poderosa en las lágrimas sobre la porcelana, pero no termina de convercerme.
Me quedo con el sofá triste.
Dos micros muy concisos y bien ejecutados, directos al tema. Al final, me quedo con "Maleficios", cuya imagen me ha parecido más clara y, quizás por ello, más potente que la de "La bruja".
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.
OcioZero · Condiciones de uso
Maleficios
«No creo en la magia», había dicho.
Y ahora lo repite una y otra vez, mientras las lágrimas surcan sus mejillas de porcelana.
« -¿Quién se atreve -preguntó, con voz ronca