Pero nostros escribimos en primer lugar para nosotros; luego ya, si gusta al público, mejor. Pero lo que no puede ser es engañarte a ti mismo y forzar tu estilo y tus temas y tu modo de ver el mundo sólo para agradar al público.
Creo que todos estamos de acuerdo en este punto, y ya lo dejamos claro en el post sobre si sobran o no escritores. Ya mucha gente ha apuntado que la esencia del arte es transmitir. Pero ojo, no considero saber transmitir, intentar transmitir algo al público como tener que prostituirte y traicionar tu estilo y tu naturaleça (perdón, pero me falta la letra ceta). Yo lo que defiendo es que una vanguardia o lo que sea que al final sea inaccesible su comprensión, no cumple esta función esencial del arte. Si nadie entiende tu obra, puede ser que no es que seas un adelantado a tu tiempo o que el público sea un lerdo ignorante, si no que tú seas un mal orador. Siempre se dice que los genios en ciencias, historia, arte, etc., son los que saben explicar sus teorías de manera sencilla (y no sé por qué coño ahora se me pone subrayado, estúpido ordenador).
Dumas lo ha conseguido: era un autor populista y ahora es un clásico que se resiste a naufragar entre modas...
Una vez conocí a un tipo que se decía escritor y que sostenía que sus lectores eran del siglo que viene (el de ahora, supongo). No sé qué era más irritante, si que se creyese tan buen autor como adivino, o que creyera que los que cohabitábamos con él éramos demasiado lerdos para su arte. No era Stendhal.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.