Reunión Marzo 2011

Un mes....y yo con estos pelos! En fin, que no he hecho "estos" deberes, Shakespeare y su Tempestad comentada quedarán para momentos menos ajetreados, Intentaré acudir a la cita. Saludos

 Aunque de prisa y corriendo la autora que tenía preparada si se presentó; pongo aquí un poco de su biografía ya que Pilpintu  transcribió uno de sus poemas.

A finales del siglo XIX los suizos Alfonso Storni y Paulina Martignoni decidieron irse a vivir a Argentina, como tantos otros europeos entonces; se instalaron en la ciudad de San Juan donde nacieron sus dos primeros hijos.
En 1890 La familia Storni decide regresar a Europa, concretamente a Sola Capriasca, una ciudad de la Suiza italiana; dos años más tarde nació Alfonsina. Cuando ella contaba con 4 años la familia regresó a San Juan y dos años más tarde se mudaron a Rosario.

Alfonso Storni sufría de trastornos emocionales y por ello su familia adolecía de inestabilidad económica por lo que paulina Martingoni debió hacerse cargo de la familia y a los 11 años también Alfonsina, por tanto nuestra autora debió dejar los estudios.

Tras la muerte de Alfonso, Alfonsina empieza a encontrar trabajos de toda clase, como aprendiz en una fábrica de gorras, más adelante incursiona en el teatro y logra hacer parte de la compañía de José Tallaví (Originario de Vélez de la Gomera, en el norte de África en la frontera entre Ceuta y Melilla; durante su vida lleva al escenario numerosas obras, entre ellas algunas de Benito Pérez Galdós y de Unamuno, por lo que se va de exitosa gira por España y Latinoamérica, especialmente buenos aires).

En 1909 retoma los estudios en la primera escuela mixta de Santa fe (nótese su temprana formación en la igualdad de sexos), en 1911 se gradúa como profesora y mientras hace sus prácticas en Rosario comienza a publicar en revistas locales.

A punto de cumplir  20 años Alfonsina se queda embarazada de un hombre casado y 24 años mayor que ella, por lo que se muda  a Buenos Aires ya como madre soltera para el resto de su vida en la sociedad machista de entonces. Hace de madre, ama de casa, escritora y además de cajera en una farmacia, en una tienda y como corresponsal psicológico (para el que no lo sepa, como yo que no lo sabía  es escribir noticias orientadas a cubrir las actividades de desarrollo y actualidad disciplinar) en 1916 publica su primer libro La inquietud del rosal y consigue sus primeras colaboraciones literarias, lo que la ayudan en las finanzas y le permiten desarrollar sus virtudes, así como conoce a intelectuales socialistas y se le permite recitar sus poemas en bibliotecas de barrio.

En 1919 comienza a trabajar de manera formal en revistas y periódicos locales, donde aprovecha para reivindicar la liberación femenina y critica la actitud de las mujeres ‘huecas’  (el voto a la mujer no estaría permitido en Argentina hasta 1946) por entonces escribió: << Llegará un Día en que las mujeres se atrevan a revelar su interior; este día la moral sufrirá un vuelco; las costumbres cambiaran>>, ante lo que proclamaba Alfonsina las mujeres de su época se posicionaron muchas a favor, pero otras en contra (no olvidemos que las mujeres solían estar muy manipuladas por la iglesia, tradicionalmente machista).

Durante la 1ª mitad del siglo XX Alfonsina se empieza a consolidar como intelectual y escritora: publica, da cátedra en varias escuelas y universidades, da conferencias, clases nocturnas, etc.

A mediados de los años 20 nuestra autora sufre una crisis de agotamiento mental y físico, por lo que se le recomienda reposo absoluto, que si bien Alfonsina se iba de vez en cuando de ‘vacaciones’ al mar de la plata no se lo podía permitir porque como recordaremos tiene un hijo que mantener.

En cuanto a su obra se puede decir que de 1916 a 1920 su estilo era romántico y modernista pues imita el lenguaje de Rubén Darío (quien también vino a la reunión), trata mucho el tema del amor, desea ser amada y aceptada, en sus poemas cuando habla del hombre nombra a ‘el amado enemigo’ y ‘la sociedad’. A partir de 1925 se torna mucho más irónica e introspectiva y además toma la temática del sexo, entiende que los males de su vida no son los hombres sino que es ella misma, puesto que los hombres solo le pueden dar un gozo pasajero, se siente incomprendida aunque la gente la quiere y la reconoce. Por entonces Jorge Luis Borges lideró un movimiento literario muy parnasiano y criticó la obra de Alfonsina muy duramente, además su primera obra de Teatro (1927) fue malinterpretada y se dijo a diestro y siniestro que Alfonsina denigraba al hombre.

No es hasta mediados de los años 30 cuando Alfonsina vuelve a publicar pero entra en una (penosamente última) etapa de su vida literaria en la que se nota que ha alcanzado una madurez en cuanto a la temática y en cuanto a la manera de escribir. En 1935 se le detectó cáncer de mama, por lo que le tuvieron que extirpar una de ellas; sin embargo su salud se fue empeorando y tenía casi la certeza de morir por lo que sus poemas a partir de aquí ella se despide a través de sus poemas. Sus gran amigo Horacio Quiroga, así como su hija,  a quien tenía un especial cariño; deciden quitarse la vida, por lo que además de dolor físico tenía también una pena en el corazón, poco después Leopoldo Lugones, su enemigo literario, tomó el mismo camino, y ella quien consideraba que el suicidio era una elección de vida decidió hacer lo mismo un día de octubre de 1938 en el cual se fue al mar de la plata como solía pero esta vez para no regresar jamás, fue un día de mucho dolor físico y moral, Alfonsina llamó a la asistente del hotel donde se quedaba y le dictó un poema y una carta para su hijo y minutos más tarde se fue al descanso eterno ‘vestida de mar’

Aquí les dejo el poema de despedida:

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara en la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas, bájala un poquito.
Déjame sola; oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases para
que olvides... Gracias... Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.