Interesante artículo en El País, que me parece que acierta, al menos, al señalar los síntomas, aunque las soluciones puedan estar abiertas a debate.
La paradoja de la corrupción.
05/05/2010 - 09:07
#4
Estoy con Fingor. Luego, hay cosas más fáciles de conseguir que otras. El cambio del sistema electoral no debería ser tan complicado teniendo en cuenta que hay democracias muy cercanas con otros sistemas y que somos una democracia joven.
Lo de la burocracia meritocrática, según comentan en el artículo ya se ha conseguido en la central. Sólo sería trasladar el modelo a la autonómica, ¿no?
Lo de la prensa independiente lo veo más complicado, pero siempre tendremos internet. A medida que se forme una conciencia política popular, la cosa mejorará.
No digo que sea sencillo, pero tampoco lo veo descabellado. Lo importante es tener un objetivo, ¿no?
Muy interesante el artículo.
05/05/2010 - 12:17
#5
El articulo me ha parecido bastante interesante y con planteamientos muy razonables, dificiles de conseguir, pero no imposibles del todo, claro que en un pais donde la corrupción y el amiguismo son regla general lo tenemos ciertamente complicado.
05/05/2010 - 14:57
#6
Medidas como las del artículo y otras son posibles pero no sé yo si tiene mucho sentido debatir cuando la lucha contra la corrupción no está en la agenda de ningún gobierno. Los políticos pueden pelear y discutir pero tienen un fuerte sentido corporativo. Se pueden restregar unos a otros los casos de corrupción pero nunca toman la iniciativa para aprobar leyes que en el futuro puedan volverse contra su propio partido.
05/05/2010 - 15:34
#7
De hecho, es curioso como ese corporativismo se mantiene (no sólo en los partidos, véase también la Iglesia, por ejemplo) contra viento y marea... por mucho que pueda volverse contra la institución.
Y en el caso de la corrupción, todavía más, ya que lo curioso es que los alcaldes y líderes regionales más corruptos suelen estar muy reforzados electoralmente. Cargarse a un corrupto ya no es sólo el revés político, es que supone perder un ayuntamiento o autonomía, ya que se descabeza la delegación del partido.
07/05/2010 - 18:18
#8
Cargarse a un corrupto ya no es sólo el revés político, es que supone perder un ayuntamiento o autonomía, ya que se descabeza la delegación del partido.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Exacto, es que mientras los votantes no castiguen la corrupción los políticos no se la van a tomar tan en serio como deberían.
08/05/2010 - 16:30
#9
Bueno, eso de que el corporativismo afecta a todos no es así. Si existiera tal no habria Jaume Matas, Gurtel o Marbella. Afecta hasta unos límites aceptables, para eso están los partidos, para echarse mierda unos a otros. Cuando sube uno denuncia al otro o desde fuera del poder algun juez del otro bando se pone a sacar mierda. También hay fracturas dentro de ellos mismos. En la guerra entre Camps y Zaplana llegaban las noticias de corrupción desde dentro del PP a las redacciones de prensa.
08/05/2010 - 20:41
#10
¿Quién era el que dijo aquello de "en política hay adversarios, enemigos y compañeros de partido"? Fuera quien fuese, tenía razón.
Y a eso voy, las denuncias de corrupción se dan cuando el corrupto no es un aliado político... condición que no siempre coincide con la de compañero de partido. Pero cuando el corrupto es un aliado, el que puede tomar la decisión de destituirlo no suele ser fulminante.
08/05/2010 - 21:03
#11
Mucho ruido y pocas nueces. El próximo año tenemos elecciones municipales y saldrán cientas de acusaciones por corrupción que quedarán luego en nada. Cuando empezó el Gürtel se habló de legislar los regalos de particulares a políticos pero ya no se acuerda nadie. Mañana surgirán casos similares y llegarán a poco más que nada porque las leyes seguirán siendo igualmente indulgentes con los corruptos.
Aquí los políticos se pasarán el día de la corrupción del otro pero ninguno tiene interés en tomar medidas para prevenir futuras corrupciones
10/05/2010 - 14:32
#12
La gubernamentalidad liberal no extirpa, sólo reduce a niveles socialmente aceptables. Establece mecanismos de seguridad que no pongan el tinglado patas arriba, que digan 'eh, el sistema funciona', reduce a niveles relativos de aceptabilidad del desajuste.
El hambre en el mundo, el tráfico de drogas y de personas, de sexo, corrupción, etc. son beneficiosos para el funcionamiento. No busca acabar con ello mediante leyes que lo harían policial, sino adaptarse, servirse de ello.
Imagino que si se llega a un momento de credibilidad 0 de la política surgirán movimientos autoritarios que reclamen la extinción de los políticos en general. Y a eso le tengo más miedo a que haya un Camps y millones de valencianos gilipollas que le votan.
Pero bueno, que sí, que la corrupción da asco. Sólo eran reflexiones pesimistas al aire. Habría que empezar a vivir formas de vida que demuestren que no hacen falta representantes políticos, formas de vida no fascistas, ni mandar, ni dejarse mandar. Poco a poco, 'contraconductas'
Podría evitarse con burocracia meritocrática, cambio del sistema electoral y prensa independiente.
----------------------
Imposible...si empezamos con utopias.
“Quien vence sin obstáculos vence sin gloria”