Nuevo Fic "In Excelsis"

Salve:

Ayer no escribí porque me dio pereza. =D Con todo, según yo el que tenía que seguir era Haku-san.

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La invitación al baile estaba por escrito, y por lo tanto, con carácter oficial, en las manos del Comandante Mitard. Su única reacción ante el desagrado que le producían ese tipo de celebraciones de los civiles fue arquear una de sus cejas. Hubiera preferido quedarse trabajando todo lo posible antes de la misión, pero una vez más tenía un deber que cumplir.

Salió de su oficina y fue a su habitación. Era conveniente vivir en el Palacio por si surgía alguna emergencia. Allí preparó su uniforme militar de gala, puesto que asistir con su usual armadura de combate no era aceptable, aunque sí preferible para él. Luego se dispuso a proceder con su aseo personal. La tradición del Palacio establecía ser asistido por un cierto número de doncellas, pero Mitard prescindía de sus servicios desde que notó que las hembras ponían más empeño en el asunto del necesario. No es que le molestase particularmente, pero tales faltas a la disciplina no debían ser toleradas. Además, bañarse solo era más rápido y eficiente.

Una vez aseado y vestido consultó la hora. Aún era temprano. Podía intentar relajarse bebiendo sake antes de ir a poner a prueba su paciencia de nuevo. Se preguntó cuántos soldados asistirían. La mayoría de ellos se aburría tanto o más que él en esos eventos, debido a lo cual, tras cumplir con las formalidades, se retiraban discretamente a hacer su propia celebración en alguna bodega perdida del Palacio y luego regresaban para la clausura del evento oficial. Esperaba sinceramente que los organizadores usuales de esas "retiradas" hubieran tenido tiempo de preparar lo necesario, porque de lo contrario sí que sería una larga noche. Ya se daría cuenta al llegar.

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Espero que eso sirva.

En Taro Adun

Si, definitivamente su mamá había hurgado su maleta mientras hablaba con su Maestro. Esos vestidos no eran los que ella se había llevado originalmente. Qué manía la de su progenitora de quererla ver más extravagante y elegante…. Lastima que no creía adecuado usar ciertos poderes para arreglar tan ostentosos vestidos, tendría que usar alguno tal cual estaba, quisiera o no.

Media hora después ya estaba lista, se había delineado los ojos de negro y puesto un suave brillo en los labios, su cabello liso lo llevaba de medio lado peinándolo sobre su hombro izquierdo, dejando gran vista de su cuello, de donde colgaba un sencillo collar con un pequeño dije de plata, y notando los pequeños zarcillos de diamante que le había regalado su abuela.

Mientras su maquillaje era bastante sencillo, su vestido era algo más complejo, empezaba con un ajustado corsé negro, strapless y con una simulación de una flor al final del mismo. De la cintura para abajo caía una falda roja abierta discretamente por delante, adornada con algunos estampados en negro. Finalizando el atuendo unas sandalias negras algo altas resaltaban un poco más su figura.

Era una lástima que sus padres no estuvieran ahí para verla, probablemente estarían orgullosos y emocionados. Justamente habían partido a casa de unos parientes en otra ciudad cuando la invitación había sido enviada.

Mientras daba un último vistazo a su imagen sintió como llamaban a su puerta. Al abrirla se encontró con un joven guardia que al verla se sorprendió momentáneamente, volviendo a su habitual seriedad solo que con cierto tono rojizo sobre sus mejillas.

- Duquesa - la llamó dando una reverencia - la esperan en el gran salón.

Ya se imaginaba que eso pasaría, como invitada en el palacio real sería presentada como tal ante todos en el salón. Era algo incómodo pero no se podía esperar otra cosa.

- Gracias, vayamos entonces - Dijo con una sonrisa acentuando así el sonrojo del joven frente a ella.

Escoltada por el guardia, llegó hasta la entrada que daba al gran salón. Vio que los invitados ya habían llegado en su mayoría y el rey miraba en su dirección al ser avisado de su presencia. Antes de cualquier palabra su majestad la volvía a ver con esa mirada intensa, esa chica era definitivamente especial.

Por su parte Madame Tourné divisaba a su rey, quien miraba algo en concreto. Al darse cuenta que era lo que le robaba la mirada del hombre, su expresión delicada y amable paso a una de gran desprecio, definitivamente los celos la carcomían.

- No permitiré que me quite a mi rey - Susurró para si misma, caminando en dirección del rey quien todavía no salía de su ensoñación.

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PD: jajaja con esa descripción del vestido me postulare para animadora del próximo Miss Venezuela xDDD y para más y mejor información sobre el vestido, dele aquí http://imgs.evisos.com/2007/11/29/arriendo-de-vestidos-de-noche_ecff69cb22598_3.jpg