Tras un laaaargo día de curro y obligaciones familiares, cuelgo otro mensajito.
Vaya por delante que ni me considero ofendido ni pretendo ofender. No sea que se me malinterprete.
Hago una cura de humildad pública, reconozco que mis conocimientos literarios formales son básicos. Leo lo que me gusta porque me gusta, y procedo igual con lo que escribo. Soy Quevedista y por supuesto Gongorilla es un marrano. No pretendo adoctrinar a nadie; para gustos, colores.
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Me llamo Gilles de Blaise, y leo a Pérez-Reverte......
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(coro de voces) ¡Hola, Gilles!
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Dicho lo anterior, trataré de resumir algunos puntos.
- Para hacer una crítica literaria no es necesario atacar personalmente al autor, aunque sea alguien tan odioso como Pérez-Reverte. Yo no sería amigo de este hombre, pero a veces pienso que lo suyo es una pose de cascarrabias y maleducado. Así puede filtrar más fácilmente sus amistades. No cae simpático y no se esfuerza en parecerlo. Pero el crítico juzga la obra, no la persona.
- Zapatero a tus zapatos. El crítico literario debiera hablar de lo que sabe, máxime si al salirse de lo suyo corre el riesgo de quedar en evidencia. El veterano español de la época llevaba un canuto metálico con sus "papeles de servicio", aunque la señora Bodineau no lo sepa (otro ejemplo de ignorancia que podía haberse ahorrado).
- Quién sabe si el mismo Pérez-Reverte ha pretendido, o no, ser endiosado. La serie de Alatriste es un intento de recuperar el folletín y las novelas de capa y espada del XIX. La calidad literaria, en este caso, puede que no sea tan importante para el autor, o para el lector, como la ambientación o la adrenalina. No es Faulkner, Camus, Sartre, Balzac, Hugo... Ni Dumas. Es Pérez-Reverte, sin más. Y le envidio, porque escribe lo que quiere y, aunque en muchas ocasiones no estoy de acuerdo con él, al menos tiene el valor de decir lo que piensa. Su columna de opinión en XL Semanal me alegra muchos domingos, y puede que su serie de Alatriste haya aficionado a algunos a la historia de España.
- No se puede negar que Pérez-Reverte sabe de lo que habla y se documenta (a diferencia de Dan Brown, por ejemplo). Es Académico y, sin entrar en si es honor merecido o no, una de las personas con mayor conocimiento del habla de germanía de la época del Siglo de Oro y aledaños, siendo motivo de su discurso de admisión en la academia. Esto no tiene nada que ver con su mayor o menor calidad, juicio que dejo a los que saben de esto.
- Está por ver qué fue antes, la indigestión de esparto (o soga) o la indigestión de plomo. Evidentemente yo no lo sé, pero quizá nos encontremos ante un uso de jerga que luego se ha utilizado en otros ámbitos.
- Probablemente estemos confundiendo calidad literaria con difusión, o hacemos asunciones como que al ser un autor vendido debe tener una gran calidad. Tiene la suerte de ser un autor muy leído y sus libros son esperadísimos por el público medio. ¿Quiere esto decir que España es un país de amantes de la mediocridad? No creo. Más bien ocurre como en todas partes: la gente lee lo que le gusta.
- Yo sí he oído lo de "estar fresco como una lechuga".
- He leído una crítica de esta persona, Bodineau, pero es una más de lo que hubiera deseado. Es lo mismo que no haber leído más que El Código Da Vinci o El último Catón y no desear leer nada más del autor.
Hemos personalizado en Pérez-Reverte, pero lo dicho es extensible a muchos otros autores. Me encanta El Señor de los Anillos, pero no es uno de los 100 mejores libros del siglo XX, como se ha calificado en encuesta pública, y entiendo al que le parezca un ladrillo infumable. Como me parece Drácula, o pienso que Lovecraft ha envejecido mucho peor que Poe. Asumo que Asimov no entrará en el Parnaso a no ser que encuentre una puerta de servicio, pero me lo paso bien leyendo sus cuentos, novelas y ensayos. Sé que Dumas tenía negros y que apenas daba un toque aquí u otro allá, pero El Conde de Montecristo o Los Tres Mosqueteros tienen un algo que los hace especiales. No solo de Nabokovs vive el hombre.
Para finalizar, una curiosidad: busqué en Google quién narices era la tal Boudineau y al primer enlace me topo con un blog en el que, en los comentarios, se dice que es un seudónimo de cierto escritor y crítico literario, bastante polémico en sus opiniones. No sé si será verdad o no, no tengo elementos de juicio.
Joé, vaya rollo he largado. Me he quedado a gusto.
Reverte puede haber sido endiosado pero eso no justifica ningún afán justiciero. Las críticas deben hacerse siempre de forma equilibrada y evitando que nos puedan las antipatías personales. Entre ser el nuevo Fénix de las letras españolas y ser un nuevo Dan Brown hay un trecho bastante largo y me parece que Reverte no es una cosa ni la otra. Esto es lo primero porque me sorprenden críticas tan destempladas.
Por otra parte hay que juzgar un libro teniendo bien clara la perspectiva del género y del enfoque del autor. Esto es una novela histórica de aventuras, no la prosa poética de Ruben Darío ni las sonatas de Valle Inclán. Y el que narra es un militar del siglo XVII con un nivel cultural medio-bajo. Hay que juzgar estas novelas teniendo siempre presente que no es Reverte el que narra sino Íñigo Balboa. Críticas como la falta de poesía o de recursos literarios están fuera de lugar. Es como quejarse de la falta de romanticismo de Sade. Por favor, sepamos qué estamos leyendo. El narrador se expresa con el lenguaje duro y sarcástico que corresponde y los personajes que dialogan son militares y bandidos, no personajes de una obra de teatro de Shakespeare. Ni que decir tiene que en cuanto a los valores del narrador como su xenofobia, patriotismo, etc. son los que corresponden al personaje.
Tampoco está de más documentarse un poco y leer textos de aquella época porque nos daremos cuenta del estilo con que se expresaban y es que me da que el problema no es el autor sino los gustos propios. Evidentemente si no nos gusta el siglo XVII y la mentalidad y manera de expresarse de aquel tiempo es mejor que leamos otra cosa más acorde con nuestros gustos.