El extraño lugar
Reseña de la novela de Domingo Santos publicada por Grupo Ajec en su colección Albemuth
El extraño lugar es una novela en la que se percibe oficio en todos sus aspectos: premisa, desarrollo, prosa y estructura se ponen al servicio del lector para conducirle con mano firme y sin perder su interés a lo largo de todas sus páginas.
Su planteamiento es muy sugerente y, a la vez, resulta familiar: una pareja ordinaria se encuentra, de repente, en un lugar extraño donde las cosas no son como uno piensa que deberían ser. No es que sea un sitio amenazador, sino, más bien, todo lo contrario: en la extraña mansión balneario donde se sitúa la acción no parecen existir peligros aparentes y sí muchas comodidades, tal vez demasiadas, aunque, al mismo tiempo, abundan los elementos inquietantes, como la niebla que circunda el edificio, las alas restringidas a los inquilinos, el inusual personal al cargo de las instalaciones o el extraño modo en el que funcionan las cosas.
En cierto modo, el elemento suspense juguetea con el miedo sin sucumbir a la llamada del terror. Sí, hay unos cuantos momentos que conmocionan al lector, pero el modo en el que avanza la historia es más desasosegante que aterrador. En este sentido, es interesante ver que Domingo Santos conduce la historia con un motor muy propio de la ciencia ficción: la curiosidad. Lejos de adoptar una actitud de superviviente, el protagonista de esta historia busca comprender, descubrir y analizar, seguro como siente en su papel de persona corriente en un mundo civilizado.
El tratamiento de este personaje central, que es común al de muchos de los secundarios, es muy acertado. Se nos presenta un hombre normal, anodino hasta cierto punto, pero fácilmente identificable: el autor no confunde hablarnos de alguien común con evitar perfilarlo. De este modo, tenemos un foco que es a la vez muy creíble y cercano, lo que da más viveza a la narración. A mi parecer, es un gran acierto, pues un héroe al uso hubiera podido ahogar el desarrollo.
Este es en apariencia sencillo, lineal, pero el tempo está muy bien medido: el lector siempre recibe un poco más, lo suficiente para seguir con la lectura y continuar hasta el final. Hay que señalar que, al mismo tiempo, esta dosificación de la información no tiene nada de tramposo ni nos encontramos con juegos de manos para impresionar al lector. Bien al contrario, se nos dan todas las claves desde el principio sin que por ello mengue la impresión final ni el interés en la lectura.
En definitiva, una obra que engancha y que entretiene de principio a fin, y que deja un poso de inquietud en el lector.
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