El increíble chollo de ser político en España.
Con este titulo, el periodista Daniel Montero publica «La Casta». Donde recoge, sin piedad, en 280 páginas, algunos de los increíbles privilegios y lujos de los profesionales de la política española.
http://www.esferalibros.com/libros/librodetalle.html?libroISBN=9788497348850
Y un avance del libro con varios ejemplos…telita con los despilfarros de nuestros políticos.
http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2009/731/1255816803.html
En fin…todo esto me recuerda a la perla que dijo en su día Carmen Calvo, antigua menistra de (in)Cultura…
"Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie."
Se entremezclan aquí distintos "privilegios" cuya naturaleza y razón de ser es bien distinta.
Por ejemplo, lo de poder utilizar medios de transporte con cargo al Estado, teniendo en cuenta que los señores diputados y senadores son representantes de sus provincias, es algo que tiene una razón de ser clara: comunicar a los representantes regionales con las regiones a las que reperesentan.
Ocurre lo mismo con los sueldos. Si lo sometiéramos a votación, seguramente mucha gente acabara votando que los cargos políticos volvieran a ser gratuitos, como en la República Romana, pero eso llevaría a que sólo los que fueran ricos por su casa pudieran dedicarse a la política. En cuanto a la cuantía de su sueldo, se puede abordar desde muchas maneras: en relación al nivel salarial de España, en relación al sueldo de los políticos de los países de nuestro entorno... pero hay que tener presente dos cosas: tiene que ser relativamente elevado para "captar" los más capaces que, de otra manera, podrían ir a dar al sector privado.
Además, ya he comentado que el absentismo de los diputados no es siempre sinónimo de vagancia, que la presencia en la Cámara no es ni la única ni la principal (en cuanto a tiempo de trabajo) de sus funciones.
Esto es en teoría.
En la práctica, ocurre que el entramado de los partidos tiende a la endogamia y al enchufismo. En parte porque el ser "hijo de" ya da alguna ventaja (casos como el del clan los Kennedy en EE. UU., que hacen que alguna gente empiece a hablar de "tendencia natural a las monarquías"), y en parte porque las bases de un partido tienen un poder escaso, y los líderes tienen capacidad de "colocar" a sus hijos y parientes, cosa que se acentúa especialmente en el sistema parlamentario con listas cerradas en el que estamos, en el que de los ciento y pico de diputados que llevan cada uno de los partidos mayoritarios, sólo unos pocos son alumbrados por los focos, pudiendo el resto hacer gala de la mediocridad más absoluta).
Y si a esto se le suma la potestad cuasi-ilimitada de crear cargos políticos (desde ministerios hasta asesores) para colocar a amiguetes, se tiene lo que se tiene.
¿Tiene solución? Algunos puntos sí. Pero la mayoría son inherentes, o al menos muy agravados por el sistema parlamentario de listas cerradas y bloqueadas que tenemos.