Juego sucio: Mutaciones
El Brutal Ball es capaz de cambiar profundamente a quienes lo practican, sobre todo a algunos
Los cambios corporales extremos son habituales entre los jugadores de balonpozo y los habitantes de la Ciudadela en general: aros, perforaciones, tatuajes, miembros amputados... Pero en algunos casos entran dentro de lo que se llaman mutaciones: cambios radicales en la forma de los miembros ¡o incluso aparición de nuevas extremidades!
Aunque no es un fenómeno extraño, tampoco es tan habitual. Por lo general, responde a conductas de riesgo, como practicar la hechicería, realizar determinados pactos diabólicos o mantener una estrecha relación con la Piedra del Guarp. No es de extrañar que se manifiesten casi siempre en nezumis, boques y gentes que venden sus almas al mejor postor.
El juego sucio mutaciones no se puede elegir: solo se aplica cuando ocurre el evento de juego sucio en la tabla de sucesos. Esto refleja su carácter imprevisible. El entrenador sí que elegirá, por el contrario, la fuerza de la mutación. Por cada nivel, el jugador añadirá un punto a un atributo a azar (puntos agrupados como él desee: por ejemplo, una mutación de nivel cuatro puede dividirla en 1 punto para un atributo y 3 puntos para otro, pero cuáles serán estos se determinará al azar). La forma en la que se manifestará la mutación dependerá de qué atributos se vean afectados y en qué medida, lo que representará la aparición de un tentáculo, un ojo adicional, garras, colas maza...
El proceso es doloroso y terrible, por lo que el jugador deberá lanzar tantos dados de carga como la potencia de la mutación. Cada seis obtenido es una herida sufrida y si obtiene cinco o más supone directamente la muerte o algo peor, como quedar reducido a una masa babeante e informe.
¿Sabías que...
...Daaarg el Rompehuesos es considerado el mayor mutante boque de todos los tiempos?
El capitán de los Cuernos Sangrientos de Darbaal es el ejemplo paradigmático de los efectos de caerse de pequeño en una marmita repleta de caldo de Piedra Bruja: grande como un minotauro, bicéfalo, con cuatro brazos acabados en garras, cola maza, espinas en las piernas, lengua bífida... una auténtica aberración que muchos no consideran ya ni un boque ¡y que desata pasiones en la grada por su incuestionable efectividad como centrocampista!
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