Elfos

Por mucho que hagan ver lo contrario, estos hermosos y distantes comeflores adoran jugar al Brutal Ball

Los elfos se encuentran fuera de lugar en la Ciudadela. Son criaturas hechas para las profundidades de los bosques y los rincones donde la naturaleza muestra su cara más salvaje y hermosa. Están ligados a la tierra, al aire, al agua. Su existencia es armonía con el entorno, todo lo contrario a lo que se respira en los callejones malolientes de los bajos fondos de la metrópolis o en las dimensiones imposibles con que las torres-diente buscan arañar los cielos.

Es por ello que muchos aficionados presuponen que también se sienten fuera de lugar en los pozos de Brutal Ball, encorsetados entre ocho muchos, ante una multitud enfervorizada que no deja de gritar, sudar y escupir. Ellos mismos, de hecho, muestran un desdén manifiesto por el espectáculo y la cultura en general de la Ciudadela.

Pero no hay que llevarse a engaño: en realidad, los elfos adoran el Brutal Ball.

Cualquiera que se fije lo suficiente se dará cuenta de esta realidad incontestable. La vanidad de estas criaturas feéricas se ve halagada hasta extremos inconmensurables cuando siembran la confusión en el campo, esquivan a sus adversarios, les hacen morder el polvo, les roban un balón delante de sus narices, marcan haciéndoles parecer niños torpes. Disfrutan sintiéndose superiores a ellos en la arena ¡y negarán cualquier derrota! Antes hacer ver que, simplemente, no se tomaron el partido en serio.

Sin llegar a ser inofensivos, los elfos son menos brutales que los jugadores convencionales de Brutal Ball y su manía de llevar armaduras ligeras para no entorpecer sus movimientos los convierte en blancos más vulnerables de lo cabalmente razonable. Sin embargo, compensan estas deficiencias con una velocidad y una agilidad por encima de la media y, sobre todo, con un gran dominio del balón que los ha convertido en auténticos maestros del juego de pase. Su estilo de juego es, sin duda, de los más vistosos que se puede encontrar en una arena.

Tamaño: Todos los jugadores elfos son de tamaño medio.

Juego sucio:

Dopaje: Grandes conocedores de la naturaleza, los elfos son capaces de elaborar todo tipo de pociones para estimular a sus jugadores más allá de todo límite.

Hechicería armónica: También denominada por las mentes simples magia blanca, este tipo de hechicería requiere una comunión total con la naturaleza, lo que permite a los huesos quebrados encontrar su posición natural, a los balones deslizarse en el viento, a los jugadores fluir por el terreno de juego...

Hechicería ígnea: La magia que impregna la naturaleza elfa no siempre es amable. A veces, el Inmaterium estalla a través de ellos con la violencia del relámpago o la voracidad del fuego. Aunque lleven mallas de colores, los elfos no tienen por qué ser inofensivos.

Hechicería parpadeante: Igualmente, los elfos se muestran duchos en las artes parpadeantes. Balones que están aquí y luego ya no están, jugadores que se desplazan más rápido de lo que capta el ojo humano, uno no sabe nunca qué puede pasar cuando la magia ilegal entra en juego.

Maleficios: Aun a riesgo de terminar padeciendo algún mal de ojo, hay que reconocer que los elfos son tan vanidosos como rencorosos y envidiosos. En ocasiones, los jugadores adversarios parecen disfrutar de una mala suerte totalmente fuera de lo común... bajo las sonrisas maliciosas de los elfos que la han convocado.

¿Sabías que...

…los Reyes Brujos de Karacia fueron votados por los lectores de la Revista Roncos como el equipo más siniestro de la temporada 2478?

Este galardón, cosechado tradicionalmente por equipos strigoi, gules o tumularios, fue otorgado a los Reyes Brujos tras una extraña cena de gala oficiada en las profundidades de los bosques de Karacia de la que volvieron solo la mitad de los asistentes ¡y de la que nunca se ha sabido nada de primera mano!

Algunos ejemplos de equipos de elfos:

Equipos elfos de Games Workshop

Equipo elfo de Gaspez Arts

Equipo elfo de Greebo

Equipo elfo de Meiko

Equipo elfo de Shadow Forge