Powers: Supergrupo
Reseña del volumen de Bendis y Oeming publicado por Panini
El tema de las agrupaciones de superhéroes es uno de los clásicos del género y el motor de innumerables historias dentro del mismo. Ya en la propia Powers, esta idea de los grupos de supertipos ha sido espina vertebral de la serie, por lo que resultaba previsible que tarde o temprano surgiera un número en el que, manifiestamente, fuera el leit motiv principal. Aquí lo tenéis: Supergrupo, con todas las letras ya en el propio título.
Y, como cabía esperar, el enfoque es fresco y original. ¿Qué interés puede tener el gobierno federal en mantener un grupo de superhéroes en nómina? Como es habitual en Powers, el trasfondo de novela negra y el realismo sucio se mezclan con habilidad con los elementos clásicos del género de superhéroes. Rencillas entre superhéroes, negocios de dudosa moralidad, libremercado en un mundo con tipos en mallas con superpoderes, adaptaciones cinematográficas, periodistas a la caza de exclusivas a cualquier precio...
La intriga y cierto fatalismo socarrón están presentes en una trama que discurre con habilidad en esa desigual lucha idealista del David de los detectives de policía más o menos honrados contra el Goliath de los poderes que superan a los ciudadanos de a pie. Y aquí es donde los guiones de Brian Michael Bendis brillan con particular intensidad, en ese terreno en el que el humor y la tragedia se pueden dar la mano y hacer creíbles, y hasta emotivas, las imposibles y dramáticas peripecias de los protagonistas.
Es algo fascinante en un número como este, donde las tintas de lo oscuro vienen particularmente cargadas, como ponen de manifiesto algunas viñetas de Mike Avon Oeming, que llegan a extremos que se podrían calificar de gore, pero que se alternan con soltura con otras mucho más alegres, incluso humorísticas, aunque no menos cañeras (como el sueño de Deena). En Supergrupo el aspecto melancólico y fatalista de la novela negra está particularmente presente, pero los autores manejan con tal acierto las válvulas de escape, como pudieran ser los punzantes y pícaros diálogos.
Como cierre de este tomo tenemos el magnífico dossier Cómo se hace Powers, un pequeño reportaje en el que Oeming (dibujo), Bendis (guión), Bruzenak (rótulos) y Pantazis (color) nos explican los entresijos de la creación de una página del cómic. Breve, apenas una página o dos por artista, pero intenso e interesante a más no poder. Como es costumbre, un acierto la edición de Panini también en los contenidos adicionales, que encantarán a aquellos interesados en la trastienda del mundo de los cómics.
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