El tambor de hojalata cumple cincuenta años
Alfaguara lo celebra, junto al resto de editoriales europeas, con una nueva traducción de este clásico del siglo xx
La publicación de El tambor de hojalata en 1959 colocó a Günter Grass en la primera fila de la gran literatura mundial. Para algunos expertos alemanes, esa obra representa «el renacimiento de la novela alemana del siglo xx»
El éxito de El tambor de hojalata había empezado un año antes de que saliese al mercado. En 1958, con sólo diecisiete años, Grass había leído un capítulo de su primera novela durante una sesión del Grupo del 47. Su actuación dejó huella. Su estilo moderno, vital y figurativo impresionó al público. Grass «parecía osado, algo venido abajo, como un gitano mendigando», dijo Hans Werner Richter, padre de ese grupo literario. Con aquella lectura Grass consiguió el premio del grupo, dotado con 5.000 marcos —unos 2.500 euros de ahora— que le permitió regresar a París, donde estaba viviendo, para seguir trabajando en el manuscrito.
Un año después, cuando El tambor de hojalata salió al mercado, el entonces joven poeta y ensayista Hans Magnus Enzensberger sería uno de los primeros en recomendarlo con unas palabras que resultarían proféticas: «Hay que leer la primera novela de un autor llamado Günter Grass que producirá gritos de alegría y de indignación».
Seis años después de la publicación de El tambor de hojalata, Grass obtuvo el Premio Büchner, el más importante de las letras alemanas. Cuarenta años después de que saliese el libro recibiría, en el mismo año, el Premio Nobel (del que se cumplen diez años) y el Príncipe de Asturias de las Letras. La versión cinematográfica de la obra, realizada por Volker Schlöndorf, obtuvo el Oscar de Hollywwod.
Como cuenta Miguel Sáenz en el epílogo a su traducción, «hacia 2005, comenzó a sentirse en distintos países la necesidad de acometer nuevas traducciones de El tambor de hojalata: Francia, Finlandia, Italia, Portugal, el ámbito anglosajón... y también España. Por ello Günter Grass convocó, en Danzig, una reunión con sus traductores, como suele hacer cada vez que escribe un nuevo libro. Entre esos traductores los había de la vieja guardia, que habían asistido a esas reuniones desde la primera que tuvo lugar con motivo de la publicación de El rodaballo en 1978, pero también traductores nuevos. Y la idea de Grass era, no sólo hablar de El tambor con sus traductores, sino también mostrarles los lugares de Danzig, su ciudad natal, en la que transcurre gran parte de la acción».
Las celebraciones para conmemorar los cincuenta años de esta gran novela comenzaron en la primavera de 2009. En Berlín, Grass asistió a un coloquio sobre la novela con su editor Helmut Frielinghaus y con los traductores literarios al inglés, al danés y al finés.
En septiembre de 2009, la editorial alemana Steidl saca a las librerías una edición conmemorativa, acompañada de una amplia documentación sobre el libro y de comentarios que reflejan la repercusión internacional que tuvo. A finales del mismo mes, la casa museo Günter Grass de Lübeck inaugura la exposición Un libro escribe historia, dedicada naturalmente a El tambor de hojalata, que se prolongará hasta el 31 de enero de 2010.
Será en octubre cuando los homenajes se concentrarán con la presencia de Grass en la misma Feria de Frankfurt donde hace cincuenta años presentó su exitosa novela. El próximo 16 de octubre, fecha en que Grass cumple ochenta y dos años, el autor participará en la presentación de la edición de bolsillo en la colección de clásicos de Die Zeit, ZEIT-Leseredition, en un acto moderado por Michael Naumann. Además, ese mismo día, se proyectará la película basada en su novela y el propio Grass prestará su voz al espectáculo de percusión El tambor de hojalata de Günter "Baby" Sommer, con quien el Nobel alemán ya ha colaborado en otras ocasiones.
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He visto la películo. Si no leí el libro, es porque el ejemplar que había en la biblioteca (también de Alfaguara) tenía la letra muy pequeña. No me gusta dejarme la vista leyendo.
Bastante inútil