El hábitat del superhéroe

Imagen de Anne Bonny

¿Por qué demonios se empeñan en sacar a los superhéroes de su medio natural? ¿Por qué tenemos que sufrir el desencanto de oír sus voces y de verles con el triste telón de fondo de la realidad?

No soy quien para hacer profundas reflexiones sobre el superhéroe y su papel en el cosmos. Ya ha habido gente mucho más hábil, como Alan Moore o Jan, que nos han dado su punto de vista en el lenguaje que corresponde –el cómic-. Sin embargo, no quería dejar pasar la oportunidad de dar mi parecer sobre este tema, en especial viendo la avalancha de materiales varios que nos asaltan relacionados con estos particulares personajes.

 

Tengo la impresión, tal vez errónea, de que el superhéroe tiene su lugar en el cómic. En concreto, en el cómic de quiosco, en el de grapas o, al menos, en el de tapa blanda. No se trata sólo de que sea su lugar de origen, sino de que, además, en cualquier otro lado parece una monja en un burdel. No pega. Ni con cola.

 

El único sitio en el que creo que los superhéroes han aparecido con la dignidad apropiada ha sido en el mundo de los videojuegos. Ver correr a Lobezno o al Capitán América en un arcade tipo Capitán Comando impacta. Se ve a la legua que la cosa marcha. Y creo que se debe a dos cosas el que sólo en este ambiente sigan siendo resultones: a que el tipo de imagen es la misma y a que no hablan.

 

Lo de que no hablen es importante. Ya con Asterix había descubierto cuánto mal puede hacer el doblaje a un personaje que conoces de toda la vida, pero en el caso de los superhéroes se agrava: no es únicamente el tono de voz, sino lo que dicen. La mitad de los diálogos que aparecen en los cómics son totalmente improbables en la realidad. Claro está que se pueden modificar fácilmente, y que uno se reconcilia con las voces más fácilmente si hay cuerpo detrás que corresponde a las mismas. Sin embargo, supongo que nunca podré quitarme del todo de la cabeza esos doblajes latinoamericanos de las primeras series de superhéroes. No es algo intrínseco a la lengua, o a su pronunciación, sino a la idea que llevamos en la cabeza. Del mismo modo que un Thor con acento baturro es incómodo, un Batman con acento mexicano es perturbador.

 

Lo de la imagen todavía tiene peor solución. Como todo lector de cómics de superhéroes habrá comprobado, en éstos priman los colores vivos. Sí, la historia puede ser más o menos negra, pero los uniformes y demás parafernalia –incluso la cabeza del Ghost Rider- tienen un aspecto que sólo queda bien en viñetas (o en portadas). Sólo aceptamos que el Capitán Britania pasee su mole enfundada en los colores de la bandera porque es un dibujo, no nos engañemos.

 

Es por ello que en los videojuegos también funcionan. La estética es parecida y todo resulta digerible. Sin embargo, en cuanto saltamos al carne y hueso las cosas se tuercen. El asunto va más allá del calzoncillo externo de Superman –rojo para más INRI- o de ese Batman en leotardos con su socio infantil en pantaloncitos cortos (y sin un pelo en las piernas, para bien o para mal). De hecho, se podría creer que con los nuevos efectos especiales es posible tener la esencia del superhéroe de un modo digno con actores de verdad, pero siempre hay algo que escama.

 

Algunos diréis que es una manía mía, pero no puedo evitar acordarme de que hasta en X-Men hacían bromilla con la materia textil de los uniformes (sí, cuero en vez de lycra de colores, ¿qué os esperabais?). ¿Y por qué? Porque, demonios, esos uniformes fueron diseñados para colorearse en las imprentas de la época, máquinas de esa mítica era predigital, y, por ello, cantan como cantan.

 

Así, claro, es posible hacer una película de superhéroes y mantener el tono, forzar la estética, darle un aire más negro y más creíble, conseguir que los diálogos se adapten a los nuevos tiempos y disfrazar al Capitán América y sus viejas tendencias ultrapatrióticas de otro modo, pero, en el fondo, todos sabemos que se ha perdido algo del color. Incluso cuando Lobezno fuma saltándose todas las reglas impuestas por la llamada corrección política, porque, en el fondo, no fuma como en los tebeos.

 

Pasa un poco como con los peinados –Cíclope, campeón-, que son estilos de cómic, propios para lucirse en una viñeta y no fuera de ella. Del mismo modo que un mangaka que se pone los pelos de punta a lo Dragon Ball genera unas risas incontrolables –o algo de inquietud-, un Spiderman en cueros rojos tampoco cuadra con el entorno.

 

Sí, los técnicos de maquillaje y efectos especiales de hoy en día están a años luz de las maquetas en plastilina del primer King Kong, y sí, los guionistas y los directores han mostrado un buen gusto tan exhaustivo que las nuevas series de superhéroes, en su mayoría, han escapado a ese halo cutrecillo de tiempos anteriores. Sin embargo, creo que nunca terminarán de cuajar del todo estas adaptaciones porque no tienen el color, el contraste entre representaciones de seres humanos y de superhéroes –porque el cómic no son fotos, son representaciones y convenciones- que resulta tan armonioso en el papel y tan difícil de trasladar al mundo de las palabras. En definitiva, porque el colorido del mundo del superhéroe, al contrario de lo que pasa con el de Sin City, chirría con seres humanos de por medio.

 

En mi caso, seguiré disfrutando más con los superhéroes bien encerrados en sus viñetas, aunque no me despida de seguir viendo alguna película. Después de todo, ya que todo hay que decirlo, la Patrulla X ha salido más favorecida, a mi parecer, que el fantástico Hellboy.

Imagen de Metalseadramon
Metalseadramon
Desconectado
Poblador desde: 11/02/2009
Puntos: 53

He venido leyendo -algunas veces con gusto, otras con disgusto, como ahora- tus post de manera periodica. Me centro sobretodo en el tema de la traducción. Si bien es cierto que para cada uno es más comodo seguir el acento propio a su comunidad, no creo que sea bueno desmerecer el acento de otros lares. Ejemplo: A ti se te hace dificil de ver un Batman con acento latinoamericano -especificamente mexicano-,en cambio a mi me turba la idea de escuchar al bueno de Bruce Wayne con acento ibérico. Sé -o al menos quiero creer- que no lo has hecho con alevosía pero la proxima vez te agradecería que dejaras en claro tu opinion referente al doblaje.

 OcioZero · Condiciones de uso