El bastón rúnico

Reseña del libro de Michael Moorcock que incluye La joya en la frente, El Amuleto del Dios Loco, La Espada del Amanecer y El Bastón Rúnico

Michael Moorcock era un autor que me fascinaba tanto como había decepcionado a uno de mis compañeros de clase, un buen amigo y lector. En cuanto supimos de esta discrepancia, decidimos solventarla del modo más lógico: como a él no le gustaba, no tenía intención de leerse nada de lo que yo hubiera leído, y como a mí sí que me gustaba, estaría encantado con la idea de leerme otros de sus libros. De este modo fue como cayó en mis manos “El bastón rúnico”, con toda la publicidad negativa que pudiera desanimar a quien se quisiera leer sus quinientas páginas. Sirve de precedente.

Esta novela, o, mejor dicho, compendio de novelas, es un exponente muy claro de varios elementos muy presentes en la obra del autor británico: la fatalidad del destino y el multiuniverso. Sin duda, éste último elemento, del que además se le adjudica la paternidad, es el que más me gusta, pero tampoco sería lo mismo su obra sin la combinación de ambos.

En todos los libros de Michael Moorcock nos encontramos con la figura del héroe, del elegido, desde muchos puntos de vista. En las obras más conseguidas, más maduras a mi parecer, la mano del destino se percibe continuamente pero de un modo sutil. De esta manera, se revisa ese concepto tan indispensable en la fantasía heroica y que tan mal se suele utilizar.

El problema es que en “El bastón rúnico” se retoma esta idea del elegido, del héroe salvador conducido por el destino, de un modo un poco excesivo, por llamarlo de alguna manera. Así, la sucesión de libros que componen la novela van repitiendo un mismo esquema de problema insuperable – salvación por designio misterioso que puede resultar algo sospechosa. El lector que no quiera entrar en el juego acabará hastiado, o incluso estupefacto.

Es por ello que creo que, desde el punto de vista del multiuniverso, está mucho más conseguida. El escenario es genial: una especie de Europa postapocalíptica en la que encontramos referencias continuas a nuestro mundo real, y en la que tienen cabida tanto la magia como una tecnología de lo más misterioso. Particularmente remarcable me parece la estética del Imperio Oscuro y, sobre todo, los jinetes de flamencos.

Luego ya, la historia en sí es la clásica de aventuras épicas: una búsqueda en mitad de un conflicto bélico que desembocará en situaciones de intriga y, sobre todo, acción a raudales. Eso sí, contada por un maestro del género.

Autor

Michael John Moorcock nació en 1939 en Londres (Inglaterra). Es un prolífico escritor de ciencia ficción y fantasía. También es editor, periodista, crítico, compositor y músico de grupos de rock como Hawkwind. Se le conoce principalmente por la creación del multiuniverso, que postulaba la existencia de dimensiones paralelas en las que todo podría ocurrir y que, en algunas circunstancias, podrían interactuar entre ellas. Este concepto lo explotó especialmente con su personaje “El campeón eterno”, que en realidad está compuesto por múltiples personajes, como si fueran facetas del mismo concepto. Su nuevo enfoque de la literatura fantástica se considera un hito en el género, rompiendo con los cánones basados en la obra de Tolkien.

Entre sus obras se encuentra la saga de Elric de Melniboné, la saga de Corum, la saga de Erekosë, la saga de Dorian Hawkmoon, las crónicas de Cornelius y la saga de la Familia Von Bek. Por varios de sus libros ha cosechado galardones como el Premio Nebula, el World Fantasy, el Fantasy Guardian Fiction o el August Derleth.

Sinopsis

Para salvar de la destrucción a su reino, un grupo de aventureros emprende la búsqueda de un mítico artefacto

Edición

El bastón rúnico

Michael Moorcock

Círculo de lectores, 1992

Tela

Otras ediciones

Mr Editores, rústica 1989

Conclusión

“El bastón rúnico” es una buena novela de aventuras. Tiene un escenario fabuloso y la prosa del autor te transporta a lo largo de todas las vicisitudes de los protagonistas. La ambientación es memorable y el conflicto lo suficientemente complejo y trepidante. No obstante, es cierto que adolece de un exceso de fatalismo: las salvaciones improbables pueden restar credibilidad al conjunto.

Es una lectura que gustará a los devotos de Moorcock, aunque no se cuenta entre sus mejores trabajos, y que satisfará a los amantes de la fantasía épica sin deslumbrarles. Con más profesionalidad que novedad, es una buena novela.