La torre oscura: El largo camino a casa

Imagen de Anne Bonny

Reseña de la segunda miniserie de la Torre Oscura de Stephen King publicada por Panini en nuestro país, la cual cuenta con guión de Peter David en colaboración con Robin Furth e ilustraciones de Jae Lee y Richard Isanove.

En la reseña de la primera miniserie de cómics basados en el universo creado por Stephen King, La torre oscura: El nacimiento del pistolero, planteábamos las claves que hacen de esta obra algo sobresaliente. La impecable y original ambientación de vaqueros en un mundo postapocalíptico en el que además hay magia, la magnífica caracterización de los personajes y la fuerza que transmiten en los mismos diálogos (aquí toca felicitar a Javier Martos y José Óscar H. Sendín, que su trabajo no ha debido ser sencillo), el buen metraje de la narración, su ritmo sostenido y sugerente, el formidable apartado gráfico... son todos éstos los elementos que convirtieron a la primera parte de la colección en algo memorable y que se repiten aquí de nuevo.

 

Sin embargo, sería injusto decir que tenemos más de lo mismo, pues aunque más de algo muy bueno es siempre bueno, parece que desmerece algo el desafío de haber seguido llevando con pulso firme las riendas de un cómic que está dando mucho de sí. Es por ello que quiero detenerme en algunos puntos, para incidir en los buenos resultados que está dando este equipo editorial.

 

El primero, que se nos desvela en uno de los interesantes extras que incluye la edición de Panini (entrevistas y artículos sobre la serie), es que La torre oscura: El largo camino a casa es un cómic original, es decir, no es una adaptación de una obra ya escrita por Stephen King, sino que se engarza, sin más, en la ambientación de la serie que creó éste trayéndonos aventuras nuevas. Además, se desmarca de la anterior miniserie porque aquí el famoso maestro del terror se limitó a supervisar el guión, sin participar activamente en el mismo. De algún modo, Peter David aporta así más peso dentro de la historia, lo que siempre es enriquecedor, y cumple sobradamente.

 

El segundo atañe al tema argumental. Si La torre oscura: El nacimiento del pistolero era una historia iniciática, como el propio nombre revelaba, La torre oscura: El largo camino a casa se enmarcaría dentro de lo que se denomina "el viaje": se trata del siguiente paso en el crecimiento del héroe, cuando éste sigue una serie de pasos vitales dentro de su desarrollo. Desde luego, la traumática experiencia que se retrata en estas páginas nos acerca una de las versiones más apasionantes de este clásico, con momentos infernales que muestran las tablas de su equipo creativo. Señalo esto porque es un buen modo de ver que la historia evoluciona aun dentro de una línea perfectamente acoplada con lo precedente.

 

Finalmente, hay dos aspectos que no sé si estarán ligados únicamente a la edición de Panini, pues el primer volumen (La torre oscura: El nacimiento del pistolero) lo leí en la de DeBolsillo. El primero es obvio: el formato DIN A4 de la serie por entregas da mucho espacio para disfrutar de las ilustraciones, y teniendo en cuenta la calidad de éstas, el lector se puede hacer una idea de lo que impacta el formato panorámico. No sé si por ello, he tenido la impresión de que en La torre oscura: El largo camino a casa había una mayor profusión, precisamente, de imágenes paisajísticas que aumentaban el registro épico frente al ritmo narrativo, y que, sin duda, eran capaces de cortar el aliento.

 

Por otro lado, los extras de la serie aquí son mucho más que relleno. Ya hemos hablado de los artículos y las entrevistas, que desvelan mucha información para satisfacer la curiosidad del lector sobre este apasionante mundo de la torre oscura. A éstos hay que sumar un relato en tres entregas, que aporta un mayor trasfondo al escenario y que, además, viene acompañado de ilustraciones del calibre de las del cómic (y que nos acercan el pasado remoto del universo), y -todo un disfrute para los sentidos- las portadas alternativas y algunos bocetos. Estos últimos resultarán particularmente interesantes para los que están aprendiendo a dibujar, pues dan una idea del trabajo que hay detrás de lo que vemos a simple vista.

 

En conclusión, una obra que continúa con el elevadísimo nivel que había puesto La torre oscura: El nacimiento del pistolero, y en la que seguimos disfrutando de las aventuras de sus protagonistas en terreno ignoto. Todo en una edición a la altura: sobresaliente. Esperemos que lleguen más miniseries de este estilo.

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