Pirate's Cove
Análisis de este juego diseñado por Daniel Stahl y Paul Randles publicado por Days of Wonder que conocí como "La crique des pirates" (La guarida de los piratas). Como decía aquél, "la vida pirata es la vida mejor..."
Dentro de las "superproducciones" de juegos de mesa, Pirate's Cove es la joya de la corona para los amantes de las historias de piratas. Es uno de estos juegos que entran por los ojos, cuya mecánica de juego se aprende rápido -en menos de una partida- y que dejan con ganas de más, porque a ese punto de azar inevitable podemos añadirle las que creeremos las mejores tácticas jamás ideadas.
Echemos un vistazo a la versión francesa del juego (algunas imágenes me temo que son de la alemana), que fue la que conocí yo bajo el nombre de "La crique des pirates". Me suena que el juego está disponible en castellano, y viene publicado, en cualquier caso, por Days of Wonder. Si no lo está, tampoco es un gran problema porque su reglamento es muy sencillo.
Presentación
Por todo lo grande: Pirate's Cave es un juego diseñado para sibaritas, para los que disfrutamos con el despliegue además de con el propio juego. Trae un amplio tablero de juego en buen cartón en el que se representan las siete islas donde se desarrolla la acción y que viene bordeado por un marcador en el que se recogen los puntos de fama de los piratas.
Como peones tenemos los marcadores de puntos de fama en madera, los cofres del tesoro (unos pequeños cubos también de madera) y los propios navíos, que vienen en distintos colores y que lucen muy bien en las aguas de nuestro particular rincón del Caribe. Como complemento, las fichas de moneda, que sirven para saber cuántos doblones nos quedan, las fichas "técnicas" de los barcos, en cartón, y sus marcadores respectivos para las cuatro características que determinan un navío: casco, tripulación, cañones y velamen.
Además, contamos con un juego de dados para resolver las batallas y algunas situaciones particulares, unas "brújulas" que sirven para señalar secretamente nuestro próximo destino y distintos mazos de cartas: de isla, de piratas y especiales.
Todos estos elementos están muy bien concebidos -es muy fácil encontrar la información en ellos-, por lo que a pesar de la riqueza del juego es muy difícil liarse. Además, estéticamente están muy conseguidos y la edición está realizada con materiales de calidad. Un sobresaliente en este apartado.
Mecánica del juego
El objetivo del juego no es hacerse rico, ni ser el más poderoso, sino ser el más famoso pirata de la zona. El sueño de todo caballero de fortuna que se precie, en definitiva. Para conseguir estos deseados puntos de fama, el jugador puede optar por diversas tácticas, según considere oportuno. Grosso modo, éstos se consiguen batiendo enemigos, haciéndose con islas, enterrando tesoros y mediante cartas especiales.
La mecánica de los turnos es muy sencilla: se revela la carta de botín correspondiente a cada isla y cada jugador señala en su brújula a cuál irá (hay seis en total más la guarida, que es a donde te mandan cuando tu barco queda maltrecho o hundido). Estas cartas (que se reparten aleatoriamente) otorgan una serie de beneficios (dinero, cofres del tesoro, fama y cartas) a quienes controlan la isla al final de la primera fase del turno, así que determinan en gran medida hacia donde dirigir el barco.
Cuando ya todos están listos, se revela el destino de cada uno de los jugadores y se sitúan los barcos en las respectivas localizaciones. A continuación, se resuelve el turno por fases: se realizan los combates para ver quién se hace con cada isla en caso de conflictos, se reparten los puntos que éstas otorgan a quienes las dominan, se permiten "comprar" a base de doblones mejoras para el barco (cada isla tiene sus propios beneficios ligados, que no son aleatorios) y, finalmente, se descartan las cartas de isla y se prepara uno para un nuevo turno.
Para salpimentar esta mecánica cíclica, en las aguas del Caribe se dispone un barco pirata adicional que irá moviéndose ordenadamente de una isla a otra, y cuyas características quedan determinadas por una carta al azar. Si el barco es hundido, otorga una serie de beneficios a su captor y, para que la fiesta no decaiga, se incorpora un nuevo pirata a la zona. Asimismo, hay algunas cartas que se pueden utilizar en las distintas fases de juego, por lo que los jugadores deben estar siempre pendientes de la partida.
Una vez terminadas todas las cartas isla, la partida finaliza y se termina el recuento de fama. El pirata que más haya cosechado, gana la partida.
Conclusiones
Como se observa intuitivamente, Pirate's Cove es un juego que implica mucho a los jugadores durante las partidas. En la primera fase, cuando se debe elegir el destino, se debe contar con los adversarios. ¿Qué isla les interesará a ellos? ¿La mejor surtida? ¿O intentarán encontrar una en la que no tengan que luchar a pesar de que el botín sea menor? Inevitablemente, las sorpresas están a la orden del día, y la presencia del navío pirata para complicar un poco más las cosas.
El sistema de combate es extremadamente sencillo (obtener resultados altos con dados de seis en función de los cañones y tripulantes disponibles), pero viene enriquecido por el uso de las características de los barcos y de algunas cartas especiales. De cara a las batallas, que son casi inevitables, es importante saber invertir bien el oro obtenido.
La propia concepción de los navíos es muy interesante. El casco permite llevar más carga, el velamen ser el más rápido y, por tanto, el que ataca primero (o el que escapa sin problemas), y los cañones y la tripulación son los que otorgan los dados en combate. Como estos atributos se pierden durante los combates y sólo se pueden comprar en determinadas islas, añaden un elemento estratégico más para saber hacia dónde poner rumbo y hacia dónde es posible que vayan tus adversarios.
Finalmente, la existencia de una "isla del tesoro" donde hay tregua entre corsarios y a la que se deben llevar los cofres si queremos ganar puntos con ellos termina de abrir un abanico táctico muy interesante.
De este modo, Pirate's Cove es un juego que se puede disfrutar a lo largo de muchas partidas, que permite muchas estrategias y que no depende excesivamente del factor azar -aunque puede llegar a tener un peso muy grande y arruinar o dar una partida-. Estéticamente seduce si te gusta la ambientación, y además su dinámica cambia mucho en función del número de jugadores. Desde luego, con cuatro hay los suficientes cruces como para tener que estar muy atento en cada turno.
Además, como no hay un modo unívoco de ganar (puedes dedicarte a cazar barcos, a evitar enfrentamientos o a buscar fortuna en las cartas especiales con similares probabilidades de éxito), se adapta bien a los distintos carácteres de los jugadores. Un juego muy conseguido en todos sus apartados. Eso sí: requiere una mesa grande.
Ficha técnica
Número de jugadores: 3 - 5
Duración de la partida: 90 minutos
Jugabilidad: Muy alta
Dificultad: Media
Autor: Daniel Stahl y Paul Randles
Editor: Days of Wonder
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