Cartas desde la mar XX
La mar es la vida, es la alegría para los sensibles a la belleza. Quizás otras cosas sean más importantes, como el arte, la poesía, la filosofía... Pero, antes de todo eso, ya existía el mar.
Corazón... tengo un corazón dividido en dos partes: la mar con su arte y la Luna serena. Corazón... es un corazón que cuando coge brío, se aparta del Sol y se envuelve de frío acostado en su pena...
La mar fue como su mujer, su más fiel compañera. Siempre la tuvo a su vera y le hizo reir. Siempre latió con él cantando sus verdades... Con ellas conquistó su reino en bajamares.
Y le trajeron
un día
muy presumía
a la misma Luna
porque en el templo
de las pasiones
la Luna si entra dentro
arrebata corazones.
Y loco
perdío,
corazón mío,
maldita fuera
que no advirtieras
su otra cara
con lo feliz que eras
junto a la mar salada.
Corazón...
Tengo un corazón dividido en dos partes que cuando reparte su amor se arrepiente, porque entonces siente llenito de espanto que está encadenando a su novia primera.
Pero la única cadena que apresó tu llanto, fue la cadena que lleva... la brisa marinera... hasta mi corazón.
Y que me oiga la Luna: al mar no le pido perdón porque mi corazón siempre estuvo a su vera.
¡Siempre estuvo a su vera!
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