La misión de Sennar

Reseña de la novela de Licia Troisi, segundo tomo de la trilogía de Crónicas del mundo emergido, publicada por Kailas

“La misión de Sennar”, segunda novela de Licia Troisi, es, asimismo, la segunda entrega de la trilogía que comenzó con “Nihal de la Tierra del Viento”. Ya con este planteamiento salta a la vista que es una novela clásica dentro de los cánones del género. En ella tenemos magos, dragones (con sus jinetes, los caballeros dragón), unos seres horribles remedos de orcos (que ahora son los fammin) y el resto de la parafernalia épica.

También es una novela de aventuras al uso, con la búsqueda -en este caso de Sennar, que pasa de ser el secundario de la primera novela a un coprotagonista de la segunda- y el crecimiento y evolución de unos personajes enfrentados a un gran destino.

Con este planteamiento claro para el lector, cabe señalar que en esta segunda entrega se sigue la línea del primer libro. La prosa es ágil y el ritmo de la acción constante. Es un libro más bélico que el primero y en el que el nivel de complicaciones sube algunos grados. Ahora ya no se trata de las vivencias de unos niños en un mundo convulsionado por una guerra antinatural, sino de las experiencias de los jóvenes que tienen en sus manos el cambiar el destino –fatal, como no podía ser de otra forma- al que se enfrenta este mundo.

Aprovechando que la ambientación del Mundo Emergido ya está bien asentada, Licia Troisi introduce más elementos de tensión y se permite entrelazar dos historias paralelas, lo que ayuda a la fluidez del conjunto. Además, hacia el final de la novela, comienza una serie de vueltas de tuerca algo folletinescas que, a pesar de lo manido dentro del género, funcionan a la perfección. ¿Por qué? Pues por el buen trabajo de fondo realizado.

“La misión de Sennar”, como ocurría ya en cierta medida con “Nihal de la Tierra del Viento”, no busca renovar el género ni sorprender a nivel literario: busca disfrutar del género y explotarlo con sentido común. Y lo consigue.

Los personajes están bien definidos, las aventuras son coherentes, el escenario, aunque algo tópico, está bien determinado y el ritmo narrativo es impecable: las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir y, además, implican al lector.

En definitiva, una buena novela del género que lo explota a conciencia sin grandes aspavientos.

Autor

Licia Troisi nació en Roma en 1980. Es licenciada en astrofísica y trabaja como guía en el museo de esta disciplina anexo al Observatorio Astronómico de Roma en Monteporzio Catone.

“Nihal de la Tierra del Viento” (2004) es su primera novela y abre una trilogía completada con “La misión de Sennar” (2004) y “El talismán del poder” (2005). También ha publicado “La secta de los asesinos” (2006), que forma parte, asimismo, de una trilogía.

Sinopsis

Un miembro del consejo de Magos parte en busca de la mítica Tierra Sumergida para encontrar refuerzos que permitan ganar la guerra contra el Tirano

Edición

La misión de Sennar

Crónicas del Mundo Emergido II

Licia Troisi

Kailas Editorial

Cartoné, 2006

Una edición muy cuidada, tanto a nivel de maquetación y diseño, como en cuanto a encuadernado y constitución del libro. Cara para el bolsillo joven, adecuada, por el contrario, como regalo

Conclusión

En la línea de su anterior novela, Licia Troisi nos presenta una obra de fantasía épica con todas las de la ley. Algo más siniestra, algo más retorcida y algo más fluida en su ritmo, “La misión de Sennar” satisfará a los que ya disfrutaron del primer libro. Aquellos que no lo hayan leído también podrán abordar directamente éste, pues se incluye un capítulo introductorio que resume a la perfección (quizás de un modo algo atolondrado) la anterior novela.

Es una obra para los que quieran fantasía épica de entretenimiento, pues la autora, sin pretender hacer grandes aportaciones al género, lo explota con mucha profesionalidad.

Nota: 62

Lo mejor: El tratamiento de los personajes frente a los conflictos vividos, sin sacrificarlos en aras de la trama

Lo peor: Quizás siga demasiado en la línea de la primera entrega, sin verse una evolución en la escritora