El tesoro del Lago de Plata
Reseña de la novela de aventuras de Karl May
Cuando empecé a leer “El tesoro del Lago de Plata”, creí que iba a encontrarme con una novela de aventuras en el mar, posiblemente una novela de piratas. Incluso el primer capítulo transcurre en un barco, aunque no en el mar, sino en un río. Estaba equivocado. Pronto se me presentó como una entretenida aventura en pleno oeste americano, lo que hoy día se entiende como un western. Además de lo interesante de la trama, la novela está escrita con un estilo ameno y fácil de leer.
Esta obra me pareció comparable a los grandes clásicos de aventuras de autores como Julio Verne o Emilio Salgari, y no desmerece en absoluto a estos dos grandes escritores. Quizá lo que menos me haya gustado de esta obra es lo que sucede con algunos de los personajes principales al final de la novela, al igual que otros personajes están desaprovechados, como un gigantón que se dedica a hablar solamente en verso y que está en el grupo de los protagonistas.
Otro detalle negativo es que en ocasiones los diálogos son confusos y hay veces en las que no se sabe tras leer varias veces quién es el que habla. También contiene esta edición alguna que otra errata y algunas faltas de ortografía, pero son cosas que se pueden pasar por alto. Son detalles mínimos que en mi opinión no echan a perder una obra de aventuras tan magnífica como es este “El tesoro del Lago de Plata”.
Autor
Karl May nació en Hohenstein-Ernstthal (Alemania). Era el quinto de catorce hijos de una familia de tejedores. Quedó ciego al poco de nacer, y no recuperó la visión hasta los cinco años, después de ser operado. Durante estos años de ceguera se formó en el niño un profundo e impresionante mundo interior alimentado por los relatos de su padrino y de su abuelo.
En 1861 consiguió el título de maestro, pero ejerció la profesión durante poco tiempo. Acusado de haber robado un reloj, fue a parar a la cárcel y se le retiró la licencia para enseñar. Durante algunos años se sucedieron los delitos contra la propiedad y los castigos en prisión, donde descubrió las posibilidades redentoras de la escritura.
En 1875, May comenzó a colaborar en algunos diarios. Cuatro años más tarde, en 1879, pasó a trabajar como colaborador fijo en una revista dedicada a la familia, donde escribió una serie de artículos sobre el Oriente. Desde este momento tuvo asegurada una forma de ganarse la vida que, poco a poco, lo fue convirtiendo en un burgués respetable.
Sus novelas de aventuras, destinadas a un público juvenil, vienen siendo reeditadas de forma continuada desde que fueron publicadas por primera vez en vida de su autor. Podríamos decir que May representa para los alemanes lo que Verne para los franceses o Salgari para los italianos. En España las novelas de Karl May comenzaron a publicarse en 1927, en una edición de Gustavo Gili. Posteriormente, en los años 30, Editorial Molino, especializada en novelas de aventuras, adquirió los derechos de la edición española y comenzó a publicar los primeros títulos, algunos de los cuales aparecieron en plena guerra civil. Parte de la familia Molino, propietaria de la editorial, se exilió en la Argentina, donde aparecieron nuevos títulos de May.
Ya de vuelta a España, las ediciones de los años cuarenta alcanzaron un éxito notable, como las de los años cincuenta. La colección aparecida durante los años 60, en cambio, empezó a poner de manifiesto el declive que las lecturas de May tendrán entre los jóvenes, frente a otros autores, del estilo de Enid Blyton.
Actualmente May es un autor prácticamente desconocido entre los jóvenes españoles. Por lo que se refiere a las temáticas, los libros de Karl May, escritos todos en primera persona, se sitúan primordialmente en dos escenarios geográficos: el Oeste americano y el próximo Oriente. Las novelas de la serie americana tienen como protagonista a Old Shatterhand y su amigo el indio apache Winnetou. Las que se sitúan en Oriente están protagonizadas por Kara ben Nemsi y su amigo Halef Omar. Entre 1872 y 1877 aparecieron cinco novelas por entregas.
Posteriormente escribió siete libros juveniles para la revista "El buen camarada" que obtuvieron un gran éxito. La mayoría de las obras de May fueron compiladas a partir de escritos anteriores publicados en diarios y revistas. Una prueba de su éxito es la fundación en 1969 de la sociedad "Karl May" con sede en Hamburgo, y la existencia en Radebeul, cerca de Dresden, de un museo en la que fue su última casa. Se llama "Villa Shatterhand", es decir "Finca Shatterhand".
Sinopsis
En un barco donde se encuentran cuatro personajes célebres (el negro Tom, Gran Oso, Pequeño Oso y Old Firehand), un ingeniero decide acompañar a Old Firehand hasta el lugar conocido como Lago de Plata, donde el famoso hombre había descubierto una gran veta de plata pura. Pero no todo van a ser facilidades para llegar. Los Tramps, encabezados por el rojo Cornel, descubren de alguna manera que allí se encuentra, en el fondo del lago, un gran tesoro, causando numerosos problemas a los protagonistas. Además, en su camino también se cruzan los indios utah, que deciden desenterrar el hacha de guerra contra los blancos cuando Cornel y los suyos le roban caballos y asesinan a algunos de ellos.
Conclusión
“El tesoro del Lago de Plata” es una entretenida novela de aventuras, con un lenguaje sobrio y una narración que no se hace pesada. A pesar de que en algunos momentos los diálogos se hacen confusos, la novela se lee fácilmente y no llega a aburrir en ningún momento. Es, también, una excelente forma de conocer la cultura de Estados Unidos en esa época, así como las diferentes tribus de indios que había entonces. Es una pena que Karl May sea prácticamente desconocido hoy en día, porque eso nos priva de las obras de un escritor genial.
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