Lo de esta película (titulada en España Dumplings) es muy curioso. Aparte de esta versión en largometraje Fruit Chan hizo un corto totalmente nuevo que se sumó a otros dos igualemente terroríficos y no aptos para todos los estómagos realizados por Park Chan Wook y Takashi Miike. La antología se llamó "3 extremes" y fue estrenada en cines españoles. Yo me la pillé luego en DVD y es muy recomendable, una visión del cine de terror asiático alejado de la corriente iniciada por Takashi Shimizu con The ring.
Nouvelle Cuisine
Comentario sobre este espeluznante filme de Fruit Chan, que fue seleccionado en el festival de cine fantástico de Gerardmer en el 2006
Lo primero, por si me olvido, es advertir a la gente de estómago estándar que no vean esta película mientras comen. Sí, por mucho que el director se llame Fruit y el título hablé de nouvelle cuisine (supongo que el francés se habrá mantenido en la versión española, si es que ha llegado a nuestra tierra). Por mucho que os gusten los raviolis orientales... o más bien, particularmente si os gustan los raviolis orientales.
No es que nos encontremos ante una película gore, aunque algunas escenas están bastante subidas de tono, sino más bien porque estamos ante una película que transmite mucho, y con fuerza, y eso se nota en las reacciones del público. Si a esto añadimos el particular tema culinario... pues eso, que la advertencia no creo que sobre.
Nouvelle Cuisine es una historia sobre brujería, pero sobre una muy antigua y que poco tiene que ver con el concepto que, a priori, imaginaríamos. Se trata de un macabro redescubrimiento del saber ancestral chino, como nos indican en una de las más impactantes escenas de la película, en el que, a través del canibalismo, se puede acceder a la fuente de la eterna juventud. Ésa es la nouvelle cuisine de la que habla el título.
El marco para la acción, la conflictiva -en el ámbito social- frontera entre China y Hong Kong -nacionalidad esta última del filme-. Un marco que no sirve únicamente como excusa para el planteamiento de la película ni para su lado folclórico, puesto que esto no es una clásica película de terror, sino que adquiere un peso propio en el desarrollo de los personajes y sus trasfondos, tocando con mucha habilidad varios estratos sociales y enseñándonos discretamente entornos dispares.
El mismo planteamiento dramático aleja a la película de las fórmulas convencionales del horror. Aquí tenemos el motivo clásico para buscar la ayuda de la bruja -el mal de amores dentro de un matrimonio- llevado al extremo y desarrollado con dolorosa habilidad porque resulta terriblemente mundano. También tenemos otras tragedias secundarias que confluyen en la Tía Mei, la bruja, dotando a la historia de una gran emotividad y profundidad, desde madres solteras a traficantes de fetos.
Este puede que sea el elemento que hace más dura la película. Con su ritmo pausado, afianzado por una banda sonora terrible pero que no recurre a sobresaltos sonoros -aunque cala en los huesos-, el filme implica al espectador sin ningún miramiento, lo que hace que las escenas repugnantes lo sean doblemente privado el consuelo de relativizar las cosas.
Seguramente por esto mismo, la fuerza de la brujería se siente con toda su majestuosidad, y uno entiende el rechazo ancestral a este personaje malvado -la mujer, dadora de vida, que gira la tornas naturales para convertirse en la strega que la vampiriza para perpetuarse egoistamente- como jamás lo había visto antes.
Fruit Chan, sin duda, juega sus cartas con mucho acierto, y toda la crudeza gráfica del filme, presente en todos los ámbitos, desde las escenas sexuales a las "culinarias", repercute en fuerza narrativa, empujando al espectador a la contemplación de un espectáculo tan terrible como conseguido.
El resultado es una película de horror distinto, basado en el exótico realismo de la trama argumental y sus protagonistas, que potencia los símbolos y los temores primarios para conmocionar al espectador. No necesita sustos, ni efectismos, sino mantener la fuerza en su implacable discurrir, y sin duda eso es algo que garantiza la espeluznante banda sonora y la conseguida fotografía urbana. Una obra sobresaliente que, por si acaso reitero, no creo apta para los estómagos sensibles.
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pues no conocía esta película de nada, así que se agradecen estos acercamientos a este tipo de películas de las que no se suele hablar. Un poco truculenta la cosa, en todo caso jeje
La imaginación contra el poder