Peculia
Reseña del cómic de Richard Sala publicado por Recerca editorial
Este cómic recopila los nueve primeros números de Evil Eye, una obra de Richard Sala en la que un estilo pop se mezcla con los resortes clásicos de la narrativa de terror. La tramoya es la habitual en el género en su vertiente primigenia: mansiones vetustas, bosques sombríos, criaturas deformes, sombras alargadas... pero el enfoque es humorístico y desenfadado.
Las historias son muy cortas y deliberadamente sencillas, con un punto de ingenuidad. La protagonista, Peculia, es una suerte de pin-up gótica, eternamente descalza y con un vestido de una longitud convenientemente demasiado corta. Deambula por estos escenarios siniestros (de hecho, vive en ellos) y se relaciona con lo que habitualmente son monstruos con una encantadora mezcla de inocencia y desenvoltura que le permite salir airosa de cualquier situación. Aunque en una primera impresión pueda parecer la heroína en apuros, en realidad es una suerte de Alicia muy cómoda al otro lado del espejo.
De telón de fondo hay un extraño adversario velado con el que se adivina una relación sentimental de algún tipo y que tiene a su servicio una suerte de superheroina oscura que es la némesis de Peculia, la cual también desarrolla una ambigua relación de amor-odio-celos con esta, pero la brevedad de las historias no permite que estas interacciones pasen de la mera sugerencia.
En cierta manera, este cómic es una revisitación de los temas subyacentes en la narrativa de terror clásico, desde los vampiros inspirados por Dracula a toda la pléyade de monstruos que desplegó la Hammer en su época dorada. Así, la sexualidad, el romanticismo, el terror, la curiosidad, el deseo, etc. son vistos desde un nuevo prisma pop que no llega al escarnio, pero que se ríe de los tópicos del género aportando, al mismo tiempo, una visión que tiene un punto insoslayable de homenaje. Da la impresión de que Richard Sala es un gran amante de esta parte del terror y que disfruta también riéndose, cómplice, de este vicio culposo que compartimos.
Más allá de este aspecto humorístico y del placer que supone volver a escenarios tan sugerentes para los que nos hemos criado con esta tramoya, las tramas son sencillas pero con lecturas suficientes bajo la pátina superficial para entretenernos y robarnos unas cuantas sonrisas. En este sentido, el papel estético es clave, así mismo, pues crea una atmósfera única, donde se reinventan los consabidos elementos, sean murciélagos, ramas esqueléticas o cementerios con viento ululante, para darles una nueva fuerza y que podamos redescubrirlos bajo otro prisma.
Con estos elementos, Peculia es un divertimento para los amantes del género de terror y de la cultura pop. Ligero, ingenioso, absorbente, algo demencial, tiene un punto fascinante que permite disfrutar de varias lecturas.
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