Madam C.J. Walker: Una mujer hecha a sí misma
Reseña de la miniserie Self Made sobre la señora C.J. Walker
En cierta ocasión leí que uno de los problemas de las minorías con el mundo del cine y audiovisual en general no era simplemente que no tenían el suficiente protagonismo en las historias, sino que, con frecuencia, cuando se les daba ese protagonismo era en narraciones donde la marginalidad y los problemas eran la norma, lo que reforzaba la imagen negativa de los mismos. En el caso de la comunidad negra no es necesario un gran ejercicio de imaginación para encontrar ejemplos de este tópico: guetos de la droga, esclavitud, pobreza, exclusión, guerra, etc.
Madam C.J. Walker: Una mujer hecha a sí misma (Self Made en el original), la miniserie de Netflix sobre la vida de la susodicha C.J. Walker, parece responder precisamente a esa necesidad (o, si se quiere ser más cínico, nicho de mercado). Es una historia de éxito, muy americana en su concepción, con el añadido de estar basada en hechos reales. Nos cuenta la vida de una mujer negra a comienzos del siglo XX que tiene un sueño: crear su propio imperio comercial basado en productos cosméticos para el cabello específicamente diseñados para negros.
No es una historia meramente triunfalista. Aunque el leit motiv es la consecución del american dream y eso es algo que impregna toda la trama, hay matices, los famosos grises tan de moda. La serie nos presenta todas las dificultades que una mujer, además negra, se encuentra en la sociedad de la época para conseguir su sueño. Es una historia de esfuerzo, superación y visión de futuro.
Sin embargo, hay espacio para la reflexión. La relación entre los empresarios y los empleados, por ejemplo, es complicada. ¿Dan oportunidades o se aprovechan del trabajo ajeno? También dan que pensar las propias discriminaciones dentro de la comunidad negra en función de la tonalidad de la piel. Esta, la comunidad negra de la época, es la auténtica protagonista de la serie. La sombra de la esclavitud del siglo XIX está aún muy viva, tengamos en cuenta que muchas personas de los años '10 la habían sufrido en sus propias carnes. La propia elección del pelo como eje central del negocio y de la historia es muy propia de dicha comunidad, como ya se ha visto en otras series y películas: es una seña de identidad y, al mismo tiempo, puede ser visto como una marca, un estigma.
Por supuesto, dado que es una historia basada en un personaje real y su vida, las relaciones familiares y amorosas de la protagonista van a tener un peso específico y serán las excusas para mostrar el mosaico de la sociedad americana de la época. Este resulta francamente curioso porque no suele ser el contemplado en las películas, y la reconstitución de la época es notable.
Hay que señalar que para representar el carácter fantasioso de C.J. Walker, se ha optado por introducir escenas oníricas en la trama, que junto a los temas de rap de la banda sonora, sorprendentemente bien ajustados a la narrativa de época, dan un sabor muy particular a la miniserie.
En conjunto, Self Made es una propuesta muy original y refrescante, interesante para los amantes de la historia contemporánea y, en particular, para los interesados en la evolución de las minorías, en concreto de la afroamericana.
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