Muy chulo. La idea es simple, pero el autor le saca muchísimo partido.
La muerte del rey de arena
El relato ganador del primer reto del Taller de literatura de la mano de Rapso
El rey de arena oteaba orgulloso el horizonte desde lo alto del torreón cuando la primera gota le golpeó en la frente. Aquel era su rincón predilecto. Disfrutaba de la sensación de poder que le otorgaba la impenetrabilidad de su fortaleza; rodeada por el desierto en tres de sus flancos, y protegida por el mar en el sur. Allí, sintiéndose un ser superior, nadaba entre las historias de su propia leyenda. Desde el fondo de sus recuerdos, en un lugar que no alcanzaba a vislumbrar, le llegaban voces que hablaban de un castillo que existía antes de que naciera el sol, y del gran rey que había surgido con él, como si lo hubiese concebido el mismísimo Cronos. Voces que veneraban a un ejército de millones de soldados que había resistido los ataques de los gigantes que tapaban el sol; que se había mantenido firme ante balas de cañón del tamaño de montañas.
El rey no recordaba nada de aquello. No recordaba haber nacido de ningún dios, ni las batallas contra los grandes hombres. Su memoria nunca había existido; esa era su maldición. Nunca se había planteado por qué se sentía unido a su castillo como si fueran un solo ser; por qué su cuerpo terroso se mimetizaba con el frío suelo de su alcoba, por qué notaba un miedo helado al atravesar los pasadizos oscuros, o se endurecían sus músculos cuando se colocaba detrás de las almenas. Pero su falta de recuerdos no mermaba el orgullo que le generaba su fortín; torres bañadas por el sol que resistieron los embates del enemigo y del paso del tiempo.
Por eso, cuando el firmamento le mandó aquella inundación, su corazón granulado no era capaz de asumir que estaba siendo derrotado. Intentó resistirse, enfrentarse a la naturaleza, pero el cielo no lloraba: el cielo vomitaba agua. Ante su desesperación, la fuerza del torrente deshacía las murallas como si fuesen terrones de azúcar. El viejo rey notaba como su cuerpo se hundía con su castillo. Su ancestral unión se materializaba en una muerte líquida. Sus gritos sordos se perdían en el infinito, maldiciendo a un sol ardiente que observaba con majestuosa indiferencia una pérdida más en su reino.
En el coche, Jaime miraba a través de la ventana, profundamente enfadado. Su hermano mayor se esforzaba en hacerle sonreír:
–Venga, Jaime, perdóname, ha sido sin querer –suplicaba, contrariado.
–No me hables. Lo has hecho aposta. Sabes que me costó muchísimo hacerlo –replicó el pequeño.
–No es verdad –contestó el mayor–, estaba corriendo con el cubo y tropecé. Se me derramó, no pude evitarlo. ¡Fue un accidente! Venga, mañana te ayudaré a hacer otro.
Y, con el rastrillo aún en la mano, y el cuerpo lleno de tierra, el pequeño Jaime empezó a relajarse mientras pensaba que, al día siguiente, conseguirían construir el castillo de arena más grande de la playa.
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Pues vaya dos cracks para decirme que el relato les ha gustado...
Esto es un chute, y lo demás tonterías ajajaj
Ese rey de arena en portadaaa
Me parece deleznable.
El primer reto lo gana Bote y Sanbes (en plan Ortega y Gasset) con el relato llamado El viaje orbital decadente.
El relato ganador del primer reto del Taller de literatura de la mano de Rapso.
Siempre OZ mintiendo al personal. ¡Vergüenza de tus hijos!
Completamente de acuerdo con el Fly.
Ruego se haga justicia con los primeros ganadores
Hombre, yo considero que mi Órbita decadente es el mejor relato que se ha escrito desde que un homínido asqueroso dejó su estúpida huella en las paredes de una apestosa cueva, allá por el neolítico. Y el de Sanbes, uno de los mejores, también.
Pero qué se la va a hacer. La idea era que el relato ganador saliese en portada, ganaron dos y según parece Patapalo estaba ausente, con lo que se pospuso el asunto al segundo reto. Y nadie se quejó por ello.
Así que por mi parte lo único que hay que hacer es dejar claro, y por escrito, que Órbita decadente es el mejor relato de la historia, seguido de lejos por El viaje, de Sanbes, para que quede constancia. Eso y corregir lo de "primer reto", claro está.
No me he enterado de nada. A mí Jane me pasó este después de prometerme que me pasaría a los ganadores del reto. Como es el primero que me pasa, es el primer ganador del reto, ¿no? ¿O cómo va esto? ¿Traición literaria entre bambalinas?
Pues básicamente ha pasado que Jane se olvidó de enviarte a Bote y Sanbes cuando ganaron el Reto 01 (empatados a puntos; no porque hicieran un relato juntos)
Yo he sido el ganador del Reto 02
Madre mía Bote, menudo complot ha habido contra nosotros dos. ¿Y si ya nunca más Bote vuelve a ganar? ¿Eh? ¿Y si nunca más escribe algo tan enormemente bueno como su Orbita decante?
No te preocupes Bote, yo te dedicaré mi próximo relato ganador.
¡No te olvido!
Teniendo en cuenta que el reto trata sobre erotismo... ¿Me lo vas a dedicar, dices?
Ay, que miedito...
jajajaja
Pues no se... Igual meto un Bote en el relato, como guiño.
(Erotismo + Bote + 269 palabras + decir los números...) Casi que mejor lo dejo para el siguiente que ya me están entrando sudores frios, jeje
Pd: Por cierto Rapso, enhorabuena. Gran relato, sí señor.
Que no cunda el pánico que la culpa es de la Jane (qué raaaaaaro). Sí, se me olvidó por completo enviar los del primer reto y se me olvidó avisar al jefe que no era el primero; me limité a decirle reto de enero
Y dicho esto, ya os vale, que en el taller sí que dije que se me había olvidado, panda merluzos
Mandadme los otros y ya está, no pasa nada. Si no, tendré que publicar algún relato mío.
Enviados
Qué bien, 16 comentarios, y solo 3 hablan de mi relato. Me siento abrumado
Diecisiete.
Muy tierno el relato, muy melancólico al principio pero muy bien cerrado. Me veía venir la historia, pero creo que no es algo que le quite la fuerza.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.