La sabiduría de los muertos
Reseña de la novela de Rodolfo Martínez publicada por Sportula
No es la primera vez que me enfrentaba a una mezcla de Los mitos de Cthulhu y Sherlock Holmes. Ya en Sombras sobre Baker Street había tenido la oportunidad de ver experimentos de la misma índole. No obstante, aquí ha sido la primera vez que he visto la premisa desarrollada más allá del mero homenaje, del guiño cómplice o de la idea ingeniosa: La sabiduría de los muertos es una obra sólida y la conjunción de ambos elementos está hecha a conciencia.
Es importante, sin embargo, señalar la presencia de la mano de H.P. Lovecraft en la reseña —además de que esta se adivina desde el prefacio del propio Watson, por lo que no chafaremos ninguna sorpresa a nadie— dado que la inclusión del elemento sobrenatural es una clara ruptura con la obra de Arthur Conan Doyle —en lo que respecta a Sherlock Holmes—. Fuera de esta dislocación, La sabiduría de los muertos encaja a la perfección con el personaje.
Sí, la obra de Rodolfo Martínez es una novela policíaca del siglo XIX, no una narración de horror cósmico. Es, de hecho, una novela policíaca del siglo XIX al estilo Sherlock Holmes. Watson es el narrador, el desarrollo de los hechos es pausado pero implacable, el retrato del Londres de la época es sobresaliente, los protagonistas están retratados a la perfección... La sabiduría de los muertos es canónica todos los aspectos excepto en el eje de la investigación que ocupa al famoso detective, pero aun este queda integrado a la perfección con el resto de los detalles del escenario.
En este sentido, cabe destacar la habilidad con la que el autor ha imitado la prosa de Arthur Conan Doyle —este año releí Estudio en escarlata y, francamente, tenía el mismo sabor que las partes ambientadas en Londres— y el esfuerzo que ha hecho para incluir referencias a las obras originales, en especial a algunos interesantes cabos sueltos. De hecho, casi es más canónica en este sentido que en el de los Mitos de Cthulhu, vistas algunas apariciones estelares al final de la historia, propias del eclecticismo del autor.
La novela, además, está llena de referencias literarias, algunas quizás excesivas, pero siempre simpáticas. Queda claro que ha sido escrita por un apasionado, y con pasión. Por si acaso alguno se pierde, la edición de Sportula incluye una serie de interesantes apéndices sobre la génesis de la novela, las identidades de los personajes, algunas decisiones del autor, etc. que resultan tan ilustrativos como entretenidos.
Así, La sabiduría de los muertos es una novela que encantará a los aficionados a las aventuras de Sherlock Holmes, sobre todo si tienen ganas de ver cómo este se enfrenta a un caso peculiar. Muy recomendable también para los amantes de los misterios en general y de las aventuras decimonónicas.
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