Superman, la creación de un superhéroe

Imagen de Kaplan

Analizamos el libro de Timun Mas y entrevistamos a su autor, David Hernando

 

Una de las críticas más habituales que han podido leerse y oírse con motivo del estreno de El Hombre de Acero, la nueva entrega cinematográfica de Superman es que “ese no es Superman”. La mejor forma de entrar en un debate con quienes opinan así es rebatirles con un certero “entonces, ¿quién es Superman?”. La respuesta mayoritaria, claro, es que Superman es Christopher Reeve surcando los cielos en la película de Richard Donner. Pero, ¿es ese realmente Superman? La respuesta es un poco más complicada de lo que parece.

En Superman, la creación de un superhéroe, David Hernando recorre la historia del que quizás sea el personaje de ficción más relevante del pasado siglo. Eso significa hablar de diversos medios dirigidos por responsables (o irresponsables) dispares en los que trabajaron multitud de artistas de sensibilidades en ocasiones irreconciliables durante 75 años.

Ante semejante crisol, la postura de Hernando es equilibrada: con la excepción de la apasionante historia que Siegel y Shuster protagonizan para recuperar los derechos del personaje, el resto del libro se destina a analizar las etapas más importantes del personaje, tengan lugar estas en el cine, la televisión o el cómic, sean alternativas o no. De este modo, el lector será testigo de la frustración venenosa de Mort Weisinger, el nuevo origen planteado por John Byrne, el estado de gracia de Richard Donner, los despropósitos de los productores de la Warner o la definitiva encarnación de Grant Morrison, entre muchas otras.

Hernando, que ya en sus tiempos en Dolmen nos explicaba de forma amena qué pasaba en aquellas series que aún estaban por llegar a nuestro país, se las apaña aquí para que la multitud de hechos reales y ficticios que se describen no se conviertan en un caos ilegible. Su trabajo hace que Superman, la creación de un superhéroe se mantenga en un accesible término medio entre la introducción para neófitos y el ensayo más profundo (si te quedas con ganas de más tras su lectura, en la bibliografía encontrarás títulos con los que adentrarte aún más en el tema, algunos tan interesantes como Men of Tomorrow: Geeks, Gangsters, and the Birth of the Comic Book). Tras leer Superman, la creación de un superhéroe, la solución a la pregunta de la que hablábamos al principio es que Superman es la suma de todas esas visiones diferentes. Ahí, en esa integración de ideas que basculan entre el defensor de las causas sociales y el dios llegado del cielo, reside el interés de un personaje trascendente y en continuo cambio. Aunque suene paradójico, el icono de Superman es tan intocable, tan universal, que siempre será una página en blanco para quien quiera escribir sobre él. Por ello mismo, por la versatilidad que ofrece, resulta extraño que en los últimos tiempos, como señala Hernando, DC siga obsesionada con contar una y otra vez el origen del personaje, poniéndose piedras en su propio zapato. Esperemos que la controvertida y apabullante El Hombre de Acero de Snyder contribuya por fin a que en la editorial dejen volar a Superman, que ya es hora.

La edición de esta obra se une a la de otros volúmenes teóricos que vienen publicándose en nuestro país cada vez con mayor frecuencia (Marvel: La historia jamás contada, Alan Moore Storyteller, Supercomic, La novela gráfica...). Síntoma inequívoco de que en este país se empieza por fin a tomar en serio a este medio y que los aficionados han tomado conciencia de ello. Que dure.


 

Para abrir boca, a continuación tenéis una entrevista concedida por David Hernando a OcioZero en la que se tocan algunos de los principales temas que plantea Superman, la creación de un superhéroe.

 

En la intrahistoria editorial de Superman, ¿podríamos decir que Siegel es el héroe (Superman) y Weisinger el villano (Luthor)?

Eso sería exagerar mucho e irnos a minimizar el impacto de ambos, porque Weisinger como tal no era un Lex Luthor (con todo lo negativo del ser humano que representa el villano por antonomasia de Superman), pero sí fue una Némesis interesante para Siegel en un momento de su vida. Como se narra en el capítulo dos, la presencia de Weisinger en la mitología de Superman fue muy importante, aportando elementos hoy identificados como ineludibles en la historia del personaje. Pero la propia presión de guiar a este personaje fue lo que pudo con él, aparte que su manera de tratar a los empleados no era muy adecuada que digamos…

 

Superman es, casi desde sus inicios, un personaje multimedia, algo casi inalcanzable por la competencia hasta hace bien poco. ¿Cuáles crees que son las causas que permitieron esta posición insólita?

Lo que suele decirse de estar en el sitio indicado en el momento oportuno. Superman apareció por primera vez en una época en la que el público necesitaba un faro de esperanza, un elemento optimista que diera a entender que no estaba todo perdido. Eso propició que aparecieran multitud de superhéroes siguiendo su estela con tal de obtener una repercusión similar. Aunque sin lugar a dudas, más allá de ser pionero, de establecer el arquetipo del superhéroe como lo conocemos hoy y del contexto social e histórico en el que apareció por primera vez, la causa principal para su éxito fue ser creación de Jerry Siegel y Joe Shuster. Sin entender a sus creadores, no se entiende al personaje y es, precisamente, al comprender mejor qué les movía que uno entiende la clave del éxito de Superman.

 

Hablamos de un personaje cuya principal ventaja como héroe (su casi omnipotencia) es también su principal obstáculo como personaje de ficción (cuesta crear amenazas a su altura). ¿Qué autores lidiaron mejor con esta problemática?

Aparte del propio Jerry Siegel, con unas historias entre 1938 y 1948 avanzadas por completo a su tiempo en cuanto al uso del metalenguaje o las adaptaciones dentro de adaptaciones, etc… sin duda el que mejor ha entendido a Superman en la historia reciente ha sido Grant Morrison en All Star Superman. Mark Millar en Superman Adventures, Bruce Timm y Paul Dini en Superman: The Animated Series, Richard Donner en Superman: The Movie son otros ejemplos, por citar varias interpretaciones del personaje en papel, televisión o cine.

 

Figura divina, hombre desubicado, más héroe que hombre, más hombre que héroe... Superman ha sido, a lo largo de su historia, un personaje poliédrico. Como aficionado, ¿cuál es tu etapa favorita? ¿Por qué?

Si hablamos solo de etapas en las colecciones regulares, que son las que cuentan como canon y las que tienen un riesgo mayor que el resto al tratar de contar aventuras mensuales con un ritmo casi industrial, me quedaría con dos:

· La etapa de Siegel y Shuster, por fundacional, por demostrar todo lo que se ha podido hacer con los superhéroes durante sus primeros diez años de vida. Todo lo que ha venido a continuación no es sino una reformulación de lo que estos dos jóvenes de Cleveland consiguieron.

· La etapa editada por Mike Carlin, básicamente desde antes de su llegada con el inicio de John Byrne, hasta poco después de su marcha antes de la boda de 1996. Esos diez años suponen una coordinación editorial impresionante entre cuatro colecciones mensuales, con cifras de ventas enormes en comparación con las de hoy día, con una presión inaudita, y con un desarrollo del universo de Superman cohesionado y redondo. Todos los personajes estaban bien delimitados con la boda como culminación de toda una etapa.

Destaco esas dos pero, si me pusiera, resaltaría unas cuantas más por diversos motivos.

 

Tras el convulso comienzo del Nuevo Universo DC, ¿eres optimista respecto al futuro de Superman?

Sí, siempre hay que serlo, porque el personaje ya ha pasado momentos así y los volverá a pasar. La historia del cómic de superhéroes nos muestra un carácter intrínsecamente cíclico. Esto supone que cada cierto tiempo haya elementos que se apartan para resaltar otros y viceversa. Ahora toca un Superman distinto al que hemos conocido durante los últimos 75 años… pero DC sigue editando al clásico en la serie “digital first” de Adventures of Superman, con unas historias emotivas, clásicas y excepcionalmente bien construidas. Hay esperanza.

 

Por último, ¿has visto ya El Hombre de Acero? ¿Qué te ha parecido su versión de Superman y la película en sí?

Sí, la he visto y salí pensando que como adaptación cubre varias etapas del personaje y consigue una amalgama interesante de varias referencias para mostrar su propia versión de algunos hechos, como Krypton, los gremios, la procreación casi artificial, la relación Lois y Clark, etc. Algunas alteraciones son bienvenidas, como la mencionada relación entre Lois y Clark, pero otras como el discurso de Jonathan Kent o lo que hace Superman al final, se nota que son voluntad única y exclusiva de su guionista y su director, que quieren que el personaje pase por ahí sin importarles lo orgánico o no que parezca con respecto a la evolución del personaje en la propia cinta.

Tiene elementos muy bien conseguidos pero que palidecen al no encontrar un guión sólido por ninguna parte. Se nota que aquí David Goyer vuela en solitario a la hora de escribir el libreto y esto confirma que no está a la altura de lo llevado a cabo por Christopher y Jonathan Nolan en la trilogía del Caballero Oscuro. Los defectos en cuanto a estructura o caracterización, con chistes idiotas y algunos diálogos cliché, son marca de la casa de Goyer y aquí, alimentado por un Snyder que solo sabe ser visual a trompicones, convierten a la película en un festival visual sin alma ni dirección.

Es una lástima porque podría haber sido una gran aproximación al personaje, lista para nuevas generaciones, pero solo consiguen que lo veamos como “uno más” y Superman no es eso en absoluto.

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