Che Guevara, la novela gráfica

Reseña de la obra de Marco Rizzo y Lelio Bonaccorso publicada por Panini

Como los propios autores señalan en el material adicional que incluye al cierre la edición de Panini Cómics, existen muchos acercamientos a la figura del “Che” Guevara, algo que resulta natural en un personaje que no solo ha tenido una indiscutible relevancia política e histórica, sino que se ha convertido en todo un icono cultural y social.

El que abordan Marco Rizzo y Lelio Bonaccorso en Che Guevara, la novela gráfica pivota entre tres nodos de igual importancia: el planteamiento biográfico, mediatizado, eso sí, por una narración articulada en torno a diversos testimonios, la conocida fotografía de Alberto Korda, que sirvió de base para el tratamiento iconográfico de la persona, y el diario que el Che llevó en Bolivia hasta su captura y que fue entregado por Fidel Castro a Giangiacomo Feltrinelli, llamado “Osvaldo”.

Estos tres pilares sustentan una narración que deja el punto de vista en distintos personajes que se vieron implicados en la vida de Ernesto “Che” Guevara, a través de los cuales se reconstruyen sus últimos momentos, así como algunos episodios de su vida como guerrillero —y más tarde ministro cubano— y se presta una mirada a la paradójica transformación de la persona en icono pop y al mismo tiempo en símbolo político.

El repaso a la vida de Guevara no es exhaustivo ni cronológico. No estamos ante una biografía adaptada al cómic, sino frente a una novela gráfica que nos acerca al personaje y pone de relieve aspectos particularmente interesantes del mismo.

El enfoque es periodístico, aunque, tal y como señalan los autores, hay espacio para las licencias narrativas —en este sentido, es particularmente interesante la recopilación de artículos y notas al final de la obra—. Se mantiene, no obstante, una ausencia de juicio sobre los hechos y se señala con claridad quien es la fuente de la información, quien narra determinados pasajes.

Esto no es óbice, sin embargo, para que Che Guevara, la novela gráfica muestre una gran fuerza narrativa. El guión de Marco Rizzo se muestra, a través de las ilustraciones de Lelio Bonaccorso, visceral, vivo, apasionado. La historia y el personaje que nos presenta es así, y la cercanía de las historias y anécdotas, con su punto de intimidad, evitan que quede como un reportaje frío o una recopilación de datos.

El resultado es un acercamiento muy interesante al personaje, una forma distinta y muy atractiva de echar un vistazo a nuestra historia contemporánea. Una novela gráfica, en definitiva, muy adecuada para un personaje como el Che Guevara.