Fantástico Sr. Fox

Sobre la adaptación de la obra de Roald Dahl dirigida por Wes Anderson

Roald Dahl es un autor cuya obra fascina por igual a pequeños y a grandes, uno de los maestros de la doble lectura, del saber transmitir el universo infantil de un modo directo a los niños y de hacer rememorarlo con entusiasmo a los grandes. Es normal, por lo tanto, que la tentación de adaptar su obra a otros formatos —al cine, muy particularmente— sea una constante. Otra historia es el resultado conseguido. Películas como este Fantástico Sr. Fox demuestran que, por suerte, se puede hacer magia a partir de la magia.

La historia nos sumerge de lleno en el mundo de las fábulas: animales parlantes, historias de zorros que roban gallinas y este tipo de cosas. Pero con un enfoque que resulta fresco y muy cercano al espectador porque, en el fondo, de lo que habla Fantástico Sr. Fox es de las relaciones familiares, las expectativas personales, la naturaleza de la gente... Y siempre con humor, con toneladas de humor, de guiños y requiebros que hacen que la película no pierda interés en ningún instante, que nos arranque carcajadas y nos haga sintonizar con sus particulares héroes —o antihéroes—.

El apartado gráfico es impresionante. El filme se realizó con más de quinientos muñecos que cubren no solo un amplio reparto de animales y personas, sino también varios modelos para los protagonistas. Esto es algo que hace que la expresividad de las marionetas sea formidable y, conjugada con los cuidados escenarios, nos sumerge por completo en la historia. El equilibrio entre la humanización de los personajes y su lado animal es otra de sus grandes bazas.

Sin embargo, no es la única clave de la película. Fantástico Sr. Fox no es un mero alarde de técnica, sino que el guión de Wes Anderson está ajustado al milímetro y las interpretaciones —por lo visto, no se limitaron a un simple doblaje, sino que los actores, George Clooney, Bill Murray y Meryl Streep entre otros, interpretaron las escenas juntos para darles más fuerza— son antológicas. Desconozco cómo habrán sido las traducciones al castellano; en francés están también muy cuidadas.

Sobre estos cimientos ya más que prometedores, tenemos un montaje que sigue acumulando aciertos, desde la banda sonora a la concatenación de escenas, cuyo ritmo y desparpajo seducen por completo.

El conjunto hace que Fantástico Sr. Fox sea toda una joya dentro de su género. Fantasía con enjundia, animación original y de una gran belleza y un dinamismo extraordinario. Ideal para grandes y pequeños. Como las obras de Roald Dahl. Como deberían ser todas sus adaptaciones.