Megazoria: Fennia
Trasfondo de la tierra de los fenni, en Fenniscandia
Conocida también como la tierra de las ciudades colina o las ciudades de piedra, Fennia es un enclave que se ha desarrollado entre las grandes manadas de herbívoros que siguen el curso de los farallones de hielo.
Aspectos geográficos
Fennia se extiende bajo los impresionantes glaciares que comunican la tierra de los sapmi, en el norte, con las cadenas de hielo que dominan los confines de Slavia por el sureste. Es una tierra de praderas de gramíneas que ondean como mares de hierba entre lagos de aguas cristalinas y roquedales cubiertos de escarcha. Más hacia el suroeste, frente al mar Báltico, el clima se suaviza y se extienden algunos bosques ralos hasta la costa, el único suministro de madera de estas tierras.
El clima es duro, seco en la mayor parte del territorio por la acción del hielo, aunque algo más tolerable en torno a los lagos, los ibones y cerca de la costa. Las tormentas son raras por la ausencia de agua en la atmósfera, pero no las ventiscas y otros fenómenos igualmente impresionantes.
Fauna
El rey de Fennia es el mamut lanudo, una bestia que alcanza una altura de entre cinco y seis metros (sobre todo en los ejemplares domésticos) y cuyas defensas, largos colmillos curvos, llegan a medir más de tres metros. Sus impresionantes jorobas de grasa son grandes reservas de alimento muy codiciadas y bien defendidas. Los mamuts se organizan en manadas de hembras, con una matriarca a la cabeza, que avanzan por las planicies alimentándose de inmensas cantidades de hierba. Los machos viven en grupos reducidos o en solitario y poco han de temer de los depredadores, excepto del hombre.
Siguiendo la estela de los mamuts encontramos todo tipo de animales, desde antílopes saiga a rinocerontes lanudos, bisontes o renos. A estos herbívoros siguen la pista depredadores como el leopardo de las nieves, homoterios, leones y hienas cavernarias y manadas de diros. Algunas especies de rapaces también cazan herbívoros de menor tamaño, como liebres. Se trata, para sorpresa de los extraños, de un ecosistema muy rico y variado.
Habitantes
Los fenni son, por lo general, gentes de pieles claras, con cabellos oscuros. Tienden a tener los ojos rasgados de cualquier tonalidad. Visten ropas confeccionadas con cuero y pieles, que adornan tanto con marfil y colmillos como con gemas talladas.
Lengua: Urálico.
Escritura: No tienen un alfabeto propio aunque utilizan pictogramas y, en algunos poblados, runas.
Algunos nombres de ejemplo: De hombre, Aarne, Pyry, Aatami, Iika, Ilmatar, Jalo o Jouko. De mujer, Aamu, Aina, Inka, Kukka o Minttu.
Sociedad y gobierno
Los fenni habitan en grandes poblados parapetados tras toscos pero altos muros de piedra que erigen con la ayuda de sus mamuts domesticados. Estos poblados alojan a algo más de un centenar de individuos, por lo general, que están ligados por parentesco. Incluyen apriscos para los mamuts y construcciones donde guardar reservas de paja, provisiones, alojarse, etc. A la cabeza de estos grupos se encuentra una matriarca, en imitación a la estructura familiar de los mamuts, a los que veneran, pero el gobierno cotidiano se lleva a cabo por los hombres maduros y jóvenes, los cazadores, los cuales recurren a la matriarca en caso de conflicto.
Periódicamente, los fenni visitan otros poblados para establecer matrimonios, comerciar e intercambiar noticias, pero no tienen una organización compacta más allá de compartir algunas tradiciones, la lengua y los rituales.
En las costas se han establecido puertos comerciales de escandinavos que han aprovechado el escaso interés que muestran los fenni por el mar. Estos comercian con los nativos y rara vez se muestran agresivos, ya que se sienten impresionados por sus ciudades de piedra y los mamuts.
Religión
Los fenni profesan creencias chamánicas que giran en torno a los antepasados y a deidades animistas vinculadas con los animales, muy en particular los mamuts, que son tanto presas como miembros de los clanes. Cada clan tiene al menos una chamán encargada de los rituales. Algunos chamanes, hombres, viven como eremitas en imitación de los mamuts solitarios, fuera de los poblados.
Las ceremonias suelen contar con música realizada con tambores de piel y flautas y en ellas el chamán puede entrar en trance a través de drogas. En los roquedales aislados y en los propios poblados hay cavernas cubiertas de pinturas que pueden servir como templos.
Actividades económicas y lúdicas
Toda la actividad económica gira en torno a los mamuts, de los que se extrae lana (los pelos de mamut pueden medir casi un metro de longitud y en la época fría desarrollan un vellón adicional bajo estos pelos), marfil, leche, carne, cuero para fabricar ropa y botes, estiércol que sirve como combustible y huesos para las estructuras secundarias dentro de los poblados.
Como actividades complementarias, los fenni parten de caza, sobre todo cuando llegan las grandes manadas, y también recolectan grano y otros vegetales con los que complementar su dieta. Si el poblado está situado junto a un lago o el mar, también pescan y/o recogen moluscos.
Gracias a la protección que brindan los poblados frente a depredadores e incursores, los fenni han podido desarrollar una industria artesanal que deja excedentes para el comercio y una rica tradición narrativa. Aunque sus logros en siderurgia están limitados por la falta de combustible (tienen que recurrir al hueso en ocasiones para alcanzar mayores temperaturas), son capaces de fabricar herramientas que permiten tallar la piedra y crear bellos objetos de marfil.
También han domesticado una especie de gato ártico que permite mantener limpios los poblados de roedores y halcones de las nieves, con los que cazan en las planicies. Su medio de transporte son los propios mamuts, que pueden transportar varias personas y mercancías de un modo seguro de un poblado a otro.
Cuando un clan visita a otro se organizan festejos en los que el alcohol destilado corre en abundancia. También se organizan cacerías entre varios clanes en la época de las grandes migraciones.
En la guerra
Los fenni no se han visto envueltos en conflictos bélicos más que raras veces. En ellas no dudan en recurrir a sus mamuts, a los que pueden proteger con faldones de cuero remachados, para poner en fuga al enemigo. Como buenos cazadores, dominan el uso de los venablos, a los que pueden dar mayor potencia y alcance con unas palancas de madera o marfil talladas al uso. Igualmente, conocen el uso de cuchillos, hachas, etc.
En el mar
El pueblo fenni vive de espaldas al mar a causa de la ausencia de madera de buena calidad en su territorio. Las únicas embarcaciones que construyen son botes con armazón de huesos o madera y casco de cuero que sirven para pescar en los lagos o en el mar cuando este está en calma.
Posibilidades de aventura
Fennia es una tierra marcada por las migraciones estacionales de herbívoros. Es posible que los aventureros quieran participar en alguna de las peligrosas cazas de mamuts o bisontes. Los rinocerontes lanudos y los depredadores de las planicies pueden suponer grandes riesgos para cualquier tipo de expedición.
Al mismo tiempo, los poblados de los fenni suponen oportunidades interesantes para los comerciantes extranjeros, quienes tendrán que pensarse muy bien cómo viajar de uno a otro, ya que ellos no contarán con mamuts como medio de transporte. Dentro de las comunidades aisladas de estos poblados también se pueden generar aventuras ligadas a la caza o a las inclemencias del tiempo. Un depredador feroz por la zona, como un oso polar extraviado, puede constituir todo un desafío.
Historias que giren en torno a profecías de los chamanes o que impliquen las curiosas cavernas santuario pueden ser un buen gancho. Estas a veces quedan abandonadas en terreno abierto y se extienden en numerosas galerías que pueden contener todo tipo de reliquias de otros tiempos.
Finalmente, no hay que descartar que algún extranjero, eslavo o vikingo, intente conquistar algún poblado al creer que tras sus ciclópeos muros se hallen tesoros sin cuento. Las dificultades de una empresa tal pueden generar originales aventuras.
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