Severed

Reseña del cómic de Snyder, Tuft y Futaki publicado por Planeta DeAgostini

Severed, que podría traducirse como “cercenado” o “cortado”, es una obra que va precisamente de eso: de amputar un episodio del pasado especialmente doloroso que se resiste a quedarse atrás para siempre. Un episodio que, además, tiene mucho que ver con las mutilaciones, como se nos deja bien claro desde la presentación del protagonista, un viejo manco que nos va a contar una historia terrible.

Tampoco es accesorio este enfoque de “cuento”: Severed bebe de los cuentos tradicionales clásicos, desde la propia premisa del niño que se escapa de casa y se mete por donde no debe, desobedeciendo a su madre y confiando en exceso en los desconocidos, hasta el propio desarrollo de la historia, que oscila entre el viaje de descubrimiento y la road movie de terror.

Porque la historia que nos presentan Scott Synder y Scott Tuft, los guionistas, tiene también mucho de retrato social de la América profunda, de esos escenarios irrepetibles de principios del siglo pasado, en la década de antes de los locos años 20, cuando la red ferroviaria y el lanzamiento del automóvil popular, el famoso Ford T, conectaron pueblos y ciudades dando un nuevo sentido al anonimato y el sueño americano.

En efecto, en Severed el lobo feroz ya no está confinado en el bosque: el mundo entero se ha convertido en su territorio de caza. Por eso, los principios tantas veces repetidos por tantos padres son más que nunca importantes. Y, al mismo tiempo, han de ser ignorados en ese viaje terrible que es crecer.

La mezcla es potente porque estas ideas han sido tratadas con mucho acierto y un ritmo impecable, conformando un mosaico rico por sus escenarios y su retrato social de un entorno y una época con una gran capacidad evocadora y por los personajes que vamos descubriendo, que se muestran sólidos en su sencillez y palpables en sus peculiaridades.

El trabajo gráfico de Attila Futaki termina de rematar una gran obra. Sabe controlar la dureza de los cuadros para mantenerse en el terror y no caer en el gore y la casquería gratuita. Todo un desafío, ciertamente, porque Severed no es una obra amable, sino todo lo contrario: resulta de una crudeza terrible.

Y ahí es donde radica su grandeza: Severed es aterradora y fascinante, pero nunca efectista. Y, como todos los cuentos clásicos, es una fantasía terrible, pero con sus raíces bien hundidas en la realidad.