Fahrenheit 451

Reseña de la novela de Ray Bradbury publicada por Minotauro

Aunque es una opinión aventurada, creo que Fahrenheit 451 es la novela idónea para descubrir la obra de Ray Bradbury. Quizás se deba a que yo lo hice así, puede que a que sea su obra más conocida. Adelanto que no es mi preferida (por simple afinidad, me quedaría con La feria de las tinieblas), aunque, sin duda, sea una auténtica joya. Además, creo que representa a la perfección esa vertiente que tuvo de autor de ciencia ficción.

Fahrenheit 451 está considerada como una de las grandes distopías, esas utopías oscuras en las que el autor no diseña un mundo perfecto que sirva de modelo sino, más bien al contrario, un futuro funesto que sirva de advertencia. Su premisa básica es tan escalofriante como genial: en el mundo de Fahrenheit 451 el cuerpo de bomberos no extingue incendios, sino que incinera libros (valiéndose del juego de palabras que suscita en inglés: bombero = fireman).

Esta imagen tan macabra y poética (que es la que justifica el título, pues 451 grados Fahrenheit es la temperatura a la que el papel se inflama) es la representación de lo que sería un sistema que combate la cultura crítica para establecer, en su lugar, un ocio alienante. En el mundo ideado por Bradbury no nos encontramos una sociedad militarizada y opresiva al estilo de 1984, sino su reverso tenebroso a modo de American Dream perverso: pantallas gigantes, televisiones omnipresentes y una población anestesiada. Y los bomberos como un cuerpo de rapaces que extirpa cualquier anomalía que perturbe el sistema.

Esa idea del ocio devorador de conciencias resulta particularmente meritoria en un autor de la talla de Bradbury. Como se apreciará en Fahrenheit 451, su estilo, capaz de imprimir un ritmo de thriller, de crear escenarios de fascinante evasión (esas reuniones de lectores vagabundos, esas casas de intimidad inexistente), le hubiera permitido encandilar a los lectores con historias huecas. Sin embargo, fue más allá. La cultura es diversión, pero puede ser más que diversión. Del mismo modo, la vida puede ser disfrute, pero puede ser algo más que disfrute.

Fahrenheit 451 explota estos conceptos con pulso firme y una narrativa envidiable. Como digo, una novela perfecta para introducirse en su obra o para volver a ella. La huella que ha dejado en el mundo es el mejor aval que tiene.