Venidos del miedo
Reseña de la antología de microrrelatos de Julián Sánchez Caramazana publicada por Páginas de Espuma
Dicen que los perfumes y los venenos han de venir siempre en frasco pequeño. En esta antología de Julián Sánchez Caramazana tenemos estos tres elementos: perfumes, venenos y frascos diminutos, microrrelatos que van moldeando el humor del lector como a base de pequeños pero implacables mazazos.
Venidos del miedo es una antología lúgubre, donde el terror deja paso, más bien, a un funesto pesimismo. En sus páginas la desesperanza tiene al horror como protagonista principal. Hay espacio para el humor negro y para la sorpresa, para la fantasía, el absurdo y el realismo más demoledor. En ocasiones, encontramos incluso poesía o un toque filosófico en los breves fogonazos de sus páginas. No obstante, el tono principal es el de esa losa existencial del que está desencantado con lo que le rodea. Sin concesiones.
Los microrrelatos son muy breves, de apenas un par de párrafos los más largos y de una frase los más cortos. El libro se estructura por temáticas que están claramente demarcadas por sus propios títulos, los cuales vienen, además, apuntalados por citas de grandes autores. Así, tenemos Escalofríos, Viajes, ironías y Solventes por sí solos, tres bloques en torno a los que se articula el imaginario siniestro de Caramazana.
La calidad de los micros no es homogénea. Encontramos algunos que resultan quizás demasiado obvios o cuya estructura resulta algo artificiosa junto a otros que fluyen con la precisión de un flechazo o que dejan pasmado por su fuerza y capacidad de sugestión. La impresión general después de leer los casi cien que conforman la antología es, en cualquier caso, positiva.
Venidos del miedo es una lectura entretenida, dura pero con su particular encanto, o quizás capacidad de fascinar. Un buen compendio de interludios que alternar con otras lecturas o actividades.
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