Apocalyptic Love

Echamos un vistazo al nuevo trabajo de Slash, el ex Guns n' Roses

Saúl Hudson, Slash para los amigos, hermano de Ash, es un hombre entrañable con el compartimos ciertas similitudes. Para empezar, nuestras respectivas madres nos adjudicaron el mismo nombre, ambos practicamos el noble arte de la guitarra con mayor o menor pericia, nos agradan las serpientes de cascabel y Axl Rose nos parece un tipo odioso e insoportable. En el Azkena Rock 2010 tuvimos nuestro momento íntimo, donde coincidimos en el mismo bar de menú de diez euros, que no en la misma mesa, tomando ambos la sabia decisión de pedir la sopa de la casa con tropezones acompañada de un vino de garrafón para auténticos rockeros con un toque glam de gaseosa desbravada. Pero, sobre todo, lo que nos une por encima de todo es nuestra pasión por el rock.

Aunque a estas alturas no necesita presentación, el guitarrista del sombrero de copa empezó a hacerse un nombre y a la vez una leyenda en Guns n' Roses donde, junto a Axl Rose y otros talentos no tan evidentes, como Izzy Stradlin, consiguieron revolucionar el mundo de la música con su Hard Rock agresivo y decadente, cosechando grandes éxitos y reventando los estadios de todo el mundo con algunos temas legendarios. Desde fatídico 1996 en que se extinguió la última gran banda de rock del universo conocido, Slash ha tenido que cargar con una gran losa, que, pasados los años, cada vez se ha hecho más pesada y que ha provocado que algunos de sus posteriores proyectos, como Slash’s Snakepit o Neurotic Outsiders no hayan tenido la repercusión que se merecen.

Mientras Velvet Revolver, la banda que formó con algunos ExGunners, sigue en la eterna búsqueda de cantante, el greñudo guitarrista se ha dedicado a juntarse con algunos amiguetes y sacar un par de discos firmados como Slash. El primero de ellos, que contaba con colaboraciones de mucho peso, como Ozzy Osbourne, Iggy Pop, Dave Grohl, Chris Cornell o Myles Kennedy entre otros, acabó siendo un disco errante, con algunos temazos pero muchos otros condicionados por el estilo del artista que le acompañaba.

Su segundo disco en solitario, Apocalyptic Love, es un disco de ROCK, en mayúsculas. Desde la portada, que bien podría ser el tatuaje de algún motero, hasta la última nota, ya que, sin la presión de todo el entorno que le ha acompañado en las grandes bandas, ha podido presentar una propuesta honesta sin influencias externas y que, como ya adelantó él mismo, “es el disco que más he disfrutado de mi carrera". Nos encontramos con una obra sin sorpresas ni pretensiones, ni con afán de inventar nada, pero con todos los elementos para los amantes del estilo. Riffs pegadizos, solos que salen de lo más profundo de su alma y buenas melodías, con el sello personal e inconfundible de las guitarras de Slash.

Prescindir de todo el elenco de colaboradores y centrarse en Myles Kennedy ha sido otro de los grandes aciertos del disco, ya que su estilo vocal, que por momentos puede recordar a Sebastian Bach o Axl Rose, salvando las distancias con ambos, casa muy bien con las composiciones y se erige en el otro gran protagonista con una interpretación muy destacable.

Apocalyptic Love es un gran disco donde Slash hace lo que mejor sabe hacer, que es mucho: Hard Rock. Quizás no tenga la rabia y la intensidad de los discos de antaño, pero Slash ya no es aquel joven que se despertaba entre botellas de Jack Daniel en algún sucio y oscuro callejón de L.A. haciendo apología del más extremo Sexo, Rock & Roll y sobre todo drogas... ¿O si?

Puntuación: 9/10