Yo vi tu silueta

Imagen de HPLovecraft

En la mejor tradición del terror clásico de los años 70: podría pasarte a ti.

 

Sinopsis

Alicia recibe un inesperado mensaje de su ex novio. Cuando este decide retomar la relación, la rabia, la tristeza y la duda irrumpen en la acomodada vida de la estudiante. Malaconsejada por Sara, su compañera de piso, Alicia se abandona a un peligroso juego de burlas y provocaciones con trágicas consecuencias cuando el vecino de al lado, un hombre trastornado y solitario que convive con un discapacitado mental, decide a su vez que ha llegado el momento de declararse a Sara con el fin de que la atractiva e hiriente joven ocupe el lugar de su anterior novia, fallecida en un dantesco accidente que es en realidad uno de los oscuros secretos que pesan sobre la conciencia de los Cabeza Vaca.

Atrapada en las redes de una locura congénita, Alicia se ve obligada a ejercitar sus conocimientos de Psicología y a superar toda clase de temores y prejuicios para luchar por su vida. Pero la historia cambia dramáticamente cuando se vislumbra una silueta conocida tras el cristal traslúcido de la jaula en que se halla la chica. Yo vi tu silueta mezcla el horror visceral, el terror psicológico, el drama familiar y las reflexiones sobre la psique humana y la importancia de la familia en la sociedad en la que vivimos. Armada como un tenso thriller en donde los personajes se van enredando entre sí con funestas consecuencias, en esta perturbadora novela aparecen temas como la soledad, la Guerra Civil, la obsesión, la Psicología, la superficialidad y la importancia de la familia en toda su crudeza.

 

Autor

Javier Vivancos García nació en Cartagena un viernes 13 de 1979. En una fecha así, solo podía haber venido al mundo un escritor de literatura de terror. Se diplomó en Trabajo Social y se licenció en Psicología, pero sus intereses personales se inclinan más por la escritura. Ha trabajado como corrector y como redactor. Ha escrito novelas, relatos, librojuegos, canciones y hasta haikus. Además de varios trabajos publicados, ha resultado ganador en certámenes de relatos como el Premio Lituma 2006, el Ciudad de Arnedo 2008 o el X Concurso de Relatos Eróticos de Cartagena. En 2005 publicó Lucrecia se oscurece con la editorial Libros en Red, una obra que guarda algunas similitudes con Yo vi tu silueta, especialmente en lo tocante a la profundidad de la psicología de los personajes y la facilidad para introducirse en sus pensamientos, deseos y fobias más profundas.

En aquel trabajo, al contrario que en este, la magia negra ocupaba un lugar predominante al ser lo que conseguía oscurecer a Lucrecia. Sin embargo, son más importantes los puntos en común: el odio, la venganza, la ira y toda la caterva de sentimientos y emociones humanas que consiguen acercar el personaje hasta un punto que solo leyendo el libro se es capaz de percibir en toda su grandiosidad. Como relatos más breves ha publicado Un asunto de huevos (Sonrisas y asteroides, Asociación Cultural Mundo Imaginario, 2008) y La naturaleza es cruel (Calabazas en el Trastero nº6: Bosques, Saco de Huesos, 2010). Dada la gran calidad de su obra y la minuciosidad y barroquismo literario con los que trabaja, es muy probable que nos encontremos ante uno de esos nombres que dará mucho que hablar en un futuro cercano. En Yo vi tu silueta nos encontramos ante una novela de realismo sucio que intentaré desgranar.

 

Comentarios y otras disquisiciones

Para variar, y haciendo una excepción, voy a comenzar por el final: Yo vi tu silueta es una excelente novela cargada de matices que hacen de ella una obra fácil de leer y compleja en su profundidad. Una de las tres citas que podemos encontrar pertenece a uno de mis filósofos favoritos, Arthur Schopenhauer, y dice textualmente: El hombre es en el fondo un animal salvaje, una fiera. Solo le conocemos domado, enjaulado en la civilización. Por eso nos aterran las explosiones accidentales de su naturaleza… Dicha cita completa y complementa la primera de todas ellas, del famoso grupo musical post-punk llamado Killing Joke que dice en su canción Pleasures of the flesh: Esta hambre en mi carne, mi instinto me dice que sabe qué es lo mejor. Y cuando el animal se apodera de mí siento fuerzas fuera de mi control. Aunque existe una cita más, me interesan esas dos por ser las más relacionadas con el núcleo de la historia.

En aras del asombro y guardar lo más recónditos secretos de la estructura de la novela, vamos a obviar las palabras previas al índice, bautizadas como Prólogo de mi catarsis, y nos sumergimos de lleno en el capítulo uno, titulado El horror y el placer con un acierto que va más allá de lo meramente semántico para entrar de lleno en la lucha de opuestos, que de forma tan acertada desarrolló el filósofo griego Heráclito de Éfeso (conocido también nada menos que como el Oscuro de Éfeso). Asistimos en este primer capítulo a una muestra de la depravación de una familia degenerada hasta un punto que no podemos suponer hasta mucho más avanzada la lectura y que recuerda, inevitablemente, a La matanza de Texas (The Texas chain saw massacre, Tobe Hooper, 1974) uno de los ejemplos más clásicos, si no el que más, de ese cine de te podría pasar a ti y cuyo espíritu el autor adoptó en parte para su novela.

Como todo buen cinéfilo recordará, La matanza de Texas, trata acerca de una familia de psicópatas caníbales que van matando y devorando a todos aquellos que tienen la mala fortuna de ir a parar cerca de su casa. El más letal y conocido para el espectador de todos ellos, Cara de cuero (Leatherface en el original), acostumbra a quedarse con las pieles de sus víctimas para disfrazar patéticamente su propia fealdad física. No obstante Tobe Hooper también se inspiró en Elmer Wayne Henley, un joven que vendía por 200 dólares a jóvenes incautos para que llevarlos a la casa de Dean Corll, conocido como Candy Man, que por su edad ya no era capaz de buscar sus propias víctimas. En la película sucede algo parecido con el abuelo (granpa), un antiguo trabajador de un matadero cercano ya cerrado, al que sus degenerados nietos le llevan víctimas para él les dé el golpe de gracia.

Pero regresando a la novela, tras un breve episodio en el que conocemos las intenciones del ex novio de Alicia de regresar con ella, se nos presentan los seis personajes principales de la misma. Alicia, Sara, Carlos, Vonotar y los hermanos Cabeza Vaca. Cada uno de ellos está dotado de una marcada personalidad tridimensional que sobrepasa los límites del papel y nos hace casi ser capaces de predecir su comportamiento en función de lo que conocemos hasta el momento de ellos. Los tres primeros personajes están marcados por un comportamiento frívolo y superficial propio de la juventud, especialmente en Sara y Carlos, mientras que los hermanos Cabeza Vaca son seres desgraciados, enfermos y contra todo pronóstico que uno pudiese imaginar, personas deseosas de ser amadas por otras. Algo del todo imposible dado su raro aspecto, su anormal comportamiento y su incapacidad para adaptarse a la civilización.

Alicia es la protagonista de la historia. Es una joven estudiante de Psicología, atractiva, de cuerpo escultural e inteligente atrapada en un cierto grado de narcisismo freudiano (depende en exceso de la mirada de los otros para su propia valoración) lo que hace bastante insegura en muchos momentos de la obra y cuyo deseo parece salir de las barreras que ella misma se impone. Aún triste ante la pérdida de su último novio, Vonotar, algo parece despertarse en su interior cuando recibe un mensaje suyo diciendo que quiere volver con ella. Dentro del grupo, es la más educada, hasta cierto punto tímida y solo ligeramente superficial. Desde la ruptura con Vonotar no ha estado con ningún chico, lo que la describe como corazonal y poco impulsiva en el amor, pero tiene un cierto rasgo de superficialidad que Sara, su amiga y compañera de cuarto, se encarga de potenciar siempre que tiene ocasión.

Sara es el torbellino humano que supone el negativo de Alicia (nuevamente regresamos a la lucha de opuestos) y estudiante de educación física. Vital, sin complejos ni inseguridades, con un cuerpo también especialmente llamativo y sin ningún tipo de problemas a la hora de mostrarlo o usarlo para sus conquistas amorosas. Sara es amiga de las fiestas, la promiscuidad sexual y gastar todo tipo de bromas por muy pesadas que estas puedan llegar a ser. No solo se burla de Carlos, su compañero de piso al que cree que deben ponerle cachondo que te cagas, sino que además realiza el mismo tipo de burla cruel con sus vecinos que, por casualidad, son los hermanos Cabeza Vaca, lo que supondrá un craso error. Queda bastante patente el simbolismo entre la reunión del cerebro (Alicia) con el cuerpo (Sara) manifestado incluso en sus estudios. Como suele suceder, Alicia se deja arrastrar por Sara en su juego con los vecinos.

En este punto, la historia marca una sutil pero patente semejanza con la película Nunca juegues con extraños (Joyride, John Dahl, 2001) en el que han empezado las vacaciones y Lewis está listo para marcharse en coche con Venna, la chica de sus sueños, que acaba de romper con su novio. Pero sus planes se tuercen cuando se desvía para recoger a Fuller, su hermano mayor, famoso por ocasionar líos, que va a meterles en otro. Con una radio de onda corta decide burlarse de un camionero haciéndose pasar por una mujer. Llevando la broma más allá de lo medianamente aceptable incluso llegan a quedar con él (pues logra implicar a su hermano Lewis en el juego). Con lo que no cuenta ninguno de ellos es que el camionero es un ser brutal y astuto que, una vez revelado el engaño, no está dispuesto a permitir que se rían de él un grupo de niñatos. El conductor y su camión se convierten desde ese momento en una pesadilla.

Carlos, el compañero de piso de las chicas, es un joven bohemio y luchador. Definido como educado, discreto y cuidadoso en la convivencia, estudia Bellas Artes. Pese a considerar que sus compañeras de piso son atrevidas y soberbias, también las encuentra irresistibles y está enamorado de Sara. Se siente bastante celoso por las conversaciones que ella mantiene con el vecino aun cuando, en realidad, no son más que otra oportunidad para burlarse de ese pobre hombre. Hasta cierto punto puede comprenderle, pues Carlos también procede de un pueblo y, aunque ciertas cosas de la ciudad que no le gustan, adora estar rodeado de vida y de gente por todas partes, el espíritu activo de la ciudad, en sus propias palabras. Su cuarto es un pequeño museo de arte hecho por él mismo. Pese a no ser un individuo especialmente atlético, sí es valiente y decidido, por lo que afrontará un primer embate con la familia Cabeza Vaca.

Vonotar es descrito como un tipo alto, moreno, de ojos oscuros grandes y brillantes, fanático de las motos, con mucho dinero para gastar y al que Alicia considera muy inteligente. El joven es el protagonista absoluto de una serie de capítulos sin numerar, intercalados entre los numerados, donde se describe sus avances con Alicia y conocemos más de su persona. Dichos capítulos son: Yo me compré una moto nueva, No me rindo tan fácilmente, Al final te encontraré, Empiezo a hartarme de ti y ¡Cuánto necesitaba despejarme! Existe un último capítulo sin numerar, Mi propio epílogo, pero no pertenece a Vonotar y, por supuesto, no puedo revelar de quién es sin destrozar la novela. Como detalle anecdótico, en uno de estos interludios aparece parte de la letra de la canción Why do you love me? (Garbage, Bleed like me, 2005) una de las mejores del grupo. Que el lector curioso la busque y descubra algo más.

Miguel Cabeza Vaca: Cuando era pequeño destripaba los gorriones que lograba cazar, pero ahora Miguel carga con la responsabilidad de cuidar a Félix, aunque ambos hermanos ven a Demetrio como la figura paterna que ya no tienen. Una vez en la ciudad, Miguel no puede dejar de observar a las dos jóvenes y atractivas vecinas, Alicia y Sara, y utiliza sus mejores maneras, sus mejores trajes y su mejor perfume para tratar de seducirlas pero, naturalmente, es en vano. Aunque alguna de ellas no fuera ni la mitad de superficial que parece, Miguel no es precisamente la clase de hombre que pueda gustar a primera vista, ni tan siquiera después de unos cuantos minutos de conversación. Y mucho menos cuando la que lleva la batuta en la conversación es la frívola Sara, capaz de reírse hasta de su sombra sin tener en cuenta el daño que puede estar provocando en los demás. Y Miguel es una persona con poco aguante.

Félix Cabeza Vaca: Sufre una severa deficiencia mental que le hace incluso hablar de una forma totalmente incomprensible, dado que nunca trataron de enseñarle a hablar de forma correcta y se conformaron con su balbuceo incoherente. Su hermano Miguel es la persona que lo cuida y Demetrio a la que temer si decide castigarle, cosa que no hace casi nunca porque el mayor de los Cabeza Vaca no quiere parecerse a su difunto y cruel padre. Es grande como un armario, se comporta como un niño al que le atraen las cosas nuevas y los juguetes, su intelecto es muy diminuto… pero su voracidad sexual puede ser terrible llegado el momento. Además, y como en toda familia que se precie, hay un terrible secreto oculto en el nacimiento de Félix, uno que explica su actual situación y que sirve para hundir aún más a la familia Cabeza Vaca en el fango de la decadencia y la brutalidad.

Demetrio Cabeza Vaca: Es el único de los hermanos que lleva una vida normal, o al menos todo lo normal que una infancia como la suya puede proporcionar. Desde que recuerda ha estado cubriendo los errores y meteduras de pata de sus hermanos, especialmente los de Félix. Primero ante su padre, por miedo al castigo que incluso él mismo ha aceptado en lugar de los otros, y después ante el mundo. No quiere que sus hermanos sean encerrados; ni en sanatorio mental ni, mucho menos, en la cárcel, para lo que es capaz de hacer cosas que en un principio parecen impropias de él pero que, poco a poco, el barniz de civilización que tiene va cayendo y se muestra como realmente es (rememoramos aquí la cita de Schopenhauer). Temiendo perder su autoridad entre sus dos hermanos, que necesita mantener a toda costa para que la familia siga unida, llegará a actuar de la misma forma que ellos.

Todos estos personajes, junto con una caterva importante de secundarios, van construyendo una historia de clara tendencia fosca en el que el ambiente se va enrareciendo capítulo a capítulo, como un cáncer que se extendiese por el cuerpo de la novela sin posibilidad alguna de curación dejando al lector la posibilidad de saber que lo queda por venir es aún peor que lo que ya ha leído. El suspense está manejado con increíble maestría, lo que hace totalmente lógico que Javier Vivancos no sea un autor que se prodigue demasiado, observando el mimo y la delicadeza con la que trata personajes y situaciones. Existen pocas novelas que me impresionen en una primera lectura, pero Yo vi tu silueta consigue eso y con creces. Lo que más me ha agradado saber es que no he sido el único en quedar tan impresionado con el presente trabajo, al igual que no estoy solo en la espera de su próxima obra.

 

Calificación: 90

 

Título: Yo vi tu silueta

Título original: Yo vi tu silueta (mientras me violaban)

Autor: Javier Vivancos

Corrección de estilo: David Jasso

Cubierta: Riccardo Maniscalchi

Editorial: Saco de huesos

Edición: Rústica, 440 páginas.

ISBN papel: 978-84-938076-1-0

ISBN digital: 978-84-939421-1-3

Lo mejor: La compleja profundización en la psique de los personajes y las motivaciones que les llevan a actuar como lo hacen.

Lo peor: Su extensión, pese a logra una mayor inmersión del lector.

Resumen: Alicia, dolida e irritada por un mensaje de su exnovio que quiere retomar la relación, se deja convencer por su compañera de piso, Sara, para burlarse de su vecino, un hombre trastornado y solitario que convive con un discapacitado mental. Ese enfermizo juego le acarreará pésimas consecuencias y la venganza de la familia de los Cabeza Vaca.

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