John Carpenter I

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Primera entrega de este artículo sobre el cineasta estadounidense

 

John Carpenter es uno de esos escasos directores de los que cualquier nueva producción causa conmoción. Junto a Corman y a Craven conforma las tres C del cine de terror moderno.

John Carpenter es un director de cine, guionista y compositor nacido en la villa de Carthage, estado de Jefferson, Estados Unidos, el 16 de enero de 1948. Cabe destacar que, junto a David Cronenberg y Wes Craven, conformaron durante la década de los ochenta el grupo de denominado las tres C del cine de terror moderno. Las razones para ello serán explicadas en otro momento. Lo importante es que ya desde los catorce años apuntó hacia una temprana vocación cinéfila. Con catorce años ya había rodado cuatro cortos en formato de 8 mm y con quince creó su propia productora, Emerald. Con tan sólo veintidós años ganó un Oscar al mejor cortometraje por La resurrección de Bronco Billy (Bronco Billy Resurrection, 1970) dando al traste con las aspiraciones de su padre de ser un músico de renombre. En el año 2001 y con el rodaje de Fantasmas de Marte (Ghosts of Mars, 2001), Carpenter se retiró de la gran pantalla para rodar dos episodios de la serie de televisión Maestros del horror (Masters of horror) que se cuentan entre los mejores de las dos temporadas que duró la serie.

Técnicamente, sus películas se caracterizan por la iluminación minimalista y la fotografía, cámaras estáticas, el uso de la steadicam (visión subjetiva desde la perspectiva de un actor y que compensa los movimientos del operador, resultando además más barato que el travelling), así como una música sencilla y creada por sintetizador, completamente distinguible en sus películas, acompañada de piano. Si por algo se ha distinguido es por ofrecer mucho en sus películas a cambio de muy poco: siempre se ha caracterizado por crear sus películas con un presupuesto relativamente bajo y sin llegar a abusar de los efectos especiales, lo que ha hecho de él un director muy rentable al que se le pueden perdonar los posibles errores que, como todo ser humano, pueda haber cometido en su carrera. Tras una pausa de nueve años, Carpenter ha vuelto a dirigir para el cine la película The ward (2010) que ya veremos con detenimiento más adelante. Ha declarado estar influenciado por Alfred Hitchcock, Howard Hawks, Nigel Neale y la serie En los límites de la realidad (The twilight zone)

La temática de las películas de Carpenter es de lo más variado: desde la amenaza alienígena, con el alegato anticapitalista que conlleva, hasta la crítica de la sociedad en la que vivimos en 1997: Rescate en Nueva York (Escape from New York, 1981) y su versión de 1996, 2013: Rescate en L.A. (Escape from L.A.) y muy especialmente en la que puede llegar a convertirse. Por supuesto, también dirigió alguna adaptación de las obras de Stephen King, en concreto Christine (1983), como no podría ser menos en el cine de los años ochenta, y realizó un remake de El enigma de otro mundo (The thing from another world, 1951) que supera ampliamente al original y que tituló La cosa (The thing), donde una única criatura pone en peligro a toda la humanidad. No obstante, la película que le hizo saltar a la fama fue La noche de Halloween (Halloween, 1978) pero la que más fama le dio entre los seguidores de H.P. Lovecraft, entre los que me cuento, es En la boca del miedo (In the mouth of darkness, 1994), donde Sutter Caine representa un acertado trasunto del escritor de Providence.

Sus cortometrajes, como veíamos anteriormente, fueron sus primeros trabajos y estaban producidos en 8 milímetros. Los títulos son los siguientes (y voy a poner especial cuidado en no traducirlos a la buena de Dios, aunque tienen poca enjundia):

La venganza de las bestias colosales (Revenge of the colossal beasts, 1962)

Terror del espacio (Terror from space, 1963)

El guerrero y el demonio (Warrior and the demon, 1969)

El hechicero del espacio exterior (Sorceror from outer space, 1969)

Gorgo contra Godzilla (Gorgo versus Godzilla, 1969)

Gorgon, el monstruo espacial (Gorgon, the space monster, 1969)

 

Se advierte al sufrido lector que buena parte de la trama y el argumento de las siguientes películas, al igual que el de otras similares a las comentadas, pueden quedar y quedan al descubierto. Una vez avisados, dirijan las reclamaciones al buzón de sugerencias. Gracias.

 

Los largometrajes dirigidos por John Carpenter, incluyendo dos episodios de la serie Masters of Horror, son los siguientes:

 

Estrella oscura

Dark Star, 1974, 83 minutos.

Guión: Dan O'Bannon / John Carpenter

En pleno siglo XXII, la humanidad ha alcanzado un nivel tecnológico tal como para colonizar los confines del universo. Armada con una serie de bombas de Dispositivo de Disparo Termoestelar, de inteligencia artificial, la nave de exploración Dark Star y su tripulación han viajado durante veinte años en una misión de destrucción de planetas inestables que pudieran suponer una amenaza a la colonización. Durante su vuelo por un campo de asteroides, la nave sufre una serie de daños que afectan al mecanismo de disparo de las bombas. Una mala reparación precipitada provoca que la bomba número 20 se niegue a dejarse caer y explotar contra su planeta de destino. Comienza una cuenta atrás que amenaza con destruir la Dark Star y a todos sus tripulantes, que intentan razonar con ella. La bomba se considera todopoderosa y todo se precipita hacia un final abrupto con viaje en tabla de surf incluido.

John Carpenter y Dan O'Bannon la rodaron con un presupuesto de 60.000,00 dólares y a pesar de que se trataba en realidad de una sátira espacial (la computadora de abordo es una aprendiz de filosofa en el mejor de los casos y los personajes parecen que van fumados todo el trayecto), la película fue presentada como perteneciente al género de la ciencia-ficción. Esto hizo que su éxito en taquilla fuera notablemente inferior al esperado y mucho menor que el deseado pero, con el tiempo, se ha convertido en una película de culto de obligado visionado. Posteriormente, de hecho, ha contado con una versión del director que suprime algunas escenas superfluas y añade nuevos efectos especiales. Esta moda de arreglar las películas ha hecho que algunos tengamos tres versiones diferentes de Dune (David Lynch, 1984). De los que les haya sucedido algo similar con Blade Runner (Ridley Scott, 1982) mejor ni hablo.

El crítico de cine y guionista Roger Joseph Ebert dijo de la película: Dark Star es una de las más condenadas películas de ciencia ficción que alguna vez he visto, una combinación furiosa de obra de ciencia ficción sobre los viajes en el espacio, bombas inteligentes, y pelotas de playa de otros mundos. Es un resumen tan bueno como cualquier otro. Y como no podía ser menos, alguien en España tuvo la genial y ocurrente idea de titularla Aluniza como puedas: Dark Star, continuando con la tradición de Verbo en imperativo variable + como puedas que se extendió durante décadas. Pero regresando a la película en sí, recordemos que se trataba de la primera película de Carpenter que no era un cortometraje, con lo que se le pueden perdonar algunos desmanes cometidos. Resulta digno de mención que Dan O'Bannon, cinco años después, fue el guionista de Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979)

 

Asalto a la comisaría del distrito 13

Assault on precinct 13, 1976, 90 minutos.

Guión: John Carpenter

La historia se sitúa en una comisaria sita en Los Ángeles, donde un policía recibe su primer destino en una comisaría que está siendo trasladada a un nuevo edificio y cuyo trabajo sólo consiste en supervisar el traslado de los últimos efectivos y materiales que quedan allí. Nada parece que vaya a turbar la paz del lugar, hasta la llegada de un furgón de prisioneros que pide asistencia para pasar allí la noche, pues uno de ellos está gravemente enfermo. En el furgón viaja también un criminal al que apodan Napoleón Wilson, irónico y perspicaz, y un hombre de color con un fuerte carácter. Por si fuera poco tenemos a un padre vengativo que ha matado a un miembro de un grupo de pandilleros locales que han asesinado a su hija pequeña, lo que hace que sus compañeros inicien la persecución del hombre hasta el edificio en el que quedan unos pocos agentes de policía, los reclusos y unas pocas municiones.

Tras un primer largometraje tan inclasificable como Dark star, John Carpenter no tuvo nada fácil la financiación de su segundo proyecto. Ha sido una de esas escasas personas en la vida a la que nada les ha sido fácil y, por ello, su trabajo es doblemente meritorio. Un caso contrario sería el de Joel Schumacher, pero ahora no es momento de hablar de él. Finalmente Carpenter consiguió los cien mil dólares con los que puso en marcha su Asalto a la comisaría del distrito 13 en una rara mezcla de thriller policiaco y película del oeste. Nunca ha negado que esta película le debe su existencia a Río Bravo (Howard Hawks, 1959) en la que un sheriff y sus ayudantes y han de impedir que los hombres de un rico terrateniente logren sacar de la cárcel al hermano de éste, que está acusado de asesinato. Sin embargo, la atmósfera es cosmopolita, asfixiante, tensa y macabra: no hay nada más que recordar la imagen de la niña con el helado.

Rodada en tan solo veinte días, algo totalmente impensable hoy en día, fue un fracaso de taquilla en Estados Unidos. Sin embargo, y tras su proyección en el Festival de Londres, los críticos rindieron toda clase de pleitesías ante la nueva obra de Carpenter, lo que repercutió en los ingresos de la película y salvaron los muebles. De hecho Asalto a la comisaría del distrito 13 ha conocido un remake: Asalto al distrito 13 (Assault on precinct 13, Jean-François Richet, 2005) protagonizado por Gabriel Byrne, Lawrence Fishburne y Ethan Hawke que captura parte de la atmósfera original, pero le falta su espíritu. No obstante, Carpenter se siente muy orgulloso de que una película suya haya conocido una versión actual. Curiosamente, y de haber podido, el director la hubiese situado en el oeste americano. Pero, con toda humildad, creo que el resultado es mejor así, con la música del propio Carpenter marcando los ritmos.

 

La noche de Halloween (6.7)

Halloween, 1978, 93 minutos.

Guión: John Carpenter / Debra Hill

La historia comienza la noche de Halloween de 1963 cuando Michael Myers, un niño de seis años disfrazado de payaso, asesina a su hermana de diecisiete años a puñaladas al sorprender a esta manteniendo relaciones sexuales con su novio, el cual huye antes de que Michael lo mate. Quince años después, durante la noche del 30 de octubre de 1978, el Dr. Sam Loomis, psiquiatra de Michael Myers, acompañado de la enfermera Marion Chambers, se dirige al manicomio de Smith's Grove-Warren County, y al llegar se dan cuenta de que hubo una fuga masiva de internos incluido Michael Myers, que ahora tiene veintiún años. Al día siguiente, el pequeño pueblo de Haddonfield se prepara a recibir la noche de Halloween. Laurie Strode, una adolescente de diecisiete años que es un ratón de biblioteca, rechaza acompañar a sus amigas Annie y Linda a una fiesta; tiene que hacer de niñera de Tommy Doyle… y la pesadilla comienza.

Tras Asalto a la comisaría del distrito 13, dos productores se interesaron en que Carpenter rodara una película sobre un asesino de niñeras, proyecto que finalmente cristalizó en La noche de Halloween. Sin embargo, no acababan de confiar del todo en el director, que se conformó con cobrar tan sólo 10.000,00 dólares por el guión, la dirección y la banda sonora y acordando un 10% de los beneficios de la película. Usando tan sólo un día más que con su anterior obra la película estuvo terminada. La remuneración de los actores fue ridícula, por decir algo, y estrellas de la talla de Peter Cushing y Christopher Lee renunciaron al papel del Doctor Sam Loomis por dicho asunto. De hecho, debido al bajo presupuesto, muchos artículos que aparecen en la película, como la ropa o diversos artefactos, fueron hechos a mano. Una parte de la crítica especializada considera la película una descalificación a la generación de los setenta en EE.UU.

El personaje de Michael Myers pasó a la posteridad como un asesino inmortal frío e inexpresivo, con esa máscara blanca de William Alan Shatner (el capitán Kirk de Star Trek) que impide ver sus rasgos faciales y sus gestos, que tan sólo podemos adivinar. El personaje llegó a cuajar, y buena prueba de ello son los Halloween desde la película actual a la parte sexta, que llegaron después a Halloween H20: Twenty Years Later (Steve Miner, 1998), Halloween: Resurrection (Rick Rosenthal, 2002), Halloween (Rob Zombie, 2007), Halloween II (Rob Zombie, 2009) y próximamente Halloween III (Patrick Lussier, 2012). La versión de Carpenter le da una explicación mágica y sobrenatural a Myers, totalmente asexual además, mientras que Rob Zombie presenta una versión más humanizada, donde Myers es un psicópata procedente de un hogar disfuncional con motivaciones psicológicas que llega a violar a alguna de sus víctimas.

 

Alguien me está espiando [TV]

Someone's Watching Me!, 1978, 97 minutos.

Guión: John Carpenter

Leigh Michaels es la flamante directora de noticias de una cadena de televisión neoyorquina que acepta el traslado a Los Ángeles para poner tierra de por medio en un asunto del corazón, pero ni su privilegiada posición ni sus encantos hacen mella en la policía cuando denuncia el acoso al que está siendo sometida. Lee recibe llamadas telefónicas de un misterioso individuo que vive en el apartamento frente al de ella, siendo acosada de forma permanente en su propia casa por un magnífico y repulsivo adversario que es capaz de controlar todos sus movimientos e influir en todos los aspectos de su vida hasta llevarla a las puertas de la locura. A diferencia de los clásicos asesinos del cine, este parece deleitarse más con la sensación de control que ejerce en las vidas de sus víctimas antes de matarlas que en el simple hecho de cometer el crimen. Su presencia es constante, inconcreta y cuasi abstracta, como una mortal aparición de otro mundo.

Nuevamente Carpenter parece querer demostrar que con escaso dinero es capaz de hacer un largometraje en condiciones, para lo que en esta ocasión se asegura bien siendo el artífice del guión. En este thriller, que parece querer emular por momentos a La ventana indiscreta (Rear window, Alfred Hitchcock, 1954), une la pasión morbosa por observar a los vecinos con la obsesión por seguir sus vidas y lo que sucede en el interior de sus hogares. Como siempre, una atmósfera claustrofóbica llena la película y contagia al espectador, aunque no sea oro todo lo que reluce y el interesante punto de partida no acabe de concretarse en nada realmente aterrador. No olvidemos, sin embargo, que se trata de una película rodada específicamente para televisión en el año 1978, con todas las limitaciones que podamos imaginar por este hecho y aun alguna más. No está a la altura de sus más grandes producciones, pero se deja ver.

Que la protagonista no reciba la más mínima atención por parte de la policía no sólo es inconcebible hoy en día, sino que también hubiera clamado al cielo hace más de treinta años. Sin embargo, es como los teléfonos móviles en las películas de terror: si funcionaran se iba al traste el 90% de la trama, ¿verdad? Por otro lado tenemos al asesino manipulador, observador y amenazante, algo parecido a lo que pudimos ver en Acosada (Sliver, Phillip Noyce, 1993) y que estaba basado en una novela de Ira Levin. De haber sido rodada hoy en día, el acosador tendría todo arsenal de cámaras de seguridad y pantallas en su cubículo para controlar a la protagonista. El final, un tanto precipitado, no nos permite conocer con detalle las motivaciones del psicópata, aunque quizá parte del mensaje es que no hace falta que las tenga. Que a veces las cosas suceden porque sí… como el hecho de que me haya visto esta película en inglés.

 

Elvis [TV]

Elvis, 1979, 150 minutos.

Guión: Anthony Lawrence

Elvis Aaron Presley, estadounidense de nacimiento, fue uno de los cantantes más populares del siglo pasado, y se hace referencia a él como el Rey del Rock and Roll o más sencillamente como el Rey. De versátil voz y cultivador de numerosos géneros, su carrera musical fue una sucesión de éxitos. Es el solista con más ventas de la historia, con unas 700 grabaciones originales, y fue nominado a catorce Premios Grammy, de los que ganó tres. Su vida privada fue algo mucho menos gloriosa y tras su divorcio en octubre de 1973 cayó en picado hasta su lamentable muerte en 1977. Justo cuando el Rey va a reaparecer en Las Vegas, la muerte le sorprende en un hotel de ciudad. En este momento, le vuelven recuerdos de su pasado, de su rebelde juventud, de sus primeros días en Menphis, de su rápido ascenso a la fama y a la fortuna y, sobre todo, recuerda a su verdadero amor: Priscilla.

Los productores de la película contrataron a John Carpenter para hacerse cargo del proyecto después de descubrir que todos los elementos de su anterior obra para la gran pantalla, Halloween, habían sido creación propia. La película fue protagonizada por un más que correcto Kurt Russell que, curiosamente, ya había participado en una película protagonizada por el propio Elvis Aaron Presley y titulada Puños y lágrimas (It happened at the world's fair, Norman Taurog, 1963) realizando un pequeño papel por el que ni siquiera apareció en los títulos de crédito y que en la completa base de datos de IMDB figura como el chico que patea a Mike. Mike Edwards era el papel que interpretaba el famoso cantante de Mississippi. Como detalle anecdótico, en la película Change of habit (William A. Graham, 1969) Elvis protagonizaba el papel de un doctor llamado John Carpenter. Curiosidades de la vida.

La película fue nominada en los Globos de Oro en el año 1980 a la mejor película hecha para la televisión. La duración del metraje, nada menos que dos horas y media en unos años en los que las películas no acostumbraban a ser tan largas (hoy en día con la trilogía de El Señor de los Anillos estamos todos curados de espanto) fue cercenada sin piedad para algunos países, como Alemania, que la dejó en 105 minutos mientras que en el Reino Unido fue ampliada hasta los 163 minutos de duración. Recordemos que la muerte de Elvis Presley se produjo en 1977 (aunque haya quien asegure que está en una isla bebiendo mojitos con Walt Disney), por lo que la película se hizo tan sólo dos años después de su fallecimiento. En parte nace de ahí su interés como película histórica y resulta cuando menos curioso la frase que se escogió como subtítulo de Elvis: The King lives on!.

 

La niebla

The fog, 1980, 87 minutos.

Guión: John Carpenter / Debra Hill

En la costa de California se alza el pintoresco centro turístico de Antonio Bay. Mientras sus residentes se preparan para las celebraciones del centenario de la ciudad, la tripulación de un viejo barco aparece brutalmente asesinada. Al mismo tiempo, en el mar, una misteriosa niebla que oculta un mortífero secreto comienza a desplazarse inexorablemente cada noche hacia la costa. Según una leyenda local, estos extraños sucesos están aparentemente relacionados con un terrible acontecimiento sucedido hace cien años. A medida que se aproxima el día del centenario el horror se acerca a su clímax, que se desata cuando la niebla llega hasta el pueblo y de ella brotan siluetas fantasmagóricas que asesinan a determinadas personas sin que parezca existir una causa. Pero la hay: estas personas son los bisnietos de los colonizadores del pueblo que asesinaron a unos piratas para quedarse con su oro y así construir la ciudad.

Por desgracia, La niebla ha sido considerada durante años una película menor dentro de la carrera de John Carpenter. Sin embargo, hay que hacer notar una serie de detalles para calificarla con cierta justicia: Carpenter raramente ha rodado terror extremo y, de hecho, la película fue criticada antes de su estreno porque no producía miedo en el espectador. Se rodaron nuevas escenas y se añadieron algunas eliminadas para tratar de subsanar este defecto, con lo que quedó un producto muy aceptable. El presupuesto con el que siempre ha trabajado el director queda lejos de las grandes superproducciones propias de Hollywood, y este suplía con habilidad e ingenio lo que faltaba en medios. Se trata de una historia de venganza, de castigo venido del Más allá, en definitiva de una historia de fantasmas. Y esto en una época en la que no existían los efectos especiales por ordenador (gracias al Cielo por los pequeños favores).

Naturalmente el tiempo ha colocado la película en el lugar que le correspondía quedando, cuando menos, como una obra de culto dentro de la filmografía del director. Son muchos sus detractores, entre otras cosas porque la película sugiere mucho más de lo que muestra y eso siempre ha sido un problema entre aquellos que les gusta ver hasta el DNI del monstruo. Incluso hay quien detesta los maravillosos primeros tres minutos, en los que la narración comienza por parte de un viejo marinero que, frente a una hoguera, les cuenta a un grupo de niños la historia de la terrorífica niebla que hundió un barco cercano a la orilla, ¿puede haber un comienzo más apropiado para una película de miedo? Por último, mencionar que la música corre totalmente a cuenta de John Carpenter, como buena parte de su producción, sin llegar a destacar por su calidad pero siendo igual de efectiva que de costumbre. Película a reivindicar.

 

1997: Rescate en Nueva York

Escape from New York, 1981, 99 minutos.

Guión: John Carpenter / Nick Castle

Nos encontramos en el futuro, concretamente en un ucrónico 1997. El Air Force One, avión presidencial, sufre un secuestro terrorista y es estrellado en la ciudad de Nueva York con la idea de asesinar al presidente de los Estados Unidos, pero no consigue su objetivo. Sin embargo, el presidente se encuentra solo en Manhattan, isla que se ha convertido en una enorme prisión de alta seguridad a la que son conducidos todos los criminales del país. Pese a haber construido allí su propia sociedad basada en la ley del más fuerte, siguen deseando escapar. Ante la imposibilidad de lanzar una acción convencional, por miedo a que maten al presidente, el alcaide de este megapenal encuentra la solución: enviar a un hombre que rescate al presidente en secreto. El elegido es Serpiente Plissken, un conocido convicto al que todos daban por muerto, pero que había sido capturado. Un criminal convertido por el destino en un héroe.

En 1981 con un presupuesto de siete millones de dólares y tras el éxito de su anterior film, John Carpenter rueda, junto a un por entonces casi desconocido actor Kurt Russell y la estrella Lee Van Cleef, 1997: Rescate en New York. La película tiene un ritmo vertiginoso que no da tregua al espectador que, junto con sus escenarios apocalípticos en los que colaboró el propio Cameron, proporciona una sensación de realismo que hace de la película una pequeña joya del cine de acción. De hecho, recaudó veinticinco millones de dólares en taquilla, lo que supone un verdadero campanazo y un espaldarazo a los futuros proyectos del director, cuyo mejor trabajo aún estaba por venir. Incluso actualmente la película Doomsday (Neil Marshall, 2008) se realiza un claro homenaje a la película de Carpenter tanto en su planteamiento inicial como en parte de su desarrollo (demonios, incluso la protagonista es tuerta, aunque goce de un ojo biónico).

Originalmente el papel protagonista estaba pensado para otros actores, Clint Eastwood y Tommy Lee Jones, pero al rechazarlos ambos recurrió Kurt Russell con quien ya había trabajado con anterioridad. La elección de Lee Van Cleef se debió a su admiración por las películas del oeste (cosa que ya habíamos visto en Asalto a la comisaría del distrito 13). Para los escenarios se escogió una zona de Missouri que acababa de sufrir un incendio, completando la imagen decadente que se buscaba. La banda sonora de la película fue compuesta por el propio Carpenter en colaboración con Alan Howard, y resulta muy efectiva. Excelentemente cuidada, pensada en todos sus aspectos, 1997: Rescate en New York, es tanto una película de acción como una fantástica crítica social sobre nuestros gobernantes y la función que tiene la cárcel realmente en la reinserción del preso (nula en el caso de la película). Indispensable.

 

 

Continuará...

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Patapalo
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Muy interesante el artículo. Creo que suya solo he visto "Vampiros", pero me apunto "La niebla", de la que leí hace poco algo sobre el comienzo en "Terror en píldoras", de David G. Panadero.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Kaplan
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Uno de mis directores favoritos de toda la Historia, capaz de sobreponerse a las carencias de medios con toneladas de talento y responsable de la instauración, en un género tan conservador como el de terror, de unos principios narrativos externos como son los del western. Si bien en esta primera etapa que comentas ya hay, en mi opinión, cuatro obras maestras indiscutibles (Asalto a la comisaría del distrito 13, La niebla, La noche de Halloween y 1997: Rescate en Nueva York), para mí lo más impresionante estaba aún por llegar. Recientemente he revisado gran parte de su filmografía y me ha dejado asombrado lo vigente que se mantiene su estilo, lo poderoso de su sentido del ritmo. Tremendo.

Sentimentalmente, el cine de los 80 (y los primeros 90) se resume para mí en  Carpenter y Spielberg (con DePalma a un poquito de distancia). Con eso lo digo todo.

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Miguel Puente
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Me encanta Carpenter. Sus obras maestras y las que apestan a serie B. Todo. Pero es que su serie B es tan nostalgica...

Espero con ansias el siguiente artículo y me apunto las que no he visto (las dos películas para TV).

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Melkor
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Carpenter es el amo. He visto unas cinco películas suyas y me encantan.

Ofuscación logística

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