Diástole
Reseña de la novela de Emilio Bueso publicada por Salto de página
Jérôme es un pintor caído en desgracia que recibe el encargo de retratar a Iván, un misterioso extranjero cuyo pasado irá revelándose a medida que nos relate su historia durante las sesiones de posado. Jérôme conocerá así la historia de un hombre perseguido por Moscú durante décadas; un forajido que tuvo que recorrer a la fuga los escenarios más duros de la extinta Unión Soviética, sobrevivir al asedio nazi de Leningrado, desaparecer en las noches de San Petersburgo durante los días más crudos de la dictadura, esconderse en las zonas más contaminadas de Chernóbil... La auténtica naturaleza de Iván se nos revelará cuando conozcamos el antiguo y terrible mal que porta consigo, hecho a partes iguales de radiactividad y de una espantosa maldición que habita en el corazón del arte pictórico.
Sístole:
Abro la novela de Emilio Bueso y me lanzo de lleno a la marea de su curtida prosa. El viaje no va a ser sencillo, eso se intuye desde las primeras páginas, así que me preparo para subir al asiento del copiloto de un Talbot Horizon que resiste un maltrato por parte de su propietario solo equiparable al que se infringe a sí mismo.
Me siento un politoxicómano bajo el efecto de las palabras que Bueso maneja con concisión, desde el prisma de uno de los mejores protagonistas, Jérôme, que he tenido el placer de conocer en la literatura de género fantástico de nuestro país. Los demás personajes son proyectados a través de su mirada, con todo lo que ello conlleva, según esté sometido por la necesidad de su adicción o bajo los efectos de las sustanciás que su cuerpo le reclama.
Pero Jérôme no es solamente un yonqui común, aunque sea el más común de los yonquis, porque también es un pintor de extraordinario talento. Cuando un misterioso personaje, Iván, le requiere para hacerle un retrato, Jérôme se verá arrastrado por la personalidad enigmática y poderosa de su anfitrión y todo lo que le rodea. Durante las cuatro sesiones de pintura en que deberá insuflar vida al cuadro, conocerá una historia de amor que empieza en la Rusia de los años 80, que se envenena en Chenóbil, da un salto atrás hasta la segunda guerra mundial y regresa a nuestros días para ponerle el punto y aparte.
Es en esa historia donde uno puede llegar a perder un poco el hilo de los acontecimientos, puesto que solo sabemos lo que Jérôme percibe, y no siempre nos traslada la información con la claridad necesaria. Nos toca como lectores colocar adecuadamente las piezas desordenadas de su cerebro en desahucio, esperando a que aguante tanto como su coche, y que al menos nos deje en el destino antes de bombear por última vez.
Diástole:
Cierro el libro. Paladeo el sabor metálico que me ha quedado en la boca tras leer la última página. No me siento confuso, pero sí que soy consciente de que durante los siguientes días tendré mucho que digerir, como solo sucede cuando acabas de leer una gran obra, de esas que se agarran por dentro y se resisten a abandonarte.
Emilio Bueso consigue en este libro demostrar de nuevo que el estilo y la variedad de recursos no implican necesariamente tener que ser alambicado hasta el extremo de obligar al lector a detenerse para hacer búsquedas en el diccionario.
Diástole es una mezcla maravillosa de terror y thriller, si es que es necesario ponerle alguna etiqueta, narrada de manera reposada y a la vez histérica. Es un choque frontal, un viaje alucinado en el que sufres tanto como disfrutas. Terror moderno, dicen algunos, y no seré yo el que les contradiga, porque si esta es la clase de libros con los que nuestros creadores nos van a agasajar, podemos empezar a celebrar que en nuestro país hay talento más que suficiente para establecer esas señas de identidad propia que desde H-Horror reivindicamos desde el inicio de nuestra andadura.
Y que siga latiendo por mucho tiempo.
Darío Vilas
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