Cazadores de Sombras: Los orígenes. Ángel mecánico

Reseña de la novela de Cassandra Clare publicada por Destino

“Tessa Gray está dispuesta a encontrar a su hermano. Para ello, se dirige a Londres, donde será raptada por una organización secreta llamada el Club Pandemonium, y rescatada por los Cazadores de Sombras. Pronto, Tessa verá su corazón dividido entre Jem, cuya frágil belleza oculta un oscuro secreto, y Will, cuya hiriente ironía y cambios de humor constantes la mantiene a distancia, mientras los tres intentan salvar… el mundo.”

Si te has leído la anterior trilogía de Cassandra Clare seguro que tienes unas ganas terribles de ponerle la mano encima al primero de la nueva trilogía de la autora. Si por el contrario no sabes quiénes son los Cazadores de Sombras, te recomiendo que leas este libro antes que ninguno de los otros.

Se supone que hace mil años, el ángel Raziel mezcló su sangre con la de los humanos, creando la raza de los Cazadores de Sombras, que conviven con nosotros con la finalidad de protegernos de los demonios; aunque son invisibles para el ojo humano. Teniendo clara esta premisa, podemos sacar además un perfil claro de cómo serán los protagonistas de la trilogía: Rebeldes, algo marginales, con problemas familiares, guapos y en la mayoría de ocasiones con algún secreto oscuro. Si estás de acuerdo conmigo y sigues con ganas de saber más sobre la novela… sigamos.

Tessa, la protagonista de esta primera entrega, es una joven con un poder increíble y único en su especie: es una Cambiante. Es decir, puede transformarse en cualquier persona, adquirir su aspecto e incluso sentir lo mismo que siente la persona a la que está imitando. Puede parecer un poder de lo más soso, y sin embargo va a causar un montón de inesperados problemas. Las hermanas Oscuras, siguiendo una orden directa del líder del Club Pandemonium, la raptan; los Cazadores de Sombras luchan contra el líder de los hombres-lobo; la residencia sagrada de los Cazadores es atacada por un montón de autómatas, robots que cobran vida gracias a un poderoso hechizo… etc.

Por otro lado los Cazadores se ven obligados a ayudar a Tessa, cuyo hermano también parece haber sido absorbido por el misterioso Club Pandemonium. En fin, batallas, luchas, intrigas, traiciones, problemas de todos los tipos de comienzo a fin de la novela. Diría que es como la anterior trilogía, personajes parecidos, incluso en el carácter de la protagonista –algo cabezota y entrometida–, con una trama un poco mejor trabajada, que te sorprende con una vuelta de tuerca final.

Quiero pensar que no me ha gustado tanto como debería porque la anterior trilogía me gustó demasiado y esperaba algo distinto, y esto me huele a lo mismo. Sin embargo, la buena pluma de la escritora consigue atraparte, con esta trama elaborada y que no te deja un momento de respiro ni de reflexión. Sigue habiendo romance, y vuelve a ser algo apagado y repetitivo; espero que en la siguiente novela animen algo la cosa y se dejen de darle vueltas al mismo “amor platónico” de siempre, que viene repitiéndose desde la mitología griega.

La edición española ha sido publicada por Destino, tal y como sucedió con la trilogía anterior, y por lo tanto tiene una ilustración de portada igual de impactante que las demás. En este caso se adivina un joven entre las sombras, vestido con traje gris, y un “ángel mecánico” que también va a aparecer en la trama de la novela, aunque sin adquirir el protagonismo que parece merecer; seguramente sabremos más sobre el ángel en el próximo tomo.

Cassandra Clare nació en Teherán, Irán. Hija de padres estadounidenses, viajó mucho en su adolescencia aunque pasó la época de instituto en Los Ángeles y Nueva York, donde trabajó en varias revistas de entretenimiento. Empezó a escribir Ciudad de Hueso en el 2004, y ya en 2006 se dedicó plenamente a su vocación como escritora de fantasía juvenil y adulta.

En fin, quedo a esperas de la segunda parte de Cazadores de Sombras: Los Orígenes. Espero que la cosa mejore, y que la autora decida entrar al fin en una trama principal algo más original, sin dejar de cuidar el buen estilo y la vuelta de tuerca final.