Risk

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Análisis de este juego de mesa que, durante años y años, ha satisfecho esa necesidad insana del ser humano de dominar el mundo

 

 

Existen unos cuantos juegos que, prácticamente, no faltan en ninguna casa. No me refiero a juegos como el parchís o las damas, sino a otros de una generación más reciente. Dos de ellos siempre me han llamado mucho la atención porque están basados en anhelos oscuros del ser humano. Uno en concreto, el que nos ocupa hoy, resulta especialmente tragicómico, pues revela que, en el fondo, muchos tenemos un extraviado componente de megalomanía. Es, ya lo habrá adivinado todo el mundo, el Risk.

 

¿Qué es lo que hace tan atractivo este juego? ¿Qué lo convierte en un valor seguro? Por un lado, tenemos la ambientación. Entre los varones no tiene ningún misterio que los juegos de soldaditos triunfen. Aunque sólo sea por el imaginario popular, por la sociedad en sí, todos los niños, o la mayor parte de ellos, sueñan alguna vez con grandes proezas bélicas. La conquista del mundo es, sin duda, la más grande de las que se pueden llevar a cabo.

 

Por supuesto, esto no es suficiente para triunfar con un juego de mesa, puesto que hay miles que tratan el tema. ¿Por qué el Risk entonces? Evitando la explicación cínica que habla de la imposibilidad de entrar en una juguetería y no encontrarlo, busquemos otras claves.

 

Por un lado, el Risk es un juego de ingenio. Permite desarrollar estrategias muy variadas en función de la edad de los jugadores y, en su propia simplicidad, representa bien lo que es una guerra: el que tiene más gana.

 

Sí, precisamente el simplismo del juego es su punto más fuerte. Ningún jugador encontrará las reglas complicadas, ninguna persona con un mínimo de perspicacia será incapaz de encontrar una estrategia para avanzar hacia la victoria. Nadie, en definitiva, se sentirá desbordado por el juego. Y si hay algo casi tan dulce como conquistar el mundo, eso debe ser creerse capaz de ello.

Presentación

 

El Risk es un juego casi minimalista. Incluye un mapamundi en el que desarrollar la contienda, con los territorios claramente divididos, peones para representar las tropas, una serie de dados clásicos de seis caras y cartas para hacer el reparto de territorios y calcular las tropas de refuerzo. Asimismo, se incluyen unas cartas de objetivo.

 

Dependiendo de las versiones del juego los elementos del mismo son de mayor o menor calidad. En algunos casos, los peones son miniaturas de soldados, cañones, jinetes u otros tipos de tropas. Los escenarios, asimismo, pueden no ser el mundo de verdad, sino “otros mundos”, por lo que el mapamundi puede no ser tal.

 

Generalmente tenemos plástico y cartón batallero, que es, en definitiva, lo apropiado para un juego de estas características.

Sistema de juego

 

Los jugadores, desde dos hasta un máximo que depende de la versión del juego pero que no excede la media docena, eligen un bando, representado por un color. A continuación se reparten unos objetivos, que suelen ser conseguir unos territorios en concreto. Éstos, a veces, se sustituyen por el objetivo común de “conquistar el mundo”, es decir, ocupar todos los territorios disponibles.

 

Luego se siguen turnos como en cualquier otro juego. En su turno, el jugador puede lanzar un ataque contra un territorio fronterizo. En función del número de tropas de cada bando, los dos jugadores lanzarán un número de dados. A continuación se comparan los resultados ordenados, considerándose una victoria para el atacante –es decir, una baja enemiga- los pares en los que el atacante supera al defensor, y una derrota aquéllos en los que el resultado es igual o menor. Como el atacante normalmente tiene más tropas, el sistema es sencillo pero adecuado. Como resultado del combate tendremos una ocupación de un territorio o un resultado de tablas.

 

Después de su ataque, el jugador puede movilizar tropas por sus territorios para volver a distribuir sus efectivos y, si tiene tres cartas de refuerzo adecuadas, coger tropas de refuerzo. La posesión de un continente entero da un número de tropas fijo al final de cada turno global –es decir, después de que hayan jugado todos los jugadores-.

 

Como se ve, un sistema de juego sencillo a más no poder. La cosa se complica, obviamente, cuando hay muchos jugadores, cuando los territorios iniciales están bien mezclados o los objetivos secretos son conflictivos. La estrategia, aunque al principio podría parecer grosera, está muy presente en las decisiones más simples.

 

Pactos, alianzas, intereses comunes o enfrentados… a partir de una mecánica de juego muy sencilla, los jugadores se encontrarán con multitud de opciones.

Conclusiones

 

El Risk es un juego de batallitas muy sencillo. Para los amantes de los wargames o de los juegos complejos y con muchas opciones se quedará rápidamente pequeño, resultará insípido. Además, habrá quienes encuentren que su trasfondo bélico no resulta muy educativo.

 

Francamente, a nivel lúdico, estos dos inconvenientes son nimios. El Risk es un juego robusto en su simplicidad. Permite que jueguen juntas personas de distintas edades porque su sistema de juego y sus objetivos resultan muy intuitivos. La facilidad del juego y, al mismo tiempo, la importancia de la toma de decisiones en las partidas, lo convierten en una opción muy válida para un amplio rango de jugadores. Además, incluso la gente que se acaba cansando del Risk suele confesar que ha jugado decenas de partidas antes de llegar al hastío.

 

Actualmente, además, viene diseñado con numerosas y variopintas ambientaciones, desde sencillos y minimalistas Risk de viaje, a versiones con elegantes miniaturas napoleónicas o representaciones de creaciones salidas de la mente de George Lucas o C.S. Lewis.

 

Datos técnicos

 

Tomando como ejemplo una versión estándar del <bold>Risk</bold>, tenemos los siguientes datos técnicos:

 

Número de jugadores: 2 a 6

Duración de la partida: variable (a partir de 30 minutos)

Jugabilidad: media - alta

Dificultad: baja

Autor: Albert Lamorisse

Editor: Parker Brothers

 

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ViejoBastardo
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No es insana. Un hombre sabio lo dijo: "Todo friki tiene el derecho de intentar dominar el mundo"

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