Hablemos de Instinto básico, vaya.
Seguramente porque fue una de las primeras películas con contenido erótico que vi, Instinto básico me ha dejado una huella profunda. Dieciocho años después de su estreno sigue resonando en mi cabeza y provocándome malos pensamientos. Principalmente uno, vaya, que reza así: por regla general, el sexo se usa de un modo improcedente en el cine.
No me considero una persona que se escandalice con facilidad y, como resultará obvio al decir que Instinto básico me pareció una gran película, no estoy para nada en contra del sexo en las pantallas, sean grandes o pequeñas. Es más, ni siquiera creo que sea siempre necesario que aparezca de un modo velado o comedido (como en esas ridículas escenas en las que los protagonistas acaban de hacer el amor y la chica, siempre, lleva ya puesto el sujetador). Pero una cosa no quita la otra, y esto no es una cuestión de cantidades que se pueda regular de un modo burdo, a peso.
Creo que todos convendremos en que Instinto básico era una película con un alto contenido sexual. En la época, no era la regla general, al menos no cuando hablamos de este género concreto: el thriller o policíaco dirigido al gran público. No se trata únicamente de la famosa escena del descruce de piernas, que se ha convertido en un icono del filme hasta el punto de haber sido largamente parodiada. Ni siquiera, tampoco, de las gráficas escenas de cama que salpican el metraje. El alto contenido sexual está en el propio guión, y por eso todas esas escenas funcionan bien.
La correlación es sencilla: toda la trama policíaca de la película se sustenta en la vieja premisa de la sospechosa que seduce al policía. El modo de llevar este planteamiento a sus últimas consecuencias (dentro del estilo elegido) era, precisamente, que el sexo tuviera esa presencia protagonista y se mezclara con el suspense. De hecho, la mayor parte de las escenas de tensión de la película combinan con acierto estos dos elementos.
Es precisamente lo contrario a lo que hemos ido reencontrando en otras películas, donde parece que cualquier momento es bueno para enseñar un buen trozo de carne. Hombre, pero es que el sexo es algo natural, dirán algunos. Y sí, claro, es muy natural, como tantas otras cosas, pero el cine no va de filmar todo lo que sea natural, sino de filmar, precisamente, lo que sea coherente con la trama y aporte algo a la misma (tensión, información, estética -supongo que aquí podríamos meter los pechos del destape-, suspense, emoción...). Es como si nos enseñaran a Legolas meando en El Señor de los Anillos porque los elfos también tendrán que mear, ¿no?
Quizás no tenga tanto que ver con que una época haya pasado (estoy seguro de que en los 90 tenemos ejemplos a paladas de sexo improcedente) como con que hayan pasado los años para este espectador, pero tengo la impresión de que aunque la cantidad de carne expuesta en las películas va en aumento (al menos en media), rara vez este va en consonancia con la esencia del filme. A veces da la impresión de que en el cine (o igual en todos lados) se avanza un paso para retroceder dos.
Yo creo que el problema, como dices, es cuando lo meten sin más, sólo porque toca sacar chicha y hay que rellenar metraje. Casi siempre se representa, además, de la misma forma, y se recurre a tópicos que poco o nada tienen que ver con la realidad (el orgasmo femenino en diez segundos y vía coito es lo más común del mundo, como todos sabemos) XD.
En los casos en que se parece más a la realidad... uno casi siempre se pregunta si era relevante esa escena en la historia. A mí suele incomodarme, más que nada porque dichas escenas no dejan de estar ideadas (o eso parece) para excitar al personal, y estar en un cine rodeada de gente y que todo el mundo se ponga cachondo porque se le ve el culo a la Johansson... me resulta un poco gratuito.
Woody Allen, que para mí es uno de los mejores directores, no suele sacar escenas de sexo, y cuando las ha sacado ha sido en un contexto muy particular (el humor en Desmontando a Harry, las elipsis sexies de Match Point...) y en plan breve. La cosa ha de estar siempre justificada, pero vamos, como ocurre en general con todo lo que sale en una película.
Añado también que me da mucha pena que en el cine español (lo siento si generalizo, creo que no me equivoco) salgan tetas y culos sea el tipo de película que sea y simplemente porque aquí somos así de chabacanos y tenemos poco que ofrecer...
Por cierto, Instinto Básico la tengo pendiente.